Duelo en el cine mexicano por el asesinato de Samuel Ríos y Valles: “Lo mataron por un celular, es tan injusto”
El director y su pareja fueron asaltados en su coche en la colonia Del Valle el viernes en la tarde. La Fiscalía de Ciudad de México investiga el homicidio
Los amigos del cineasta mexicano Samuel Ríos y Valles todavía están en shock. El director fue asesinado el pasado viernes en la colonia Del Valle, en Ciudad de México, tras ser asaltado. Él y su pareja estaban dentro de un vehículo, y los agresores terminaron disparando a Ríos y Valles, de 50 años. “Lo mataron por un celular, es tan injusto. ¿Cuánto vale la vida aquí en México?”, dice la productora y amiga de la víctima Corinna Martínez a EL PAÍS. La ...
Los amigos del cineasta mexicano Samuel Ríos y Valles todavía están en shock. El director fue asesinado el pasado viernes en la colonia Del Valle, en Ciudad de México, tras ser asaltado. Él y su pareja estaban dentro de un vehículo, y los agresores terminaron disparando a Ríos y Valles, de 50 años. “Lo mataron por un celular, es tan injusto. ¿Cuánto vale la vida aquí en México?”, dice la productora y amiga de la víctima Corinna Martínez a EL PAÍS. La Fiscalía de Ciudad de México ha anunciado que está investigando el homicidio, por el que todavía no hay detenidos. La industria del cine pide justicia por el crimen contra una figura muy querida y respetada dentro del sector.
A las 20.30 de un viernes, Samuel Ríos y Valles y su novia Erika salieron de su casa para ir a un cumpleaños. En el cruce de Gabriel Mancera con Félix Cuevas, en la esquina del parque Pascual Ortiz Rubio, unos asaltantes rompieron el cristal del copiloto y les pidieron los móviles y la cartera. En ese momento de confusión, el cineasta chocó con el coche de delante y agachó a su pareja. A él le dispararon; fue una bala directa a la cabeza. Le trasladaron a una clínica médica en Patriotismo, pero ya no pudieron salvarle.
La Fiscalía ha abierto una carpeta de investigación por el crimen, pero todavía no ha dado con el paradero de los agresores. Hasta el momento se sabe que huyeron de la escena en un taxi. Se están investigando las cámaras de videovigilancia del C5 y buscando testigos, según el último comunicado.
Samuel Ríos y Valles nació en Ciudad de México en 1971 y estuvo décadas formándose. Estudió Dirección en Los Ángeles, guión con el escritor Guillermo Arriaga o producción con Tita Lombardo. Ella recuerda que el director llegó a sus clases porque quería realizar un corto y buscaba “entender el todo”: “Era muy inteligente, encantador”. Los colegas del gremio recuerdan a un hombre apasionado por su trabajo, honesto, meticuloso, con mucho sentido del humor y siempre una palabra amable.
Ahora, recuerdan sus amigos, estaba en un momento espectacular de su carrera. Después de dirigir varios cortos como No me mandes a mí o Los detalles olvidados, el año pasado estrenó su ópera prima, el largometraje Los días que no estuve. Lombardo le acompañó en ese proceso de producción: “Es una película muy conmovedora. Cumplió las expectativas que él tenía para esa primera película. Era un excelente director de actores, obsesivo con su trabajo, muy exigente consigo mismo”.
“Estaba disfrutando de un sueño cumplido. Yendo a festivales, escribiendo, en un momento de planes y proyectos. Es sumamente duro”, dice conmocionada Corinna Martínez, que formaba parte de su equipo en la productora Mastodonte Films, que el cineasta había fundado hacía cuatro años. “Es un golpe durísimo para la industria, para todas las vidas que tocó. La cantidad de cariño y respeto que generó”.
De la pesadilla esperan ahora que no quede impune. “El sentimiento general de todos los que estamos afectados es el de exigir justicia, que uno que pueda salir libremente a las 20.30 de la noche, sin temor de perder la vida por un celular, por una cuestión material”, señala Martínez, que apunta todo el daño directo y colateral de esa violencia.
La colonia Del Valle ha sido tradicionalmente una de las más tranquilas de la capital mexicana. En la alcaldía Benito Juárez, donde ocurrió el crimen, se registran alrededor de 65 delitos contra la vida y la integridad corporal cada mes, según los datos de la Fiscalía de Ciudad de México. En un país inmerso en una espiral desenfrenada de violencia, estos ataques incrementan la sensación generalizada de inseguridad.
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