Argentina acepta la extradición a México del polémico empresario Carlos Ahumada por fraude fiscal
Detenido en 2019 en Buenos Aires, el constructor es una de las bestias negras de la izquierda mexicana tras denunciar hace casi dos décadas supuestos sobornos a altos cargos del Gobierno de la Ciudad de México
Tras un primer intento fallido, Carlos Ahumada será extraditado a México acusado de un desfalco fiscal de 1,4 millones de pesos, unos 63.000 dólares. La Fiscalía de Ciudad de México confirmó este miércoles que un juez de Buenos Aires ha dado vía libre al traslado del empresario argentino que a principios de los 2000 puso en jaque a la izquierda mexicana al ventilar unos videos en los que aparecían pesos pesados del PRD, el partido entonces en el poder en la capital, recibiendo dinero en el despacho de Ahumada a cambio de contratos públicos en la Ciudad de México. La extradición está solo pendiente de la posible impugnación de Ahumada al fallo del juez argentino.
El empresario ya se había librado in extremis de un primera amenaza de extradición. Detenido en 2019 en la capital argentina, un juez lo absolvió de los cargos de fraude y lo dejó en libertad. Poco después de quedar libre Ahumada deslizó en una entrevista con EL PAÍS que detrás su persecución judicial estaba “la venganza de López Obrador”. Entre los políticos exhibidos en aquellos videos de 2004 aparecían colaboradores muy cercanos del actual presidente mexicano, por aquel entonces al frente del Gobierno capitalino por el PRD. La polémica desató uno de las mayores crisis de López Obrador como mandatario de Ciudad de México, un golpe su mayor activo político: la lucha contra la corrupción.
Entre altos cargos señalados estaban por ejemplo René Bejarano, uno de los principales operadores de López Obrador, o Carlos Imaz, exdelegado de Tlalpan y exesposo de la hoy alcaldesa de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Los cargos que se imputan a Ahumada, según el comunicado oficial, se limitan al fraude fiscal. Pero la causa contra el constructor, dueño el grupo Quartz, podría ser más amplia. Semanas antes de su arresto hace dos años en un aeropuerto de Buenos Aires, la Fiscalía General de la República (FGR) de México dio a conocer que preparaba acusaciones por extorsión, fraude, falsificación y uso de documentos apócrifos.
Ahumada llegó a formar parte del círculo más íntimo del núcleo de poder del PRD, el partido clásico de la izquierda mexicana que rompió en 1997 la hegemonía priista en la capital del país. Su empresa constructora recibió varios contratos de obra pública durante diferentes administraciones del PRD en Ciudad de México. Una de ellas, la etapa como jefa de Gobierno de Rosario Robles (1999-2000), con quien Ahumada mantuvo una relación sentimental.
Robles acabaría mudándose a la filas del PRI, donde ocupó las secretarías de Desarrollo Social y de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en el Gabinete de Peña Nieto, y lanzaría también una ofensiva legal contra su expareja en 2013 por extorsión y fraude. Robles lleva desde 2019 en prisión preventiva por su presunta participación en la Estafa Maestra, una trama de desvíos millonarios de las secretarías de Estado a través de universidades públicas.
El culebrón judicial de Ahumada se remite en todo caso a mucho antes. Tras la publicación de los polémicos videos, la justicia mexicana comienza su busca y captura. El empresario estuvo 20 días prófugo hasta que fue detenido en Cuba, también por Interpol, a finales de marzo de 2004. Ahumada fue extraditado a México y estuvo en prisión poco tiempo. Fue liberado en 2007, durante la gestión de Marcelo Ebrard, hoy canciller de López Obrador, al frente del Distrito Federal. Ese mismo años regresó a la Argentina para instalarse en la provincia de Córdoba, donde emprendió nuevos negocios también salpicados de polémica.
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