López Obrador evita alimentar la polémica tras la burla de Aznar: “Amor y paz”
El presidente mexicano afirma que “si hay diferencias tienen que ver con las autoridades, no con el pueblo de España”
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha evitado este viernes alimentar la polémica generada por las burlas del exjefe del Ejecutivo español José María Aznar (1996-2004) a cuenta de los desmanes de la conquista. “Amor y paz. Entender que debemos perdonar, no olvidar pero perdonar. Y es un acto de humildad ofrecer perdón, es un acto que dignifica tanto al que lo ofrece como al que lo recibe. Entonces no nos afecta en nada, no voy a polemizar”, ha afirmado el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
El Gobierno mexicano tenía dudas sobre qué alcance darle a es...
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha evitado este viernes alimentar la polémica generada por las burlas del exjefe del Ejecutivo español José María Aznar (1996-2004) a cuenta de los desmanes de la conquista. “Amor y paz. Entender que debemos perdonar, no olvidar pero perdonar. Y es un acto de humildad ofrecer perdón, es un acto que dignifica tanto al que lo ofrece como al que lo recibe. Entonces no nos afecta en nada, no voy a polemizar”, ha afirmado el mandatario durante su conferencia de prensa matutina.
El Gobierno mexicano tenía dudas sobre qué alcance darle a esta disputa, que esta semana ha vuelto a acaparar el debate con ocasión del Bicentenario de la Independencia del país, para no dar pábulo al discurso de la ultraderecha española y de los sectores más duros del Partido Popular (PP). Aznar se mofó de López Obrador, durante una convención de la formación, tratando de ridiculizar su pretensión de que España se disculpe por los abusos de la colonización. “Pero usted, ¿cómo se llama? Andrés Manuel López Obrador. Andrés por parte de los aztecas, Manuel por parte de los mayas, López es una mezcla de aztecas y mayas... y Obrador, de Santander”, espetó. El mandatario mexicano ha replicado: “Sobre estas declaraciones, no vamos a responder en lo personal, menos con insultos”. Y ha agregado: “Nosotros respetamos mucho al pueblo español, es un pueblo trabajador, honesto, y si hay diferencia tiene que ver con las autoridades, no con el pueblo de España”.
Antes que Aznar, otra dirigente del PP, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, aprovechó una gira por Estados Unidos para reprochar las palabras que el papa Francisco dirigió a México, reconociendo los errores cometidos por la Iglesia católica. Ayuso aventuró que España solo trajo a Latinoamérica “libertad, prosperidad, paz, entendimiento”. El presidente mexicano ha recordado que a principios de 2019, a los pocos meses de asumir el cargo, le envió a Felipe VI y al Pontífice una carta “para que se ofreciera n perdón, una disculpa, y se iniciara una nueva etapa de reconciliación”. Esas disculpas no llegaron, pero a pesar de las fricciones diplomáticas el Gobierno de Pedro Sánchez intentó sobrevolar sobre la polémica, mientras la derecha busca explotarla políticamente.
“No les pareció porque no me respondieron, no me constataron la carta. Lo que hubo fue una campaña de insultos, hablando de que no debían pedir más perdón, que vinieron a civilizarnos, cosas de ese tipo”, ha proseguido López Obrador. El mandatario ha rescatado también un texto que presentó a finales de 2020, una Guía ética para la transformación de México, una suerte de cartilla moral redactada por intelectuales afines a su proyecto, en la que se define el perdón en términos casi religiosos.
“El papa Francisco, en cambio”, ha dicho el presidente, “con mucho cuidado, y se lo agradecemos bastante, hace un reconocimiento a que se cometieron abusos y menciona que como lo hicieron otros papas. Él también ofrece perdón, no es el primero que ofrece perdón por los abusos”. Jorge Mario Bergoglio también invitó a tener en cuenta los abusos sufridos por los cristianos en México y a valorar las aportaciones de la Iglesia. “Dice que son luces y sombras, porque así son los procesos sociales”. En cualquier caso, el Pontífice dio una señal y su carta ha sido interpretada como un gesto de buena voluntad. Al mismo tiempo, España no participó en los actos de conmemoración de los 200 años de la independencia porque, como sostuvo el entorno del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no recibió invitación oficial.
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