La Fiscalía asegura que Claudia Uruchurtu, la activista desaparecida en Oaxaca, fue ejecutada
La defensora de los derechos humanos había desaparecido hacía tres meses tras manifestarse en contra de la alcaldesa Lizbeth Huerta, principal sospechosa en el caso
La investigación de la desaparición de Claudia Uruchurtu tras tres meses sin información de su paradero se centra ahora en la búsqueda de su cadáver. Las autoridades oaxaqueñas intentarán rescatar el cuerpo de la activista presuntamente ejecutada, según ha informado la Fiscalía de ...
La investigación de la desaparición de Claudia Uruchurtu tras tres meses sin información de su paradero se centra ahora en la búsqueda de su cadáver. Las autoridades oaxaqueñas intentarán rescatar el cuerpo de la activista presuntamente ejecutada, según ha informado la Fiscalía de Oaxaca. “Ella ya no se encuentra con vida y lo que necesitamos para poder cerrar el ciclo completo es el poder encontrar el cuerpo”, ha detallado el fiscal Arturo Peimbert Calvo a una radio local. El titular ha asegurado que ya tienen detenidos a todos los presuntos autores intelectuales del delito, incluida Lizbeth Huerta, presidenta municipal por Morena en Asunción Nochixtlán donde Uruchurtu denunciaba desfalcos, desvío de recursos y abusos de poder.
La Fiscalía ha confirmado la muerte de Uruchurtu y ha detallado que las autoridades se centran en rescatar el cadáver. “Fue asesinada y solo estamos en la búsqueda del cuerpo”, ha sentenciado Peimbert. La principal teoría de la investigación es que la activista fue ejecutada. “Esta información ya la saben las víctimas indirectas del caso, los familiares”, ha añadido el fiscal. Las acciones de búsqueda dentro de Nochixtlán, el municipio donde se vio a Uruchurtu por última vez, se realizan en conjunto con varias instituciones, como la Institución de Procuración de Justicia y su Unidad Especializada de Desaparición Forzada junto con la colaboración de la Comisión Nacional de Búsqueda de la Secretaría de Gobernación del Gobierno Federal y la Agencia Estatal de Investigaciones, Guardia Nacional y Secretaría de la Defensa Nacional.
Claudia Uruchurtu, de 48 años, desapareció el pasado 26 de marzo. Vestía una chamarra de mezclilla color azul oscuro, una camiseta blanca, unos jeans y una gorra negra, de acuerdo con su ficha de búsqueda. En la última protesta a la que acudió, los pobladores de Asunción Nochixtlán se manifestaron porque un empresario que había ido al Ayuntamiento a cobrar una factura que le debían las autoridades acabó golpeado y detenido. La golpiza llegó a tal punto que el hombre sufrió una fractura de cráneo y los manifestantes exigían que fuera liberado y trasladado a un hospital para recibir atención médica.
Uruchurtu había denunciado en varias ocasiones a la alcaldesa Huerta por meter a su familia en la nómina del Ayuntamiento, presumir de joyas, relojes y ropa de lujo, y comprar coches último modelo mientras la población carecía de los servicios más básicos, como drenaje y calles pavimentadas. Con la pandemia, las acusaciones se centraron en que la presidenta municipal había utilizado recursos destinados a combatir la covid-19 para financiar su reelección en las votaciones del 6 de junio. “Se convirtió en una persona muy incómoda para la presidenta municipal”, detalló la familia, quienes narran cómo Uruchurtu sufría amenazas y ataques en su contra para intimidarla.
La alcaldesa es una de las detenidas como presunta autora intelectual del secuestro y el homicidio. Las autoridades han informado de que ya tienen detenidos a todos los sospechosos. “Ya está terminado ese trabajo. Ahora corresponde a los jueces la responsabilidad de juzgar sobre este tema que ha lesionado tanto a la sociedad y al país, porque ha tenido repercusiones internacionales”, ha declarado Peimbert sobre la activista, que tiene nacionalidad mexicana y británica.
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