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El Gobierno aspira a acabar con el déficit excesivo generado por el Covid en lo que resta de legislatura

Prevé una rebaja inercial del 11% al 8,4% en 2021, al 5% en 2022 y hasta el 3,2% para 2024, con lo que la reforma fiscal en ciernes lo rebajaría del 3% Montero espera que la deuda caiga al 119,5% a final del ejercicio y al 112% en tres años

Déficit
Belén Trincado / Cinco Días
Juande Portillo

El Gobierno envió este viernes a Bruselas su hoja de ruta económica para los tres años que le restan de mandato. De un lado, remitió a la Comisión Europea el Programa de Estabilidad, en el que incorpora el nuevo cuadro macroeconómico, que revisó a la baja tras el impacto de la tercera ola del coronavirus, y sus nuevas previsiones fiscales para el periodo 2021 a 2024. De otro, mandó el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que contiene los dos centenares de inversiones y reformas con los que aspira a obtener 140.000 millones de euros en subvenciones y créditos blandos de la UE para dejar atrás la crisis del Covid-19. En conjunto, ambos documentos lanzan un mensaje optimista de confianza en una vigorosa recuperación económica inercial que se aspira a potenciar con un lote de proyectos y medidas, aún por definir en sus aspectos más sensibles. La proyección arroja la recuperación de los niveles de PIB precrisis en dos años y la reconducción del ingente déficit público para el final de la legislatura.

Las previsiones fiscales fueron presentadas el viernes por la portavoz del Ejecutivo, y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que aclaró que se trata de una proyección que no incluye aún el efecto de la reforma tributaria que ha prometido a Bruselas abordar en 2022.

Pese a ello, la senda dibuja una mejora desde este mismo año gracias a la recuperación económica. Conviene recordar que el déficit público preexistente, del 2,9% a cierre de 2019, saltó al 11% el año pasado (10,09% si no se tiene en cuenta el impacto negativo de Sareb) por el desajuste entre un gasto público disparado para hacer frente a la pandemia y unos ingresos de capa caída por la crisis. A partir de aquí, Hacienda confía en que la cifra se rebaje al 8,4% este mismo año, una visión más pesimista que el 7,7% estimado en la elaboración de los últimos Presupuestos.

La corrección admitió Montero, es limitada frente a los más de tres puntos de rebaja de la previsión de crecimiento para 2021 que Economía publicó a comienzos de mes, lo que achacó a un mejor cierre de lo esperado en 2020, cuando se temía alcanzar un agujero fiscal del 11% sin tener en cuenta la carga del banco malo.

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Un hito que llevó diez años

La senda fiscal dibujada por Hacienda supone que en 2021 se lograría la segunda mayor reducción del déficit de la serie histórico, de 2,57 puntos frente a los 3,7 de mejora de 2013. Más allá, plantea un escenario en el que España sería capaz de rebajar un déficit del entorno del 11% a solo un paso de situarse por debajo del umbral de déficit excesivo, del 3%, en apenas tres años, y eso solo por la inercia de la recuperación sin tomar medidas específicas de reconducción.

En la crisis anterior, sin embargo, cuando el déficit saltó al 11,28% en 2009, llevó toda una década de ajustes situarlo por debajo del 3%, una marca que volvió a saltar por los aires en 2020, a consecuencia de la pandemia, tras un leve repunte -por debajo de dicho umbral- el año anterior.

La nueva senda

A partir de ahí, y siempre sin tener en cuenta las nuevas medidas que se acaben aprobando, el déficit caería al 5% en 2022, el 4% en 2023 y 3,2% en el año 2024. La reducción es especialmente notable el próximo ejercicio por la mejora de la actividad que se espera cuando acabe la emergencia sanitaria, sostuvo Montero.

“La senda de déficit que presentamos es coherente con los nuevos datos de proyección de crecimiento, creación de empleo y desempleo”, aseveró la titular de Hacienda. Inicialmente, Economía había dibujado un incremento inercial del PIB del 7,2% en 2021, que aspiraba a elevar al 9,8% con las ayudas europeas en camino, tras la contracción del 10,8% de 2020. A comienzos de abril, sin embargo, el Gobierno rebajó en 3,3 puntos su previsión, hasta el 6,5% de avance en 2021, tras el mal arranque del año, en el que el PIB habría vuelto a caer un 0,5% según los datos adelantados el viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A partir de ahí, Economía confía en que el PIB aumentaría al 7% en 2021, y se moderaría al 3,5% en 2023 y al 2,1% en 2024.

A diferencia de estas estimaciones de crecimiento, que ya tienen en cuenta el impacto positivo de las ayudas europeas (de entorno a dos puntos adicionales de PIB al año), las previsiones fiscales de Montero no contemplan el impacto de las medidas contenidas en el Plan de Recuperación. Este anticipa una reforma tributaria a acometer en 2022, cuando el comité de expertos formado por Hacienda para estudiar los posibles cambios entregue su informe de conclusiones.

“Presento una senda de estabilidad que casi me lleva a salir del procedimiento de déficit excesivo sin tomar medidas”, defendió Montero, añadiendo que, en consecuencia, toda medida de mejora de los ingresos públicos que acabe aprobándose tendrá una incidencia positiva en las cifras anunciadas.

Bruselas suele activar ese protocolo de déficit excesivo a quien rebasa el umbral del 3% de déficit. Sin embargo, estas reglas fiscales han quedado suspendidas con motivo de la crisis para 2020 y 2021, y se negocia ahora extender la bula a 2022. A partir de ahí, está por ver en qué términos se reclaman ajustes, pero de cumplirse la senda fiscal remitida por Hacienda, España estaría a solo un punto de PIB cumplir en 2023, cuando se espera que se reactiven los objetivos de déficit, y a apenas tres décimas en 2024, lo que garantizaría que cualquier mínima subida fiscal permitiera cumplir ya con los objetivos tradicionales.

Por administraciones

De cara a este año, el grueso del agujero fiscal seguiría en la administración central, que rebajaría su déficit del 7,5% al 6,3%. El de las comunidades acabaría el año en el 0,7%, frente al 1,1% fijado de referencia, debido a que acabaron 2020 con un agujero del 0,2%, en lugar del 0,6% que se esperaba. En ambas evoluciones pesan las transferencias extraordinarias del Estado a las autonomías de 2020 y 2021.

En el caso de las corporaciones locales, Hacienda confía en que 2021 culmine en equilibrio presupuestario, mientras que en el caso de la Seguridad Social la expectativa es la de una rebaja de déficit del 2,6% al 1,5%.

El endeudamiento

En el caso de la deuda pública, que se disparó del 95,5% al 120% del PIB en 2020 para compensar el desajuste entre gastos e ingresos, las nuevas estimaciones del Ejecutivo pasan por situarla en el 119,5% este año, y en que siga rebajándose hasta situarse en el 112,1% para 2024. La progresión apunta a que la reducción sería hasta el 115,1% en 2022 y al 113,5% el año siguiente. Con todo, en este terreno la legislatura culminaría en un umbral de endeudamiento que duplica el 60% que se considera prudente. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) avala estas previsiones pero alerta de que hay riesgos de desviación a la baja.

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