Viktor Naqill, historiador de la lengua: “La revitalización del mapuzugun es sobre todo una cuestión política”

El integrante del equipo Mapuche Kimelfe Mapudungun Mew de la Pontificia Universidad Católica Campus Villarrica, reflexiona sobre la situación crítica de la lengua mapuche y su futuro

Viktor Naqill, en la sala de Mapudungun, en la Pontificia Universidad Católica de Villarrica.Rodrigo Marín (Cortesía)

Un niño abre su cuaderno y anota, en mapuzugun, los nombres de los animales: trewa (perro); ñarki (gato); üñüm (pájaro). Es una tarea que a su abuela, hablante de la lengua, podría haberle significado un castigo. Y es que como cuenta el historiador y doctor en ciencia política Viktor Naqill (57 años, Ancud, Chile), hubo un tiempo, no tan lejano, en que la escuela prohibió y castigó el uso del idioma del pueblo mapuche, que se habla en Chile y Argentina. Hoy, sin embargo, la misma escuela intenta revitalizarlo, esfuerzo al que se suman universidades —con carreras como la de Pedagogía en Lengua y Cultura Mapuche, que imparte la Universidad Católica de Temuco— y distintas agrupaciones que organizan cursos abiertos a la comunidad e internados de inmersión lingüística en los que durante días solo se escucha y se habla mapuzugun.

A pesar de los avances, según un estudio del Instituto de Estudios Indígenas e Interculturales (IEII) de la Universidad de La Frontera, publicado en septiembre, el mapuzugun se encuentra en estado crítico, pues sólo un 14% de los encuestados —de la zona de Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos— lo hablan de manera fluida. “La pregunta que habría que hacerse es si ese niño que está haciendo su tarea se convertirá o no en un nuevo hablante”, explica Naqill, quien es profesor del curso Wallmapu, su historia y su presente, en la Pontififica Universidad Católica, en Villarrica, una ciudad ubicada a unos 750 kilómetros de Santiago.

Pregunta. Usted estudia la historia del mapuzugun ¿qué hitos destaca?

Respuesta. Hasta el siglo XIX el mapuzugun era una lengua franca —lengua común para la interacción comercial, social o política, entre pueblos que no tienen la misma lengua—. También había españoles que lo aprendían. Los jesuitas, por ejemplo, lo usaron en su trabajo misional. Era una lengua fuerte. Digo esto para dimensionar la magnitud de la pérdida.

P. ¿Cómo convivía eso con el castellano?

R. En el caso de los territorios ocupados por los españoles al norte del Biobío y al sur del río Maullín —zona que marcó la frontera del control mapuche— hubo dos momentos. El primero es de cristianización y opera en gran parte a través del mapuzugun. Luego, un segundo momento, que respondió a cambios que se produjeron en España, con la llegada de los Borbones, en que al mandato de cristianizar se suma el de castellanizar, y la orden fue: cuando se instalen escuelas se debe usar la lengua castellana. Eso no tiene efecto en Wallmapu independiente. Después, con la ocupación chilena, que empieza recién en 1861 y se consuma en 1883, la escuela en castellano juega un papel fundamental.

P. ¿Se castigó el mapuzugun?

R. Se castigó a niños y niñas que hablaban mapuzugun. Hay testimonios mapuche por todo Wallmapu y escritos con denuncias del uso de palmetas de madera. A principios del siglo XX, en las escuelas de las misiones capuchinas, junto con prohibir estrictamente que se hablara la lengua, se recibía a niños chilenos para que en los juegos enseñaran el castellano a los niños mapuche. Diferentes métodos con un mismo objetivo: la asimilación.

P. El informe del IEII señala que hoy sólo un 14% de los encuestados, entre Biobío y Los Lagos, hablan mapuzugun de manera fluida ¿Le sorprenden estas cifras?

R. No, porque el proceso que le menciono ha sido sistemático y eficaz. Hay una transmisión intergeneracional y familiar que se perdió y que hoy se intenta reconstruir, sobre todo a partir de espacios autónomos.

P. El mismo estudio señala que sólo un 4% de los encuestados adquiere la lengua a través de instancias educativas. El Programa de Educación Intercultural Bilingüe (PEIB) en Chile comenzó en 1996. ¿Le parece que ha sido eficaz en términos de revitalización lingüística?

R. Hay que valorar que la lengua está hoy en la escuela, pero hay que discutir su condición, puesto que un proceso eficaz de revitalización es el que produce hablantes. Y en realidad eso no ocurre. Hay que tener en cuenta que se trata de un programa que está en pocas escuelas. En la actualidad, según el ministerio de Educación, hay 554 educadores tradicionales a lo largo de Chile de los cuales 365 son mapuche. De ellos, un 88,2% se concentra en las regiones del Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos. A esos números, que ya son bajos, hay que sumar otro factor: no todos esos educadores hablan mapuzugun fluido.

P. ¿La educación se ha centrado en el aspecto intercultural y no en el bilingüismo?

R. En general sí. Y en ese escenario en el futuro tendríamos a miles de personas que se autoafirmen como mapuche, pero que no hablarán la lengua. La pregunta que tenemos que responder es si el proceso de construcción como nación mapuche que llevamos adelante considera o no a la lengua como elemento fundamental.

P. ¿Qué significaría para el pueblo mapuche perder el mapuzugun?

R. Cada pueblo desarrolla los elementos que los constituyen y lo construyen como tal. Qué es un pueblo o nación no son conceptos que puedas sacar de un diccionario y aplicar a todos. Como pueblo mapuche considero que hay dos factores que nos han dado continuidad: la lengua y el territorio. Y si no están ambos, no solo está en juego la existencia del mapuzugun, sino la del pueblo mapuche.

P. ¿Es posible revertir esta situación?

R. Sí, hay procesos de revitalización lingüística que han sido eficaces como los del euskera y el galés. Por lo tanto, hay que conocer esas y otras experiencias con avances similares. La revitalización es, sobre todo, una cuestión política. En ese sentido, considero que tenemos una oportunidad de lucha, y es lo que estamos haciendo, concientizando, haciendo cursos e internados lingüísticos, acciones de difusión mediante la escritura, el canto y la música. Creando en mapuzugun y proyectándonos como pueblo.

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