Karol Cariola: “Hay sectores que han sabido explotar políticamente muy bien el miedo que siente la ciudadanía”
La presidenta de la Cámara de Diputados y Diputadas, militante comunista de la generación de Boric, sostiene que uno de los grandes desafíos del progresismo es afinar “aún más” la sintonía con los sentimientos de las personas
La diputada Karol Cariola (37 años, Santiago), la primera presidenta comunista de la Cámara de Diputados y Diputadas –asumió a mediados de abril– recibe este miércoles a EL PAIS en su oficina en el Congreso, en Valparaíso, en la antesala de la tercera Cuenta Pública que ofrecerá el presidente Gabriel Boric ante los parlamentarios este sábado 1 de junio. Es de la misma generación política que el presidente, la que emergió con las protestas estudiantiles de 2011. ...
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La diputada Karol Cariola (37 años, Santiago), la primera presidenta comunista de la Cámara de Diputados y Diputadas –asumió a mediados de abril– recibe este miércoles a EL PAIS en su oficina en el Congreso, en Valparaíso, en la antesala de la tercera Cuenta Pública que ofrecerá el presidente Gabriel Boric ante los parlamentarios este sábado 1 de junio. Es de la misma generación política que el presidente, la que emergió con las protestas estudiantiles de 2011. Y reconoce que “no ha sido fácil” para el mandatario de izquierdas estos dos años y medio en La Moneda. Sobre el Congreso, la institución peor valorada por los chilenos junto a los partidos políticos, según diversas encuestas, sostiene que hay un déficit en el quehacer de la política de todos los sectores.
Pregunta. ¿Cómo llega Chile a la tercera Cuenta Pública del Gobierno de Gabriel Boric?
Respuesta. Es claro que para el Gobierno del presidente Boric no ha sido fácil enfrentar estos dos años y medio de mandato. Han sido años convulsionados, no solo por lo que nos antecedió a propósito de un proceso de movilización grande [el estallido de 2019], también la pandemia y las consecuencias que generó. Nuestro país se convulsionó en términos sociales, políticos y económicos. También ha habido cambios relevantes en las correlaciones de las fuerzas políticas. Han surgido nuevos partidos y movimientos. Llegamos a una Cuenta Pública en que un Gobierno con interés de generar importantes cambios en ciertas materias se ha visto con dificultades para concretarlos. Es evidente que la reforma tributaria, que era uno de los principales ejes del programa de Gobierno, fue rechazada y el Gobierno no ha logrado retomar la aprobación de aspectos particulares. Lo mismo respecto a la reforma de pensiones que, si bien ha sido aprobada en su primer trámite en la Cámara Diputadas y Diputados, llega al Senado con serias dificultades, al menos en algunos de sus componentes esenciales. Y así, con varias otras dificultades, como lo que surgió con el tema del sistema de salud privado, la crisis de las isapres.
P. Llega después de dos años y medio difíciles.
R. No ha sido fácil. Aún así es importante ver el vaso medio lleno. Hay demandas de la ciudadanía que el Gobierno ha logrado proyectar. Fundamentalmente me refiero al avance de una agenda en materia de seguridad pública, donde el Gobierno ha aprobado más de 50 proyectos de ley. También se aprobó la ley de las 40 horas laborales, el aumento del salario mínimo a 500.000 pesos, el royalty minero.
P. ¿Cuáles son las expectativas de los anuncios del discurso? Los logros que menciona ya fueron aprobados.
R. Seguramente el presidente va a tener que ponerse ciertos plazos para poder cumplir con los compromisos que hizo frente al país y que esperamos puedan ser considerados. También creo que es muy importante para el Gobierno mostrar los resultados de sus logros, porque una cosa es que una ley se apruebe y otra es cómo se implementa y a cuántas personas beneficia. Por ejemplo, la ley de 40 horas, que ha permitido que cuatro millones de trabajadores y trabajadoras que hoy trabajen una hora menos. Lo mismo con la ley Papito Corazón. Hoy son miles de niños, niñas y adolescentes que están recibiendo por primera vez el pago de su pensión de alimentos.
P. Las urgencias son muchas. ¿Dónde considera que debería ponerse el foco?
R. El Gobierno ha logrado generar una estabilidad económica en términos inflacionarios que es significativa. Sin embargo, hay ahí un desafío pendiente con que se sienta en la vida cotidiana de los chilenos y chilenas, en sus bolsillos. Me parece que al menos hay tres líneas importantes: seguridad pública, economía y seguridad social, no solo en el tema de pensiones, sino también ayuda directa y concreta a los bolsillos de las familias.
P. ¿Con bonos o en qué está pensando?
R. No, creo que hay distintas maneras de ayuda directa. Hoy día, por ejemplo, existe el bolsillo electrónico, que es una ayuda que se implementó post pandemia y que probablemente podría resolverse como una ayuda permanente para las familias más pobres y que aumente su cobertura. Es correcto que el Gobierno siga buscando caminos para mejorar los salarios, su capacidad de ingreso y también la empleabilidad. Aumentar la capacidad de empleo es una necesidad. Hemos tenido momentos de crecimiento, pero también de estancamiento en los últimos años y es relevante abordarlo y asumir acciones que permitan crear más empleo, aumentar la capacidad económica de las familias por distintas vías: aportes directos, mecanismos de subsidio, incentivar la contratación a través de generar empleos.
P. ¿Con qué tipo de inversión?
R. No solamente con inversión privada, también con inversión pública. Por eso aprobamos con el presidente del Senado el fastrack económico de desarrollo y crecimiento con 21 leyes que nos permiten legislar en esa dirección. Es importante poner mucho énfasis en la seguridad social, la seguridad económica y también en la seguridad pública. El Gobierno ha tenido avances, pero sabemos que todavía no se terminan de resolver los problemas. No basta solo con tipificar delitos, hay que perfeccionar todo el sistema de persecución. Eso significa fortalecer el Ministerio Público, el Poder Judicial, que tiene dificultades para poder hacerse cargo de todas las normas que han ido saliendo, y fortalecer a las policías.
P. Dos de esas tres agendas -economía y seguridad- no estaban dentro de las prioridades del Gobierno cuando llegó a La Moneda. ¿El cambio de discurso acorde a las urgencias ciudadanas deja tranquila al ala izquierda? O, como se ha visto, genera críticas.
R. En eso hay falsas dicotomías, porque la ciudadanía es súper compleja, el país es complejo, tenemos múltiples necesidades. El Gobierno ha sabido comprender muy bien que, independiente de las aspiraciones propias de su programa… aunque hay que mirarlo con mucha detención porque sí hablaba de seguridad pública, económica y social.
P. Desde prismas distintos a los que se ven hoy, como la refundación de Carabineros.
R. Exacto, pero los temas eran abordados en el programa de Gobierno. La diferencia está en que hay que entender que nadie gobierna solo y se gobierna con una sociedad que tiene diversas expresiones políticas. En el Parlamento, particularmente, hay una diversidad más amplia que en años anteriores. Por lo tanto, es evidente que el Gobierno ha tenido que abrir caminos para el diálogo político. Es natural. Un Gobierno llega con una expectativa, con un plan y en el camino tiene que convivir con la diversidad de fuerzas que están en el Congreso, como también los partidos y las diversas expresiones de la sociedad, los movimientos sociales. Hay coyunturas que en Chile han cambiado y eso no se puede desconocer. Es evidente que hay un cambio en la criminalidad. Hoy día no solamente la hemos ido diagnosticando, sino también afrontando. Eso no nos hace ni más ni menos de izquierda, al contrario. Los gobiernos tienen que ser capaces de asumir como propias las prioridades de la ciudadanía. Y uno le dará su prima, le pondrá su énfasis.
P. ¿El presidente Boric se ha encaminado hacia la moderación?
R. No me parece adecuado hacer una calificación de lo que el presidente ha hecho o no respecto de su rol. La evaluación de lo que termine siendo este Gobierno hay que hacerla cuando termine. Hasta ahora, al menos, lo que veo que ha hecho es asumir prioridades que la ciudadanía ha ido poniendo sobre la mesa y me parece que eso es correcto. Sin renunciar al avance de las políticas públicas con las que llegaron. El Gobierno ha ido dando muestras de que varios de los proyectos de su programa están en la palestra, como la reforma de pensiones, la tributaria o la sala cuna universal. Algunas han salido, como las que mencionaba antes.
P. Usted lleva un mes y medio en la presidencia de la Cámara de Diputados y Diputadas. ¿Cómo calificaría la voluntad política para lograr acuerdos?
R. Hay momentos en los que hay más voluntad y momentos en los que hay menos. Es sabido en el quehacer de la política que cuando hay procesos electorales cada sector intenta marcar sus propias posiciones y en eso muchas veces toman mayor distancia o mayor cercanía de una determinada política del sector que representan. Eso nos hace daño. El pueblo de Chile está aburrido de ver que la política se termina transformando cada cierto tiempo en trincheras, donde cada uno está más preocupado de marcar su posición que de avanzar en políticas públicas que les beneficien. En eso me parece que el aprendizaje de muchos y muchas durante todo este proceso ha sido convocarnos a la necesidad de no frenar los procesos de diálogo. Los procesos electorales son coyunturales, evidentemente marcan cuestiones relevantes, la correlación de fuerzas de un país, pero no pueden ser una razón para frenar lo que a todas luces nos llora como una urgencia.
P. ¿A cuáles se refiere?
R. No solamente al crecimiento económico, a las políticas vinculadas con seguridad pública, sino también en materia de seguridad social, como las pensiones, la sala cuna, el crédito con Aval del Estado (CAE). Cerca del 12,5% de las familias tienen deudas estudiantiles y eso es algo que tenemos que asumir y hacernos cargo. Esperaría que todos los sectores políticos estuviéramos a la altura de poner en el centro los intereses de las personas por sobre los intereses particulares de un sector político u otro. Los procesos electorales dificultan los procesos de diálogo. Eso es una realidad, me gustaría que fuera distinto.
P. El Congreso y los partidos políticos son las instituciones peor valoradas. ¿Qué está haciendo usted para reconstruir las confianzas?
R. Desde que asumí como presidenta he intentado jugar un rol muy ecuánime de entregar garantías a todos los sectores. No voy a renegar mi origen: vengo del movimiento social, soy una mujer que ha luchado por muchos años desde los movimientos feministas, tengo militancia en el Partido Comunista. Mis opiniones las he hecho públicas y no reniego de ellas. Algunas, por supuesto, las he ido cambiando, todos tenemos derecho a ir generando nuevas reflexiones. Sin embargo, desde esas características he decidido jugar un rol de representación institucional. Cuando se da la garantía a otros sectores políticos se van ganando espacios de confianza. He tenido en esta oficina reuniones con los jefes de bancada del Partido Republicano, el Partido Social Cristiano, hasta los partidos oficialistas, pasando por Chile Vamos e independientes. No ganamos mucho en este momento con seguir debilitando las instituciones más de lo que están.
P. ¿Considera que la oposición está siendo responsable para avanzar en las prioridades que tiene este país?
R. Hay un déficit en el quehacer de la política de todos los sectores, tanto de quienes hoy día puedan estar en el oficialismo como de quienes puedan estar en la oposición. El no ponernos de acuerdo muestra un déficit y la principal responsabilidad que tenemos es con la ciudadanía, con dar respuesta a sus necesidades más urgentes y ahí efectivamente ha habido retraso.
P. ¿En qué pie llega la izquierda a las municipales?
R. Creo que las dificultades para todos los sectores políticos son grandes. Hemos tenido momentos en los últimos años en que han surgido nuevas fuerzas políticas que han sido despampanantes, que han tenido tremendos resultados, pero que la elección siguiente cambia radicalmente ese escenario.
P. ¿Qué fuerzas políticas fueron despampanantes?
R. El Partido La Gente, por ejemplo, que aparece, se desarrolla, tiene una alta votación y hoy le queda un solo parlamentario en el Congreso. Desde los espacios del progresismo de la izquierda también hay grandes desafíos respecto de afinar aún más la sintonía con las personas. La presidenta Michelle Bachelet decía que hay sectores políticos que han sabido captar mucho más la sensibilidad de las personas a partir de sus miedos, su cotidianidad y que, a veces, desde los sectores progresistas se actúa con más racionalidad que con sensibilidad respecto a ciertas cosas.
P. ¿En qué sentido?
R. Parte de nuestro desafío es actuar con un sano equilibrio de la racionalidad, pero también la sensibilidad de empatizar con la vida cotidiana de las personas, con sus sentimientos más profundos, como el miedo, por ejemplo. En los debates en materia de seguridad creo que a veces se generan ciertas contradicciones en algunos parlamentarios. Yo digo que lo que tenemos que hacer es resguardar desde los principios básicos, como los derechos humanos, el actuar en el marco en la institucionalidad, el no sobrepasar los límites de lo que termina siendo autoritario, pero también poner sobre la mesa que hay chilenos y chilenas que están viviendo con situaciones de miedo y no lo podemos desconocer.
P. ¿A la izquierda le ha faltado sintonizar con el miedo ciudadano?
R. Creo que lo que acabo de decir.
P. Está de acuerdo con lo que dijo la presidenta Bachelet…
R. De que hay que hacer un sano equilibrio entre lo racional y la sensibilidad para poder sintonizar aún más con las necesidades de la ciudadanía en todos los ámbitos, incluido sus temores. Creo que el miedo es parte de las sensibilidades que hoy día tiene la ciudadanía y hay sectores que lo han sabido leer muy bien y que lo explotan políticamente muy bien. Sin embargo, en el progresismo probablemente hay todavía algunas dificultades para sintonizar aún más con esta mirada.
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