Gareca: el verdugo cambió de bando

Tras un exitoso proceso en Perú, ‘El Tigre’ decidió aceptar la desesperada oferta de Chile para regresar a los mundiales después de dos ausencias. Una tarea compleja que despertó pasiones y polémicas en la llamada “rivalidad del Pacífico”

Ricardo Gareca en Santiago (Chile), el 25 de enero.Elvis González (EFE)

“No te puedes ir a vivir con la vecina”, estalló en cámara el periodista peruano Pedro García al enterarse que Ricardo Gareca había llegado a un acuerdo con la Federación chilena para asumir como entrenador de la selección. Fue la reacción de muchos que consideran una traición que el técnico que devolvió a Perú a los mundiales después de 36 años y que se quedó en el repechaje fuera de la última Copa del Mundo firmara por el más tradicional de los adversarios.

El Tigre, convertido en ídolo, fina...

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“No te puedes ir a vivir con la vecina”, estalló en cámara el periodista peruano Pedro García al enterarse que Ricardo Gareca había llegado a un acuerdo con la Federación chilena para asumir como entrenador de la selección. Fue la reacción de muchos que consideran una traición que el técnico que devolvió a Perú a los mundiales después de 36 años y que se quedó en el repechaje fuera de la última Copa del Mundo firmara por el más tradicional de los adversarios.

El Tigre, convertido en ídolo, finalmente abandonó a la selección del Rimac tras no llegar a acuerdo en el 2022, devolviendo el orgullo perdido a toda una generación de aficionados, que vieron cómo su selección postergó los sueños mundialistas de Chile en dos oportunidades consecutivas, además de superarlos también en las dos últimas Copas América.

Fue por eso, tras las fracasadas experiencias de Reinaldo Rueda, Martín Lasarte y Eduardo Berizzo, que finalmente la Federación de Chile decidió convocar a su verdugo para hacerse cargo de un proceso que está muy complicado: marcha octavo en la tabla, superando sólo a Bolivia y a los propios peruanos, que aún lamentan que Gareca se marchara tras considerar insuficiente la propuesta para seguir al frente de los incaicos por un tercer período.

Gareca nació futbolísticamente en Boca, pero también jugó por River, Independiente y Vélez, club en el cual se convirtió en ídolo. Su paso más exitoso, sin embargo, lo tuvo en el América de Cali, cuadro con el que disputó tres finales de Copa Libertadores. Tuvo mala fortuna en la selección argentina, pues lo convocaron Menotti y Bilardo sin lograr convencerlos para integrar las nóminas en las Copas del Mundo del 82 y el 86, pese a que anotó el agónico y definitorio gol del triunfo ante Perú que le sirvió a la escuadra de Maradona para clasificar al Mundial que les daría su segunda estrella.

Como técnico ganó cuatro títulos con Vélez, pero su última pasada fue paupérrima. Arrepentido de haber tomado un club, rechazó la oferta del América de Cali para enfocarse en la posibilidad de tomar a la selección chilena, pese a que La Roja atraviesa por un duro momento de recambio de la generación dorada, que ganó dos Copas América, con Arturo Vidal y Alexis Sánchez como distinguidos sobrevivientes.

Sus momentos más felices los vivió, por ende, entre el 2015 y el 2022 al mando de Perú, país que sostiene una rivalidad histórica con Chile disputando el llamado clásico del Pacífico. La irrupción de Ecuador en los últimos años, sin embargo, les ha restado protagonismo por lo que para ambas selecciones es un imperativo salir del fondo de la tabla, donde hoy están ubicados. Gareca aprendió a trabajar con medios futbolísticamente limitados, potenciando a jugadores y privilegiando la cohesión de sus escuadras, que se hacen competitivas pese a no disponer de jugadores de primer orden.

También administró adecuadamente a jugadores en el ocaso de su carrera, como Paolo Guerrero o Jefferson Farfán, a los que llevó al pináculo de sus carreras. Podrá parecer traición en Lima, obviamente, pero es la opción lógica de Chile que ya lo había tenido en la mira tras el fracaso rumbo a Qatar 2022. Con la aprobación del aficionado y la prensa, Gareca debutará en marzo en un amistoso contra la poderosa selección de Francia, y luego deberá asumir uno de sus desafíos favoritos: la Copa América, con sede este año en los Estados Unidos.

Vivir con la vecina se le hace lógico en el desarrollo de su carrera, aunque ganarse el cariño en la nueva casa será tarea difícil, porque aún quedan brasas de un éxito inédito en la historia, que no tardó demasiado en desvanecerse.

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