Roberto Méndez: “De fracasar nuevamente el proceso constitucional en Chile, sería muy comprensible una indignación”
El analista disecciona la opinión pública chilena a ocho semanas del referéndum del 17 de diciembre, de resultado incierto, según él. “Es una irresponsabilidad que los liderazgos políticos no expresen claramente cuál es su opción ante el plebiscito”, dice
El analista chileno Roberto Méndez, especialista en opinión pública, mira el cuadro político y social chileno a ocho semanas del plebiscito por una nueva Constitución del 17 de diciembre, el segundo intento constituyente de Chile de los últimos tres años tras el fiasco de septiembre 2022, cuando un 62% de los chilenos rechazó el texto de una Convención Constitucional dominada por la izquierda radical. Este nuevo pro...
El analista chileno Roberto Méndez, especialista en opinión pública, mira el cuadro político y social chileno a ocho semanas del plebiscito por una nueva Constitución del 17 de diciembre, el segundo intento constituyente de Chile de los últimos tres años tras el fiasco de septiembre 2022, cuando un 62% de los chilenos rechazó el texto de una Convención Constitucional dominada por la izquierda radical. Este nuevo proceso, liderado ahora por la derecha, sobre todo la extrema del Partido Republicano, también corre el riesgo de fracasar. De acuerdo a la encuesta Cadem, que se publica semana a semana, un 28% dice que votará a favor en diciembre y un 53% que rechazará. Este lunes, el pleno del Consejo Constitucional terminaría de votar el texto en una etapa final y se tendrá un borrador de lo que la ciudadanía votará en el referéndum.
En su oficina del barrio El Golf, sin embargo, el profesor de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica observa opciones de que se impongan los que aprobarán. Sobre La Moneda de Gabriel Boric, que ha guardado silencio, amparada en la prescindencia, Méndez dice: “El Gobierno se está jugando por su 30%, por esa izquierda dura que se ha consolidado”. Y agrega: “Boric se ha mantenido con un 30% a pesar de todo. Es inmune”.
Pregunta. ¿Cómo está la opinión pública chilena a ocho semanas del plebiscito?
Respuesta. Se ve especialmente incierto el resultado del plebiscito. Las encuestas, efectivamente, muestran un rechazo mayoritario, una gran cantidad de personas que no se ha decidido, pero aún así, el proceso está muy líquido. Por lo tanto, a ocho semanas, es posible que el resultado no pueda ser predicho hoy en día, a ocho semanas.
P. Eso es una rareza.
R. Es una rareza absoluta para la realidad chilena porque, por ejemplo, en el plebiscito constitucional de septiembre de 2022, donde se rechazó por un 62%, ya desde cuatro meses antes las encuestas predecían el resultado. Ahora estamos a menos de dos meses y uno ve que todavía está líquido y los sondeos muestran un cierto movimiento que dan cuenta de que el apruebo podría subir.
P. Los resultados de las encuestas parecen ser muy contundentes: muestran la opción por el rechazo muy arriba. ¿Por qué dice que el resultado está abierto?
R. Por el clima de opinión, que no se basa ni en los contenidos –porque son difíciles y confusos– ni en posturas claras de los bloques y liderazgos políticos que han sido ambiguos. El ciudadano medio no tiene referencias ni de contenidos ni de dónde están sus líderes y en lo que se funda este rechazo es que la gente lo asocia a una propuesta más de un mundo político que hasta ahora no ha cumplido. Eso, al no tener un fundamento intrínseco, me hace pensar que puede cambiar.
P. ¿Cómo están los ciudadanos?
R. Los ciudadanos están cansados, hay un cansancio muy grande de esto. Y hay una urgencia de que el Estado se haga cargo de prioridades que están muy presentes para las personas. Una es el tema de seguridad. La encuesta de Paz Ciudadana, en la que participé desde su creación, muestra que el temor a ser víctima de la delincuencia está en su nivel más alto en los últimos 23 años, muy impactada por lo que ha pasado en los últimos dos años. Y los temas de pensiones, salud, educacional, desde 2019 estrictamente no se ha hecho nada.
P. ¿Un estancamiento en los temas clave?
R. Es que el Gobierno de Piñera terminó en condiciones muy frágiles políticamente y el Gobierno de Boric hasta ahora ha enfrentado constituciones, pero tampoco ha logrado aprobar ningún proyecto importante en estas materias. Y sus proyectos en temas tributarios, salud, pensiones, están todos empantanados en el Congreso. Por lo tanto, si en estas semanas que restan para el plebiscito se logra proyectar la idea de que esta Constitución es un arreglo que no es perfecto, pero que nos podría sacar en de esta situación de pantano en que vivimos en los últimos años, es posible que la opinión pública se vuelque. Y también será muy importante lo que suceda con los liderazgos políticos.
P. ¿En qué sentido?
R. Uno de los problemas que tenemos es que los liderazgos políticos han sido extraordinariamente ambiguos y débiles en torno a manifestar la importancia que tiene solucionar el tema constitucional. Y lo probable es que se pongan en juego los liderazgos políticos en las próximas semanas y que haya oportunidades para quienes presenten una opción que solucione el problema. Si finalmente esto no sucede, y se rechaza, será una gran desilusión para la población y un gran fracaso para nuestra clase política, que ya está muy dañada. Si gana el rechazo en el plebiscito de diciembre, será el fracaso del gran acuerdo político de noviembre de 2019.
P. ¿Por qué?
R. Porque ahí, cuando el país estaba aterrado por un levantamiento que estaba quemando y destruyendo el país, se acordó que la solución sería este proceso constitucional. Y después de cuatro años, el 17 de diciembre concluir que esto fracasó, es como que todo fue un gran fiasco. Se va a leer como que fue un invento para ganar tiempo, pero al final no se ha hecho absolutamente nada. Y quedamos peor, porque muchos temas han empeorado. De fracasar nuevamente este proceso constitucional, sería muy comprensible una indignación, que no sabría muy bien cómo se va a expresar.
P. ¿Lo cree posible?
R. No sería sorprendente que eso ocurriera. Por lo tanto, hay una responsabilidad muy grande de todos los políticos. Los que están en la discusión –los miembros el Consejo, los partidos, el Partido Republicano– tienen una responsabilidad enorme en lograr acuerdos para que el proyecto sea aceptable para la mayoría. Y los líderes políticos que no están directamente involucrados, tienen que jugarse y presionar porque eso ocurra. Hasta ahora he visto pocos liderazgos que expresen claramente cuál es su opción. Muy pocos. Y eso es una irresponsabilidad, porque no están los tiempos para ese tipo de indefinición. ¿Dónde está RN, la UDI, el PS, el PPD? Nadie sabe, es muy confuso. Los moderados de la izquierda y la derecha están horquillados por unos extremos duros, emergentes y dinámicos en este momento y eso perjudica el proceso político y también afecta este plebiscito.
P. ¿A qué se refiere?
R. Son justamente los extremos los que están tomando posiciones más categóricas: el Partido Comunista está por rechazar y el Partido Republicano, por su parte, trabaja por el apruebo. Son los únicos dos sectores donde se observan opiniones duras y formadas. El resto es una gelatina y debe optar entre presentar sus opciones o claudicar ante estos extremos.
P. Hay quienes piensan que lo que suceda en el plebiscito no será tan clave. Kathya Araujo decía hace unos días en EL PAÍS que “lo que ocurra no va a resolver los problemas. Si se rechaza, se rechaza”. Usted parece, en cambio, que le da suma importancia.
R. No es irrelevante que se rechace, como no es irrelevante que se apruebe. Es una decisión importante y no da lo mismo cuál sea el resultado. El gran problema que ha tenido Chile como país en los últimos 10 años –porque no es más–, es el debilitamiento progresivo de todo tipo de instituciones, pero especialmente las instituciones políticas. Los estudios de opinión nos han mostrado una permanente caída, especialmente desde 2011, de la confianza en el Congreso, los partidos, el Poder Judicial, la ley, el Estado de derecho. La culminación de todo eso fue la caída de la Constitución, es decir, el acuerdo de noviembre 2019 para botarla. Fue una decisión atrevida, importante, que logró su objetivo. Fue el último gran acuerdo del sistema político chileno que no estuvo respaldado por los extremos, ni de la izquierda ni de la derecha.
P. Si nuevamente el proceso termina en un fiasco, entonces...
R. ...si fracasa la nueva Constitución, lo que fracasa es justamente el gran acuerdo político de 2019 y el triunfo de los extremos. Porque si no fueron capaces de cumplir ese acuerdo, ¿qué consenso van a lograr?¿cómo va a funcionar nuestro sistema político y nuestra democracia?
P. ¿Cómo ve al Partido Republicano, que ha protagonizado este intento?
R. El Partido Republicano tiene una gran oportunidad y un gran riesgo en lo que ocurra en las próximas ocho semanas. En lo que resta del proceso se enfrenta a un dilema. Por una parte, pretender plasmar en la Constitución su proyecto político y su visión del Estado, lo que sería un error. El Partido Republicano, al mismo tiempo, tiene la misión de potenciar su proyecto. Tiene un objetivo de mediano plazo, se ha transformado en una opción política importante y esta derecha conservadora tiene una proyección en Chile. Pero lograr que su proyecto político sea parte de la Constitución y además proyectarse al largo plazo, no son compatibles. El Partido Republicano va a tener que optar.
P. Y sobre el Gobierno: ¿es sostenible la prescindencia silenciosa?
R. El Gobierno de Boric ha sido difícil y aparece hoy día sin proyecto. Después de haber fracasado en el plebiscito de septiembre de 2022, su gran proyecto político, se ha visto un Gobierno que no ha sido capaz de sacar adelante un proyecto alternativo. Sin embargo, cuando uno ve las cifras de aprobación del presidente Boric, se ha mantenido con un 30% –o ligeramente superior– a pesar de todos los embates, de haber fracasado en la Convención Constitucional, incluso de los conflictos de corrupción. Es inmune. Lo cual habla de un apoyo político muy sólido, que se mantiene. Y tengo la impresión de que el Gobierno está tomando la estrategia de centrarse en ese grupo.
P. Con el 30% no construye una mayoría.
R. Pero un grupo político que es capaz de aglutinar al 30% de los votantes, es un proyecto político importante, que puede aspirar a un rol en el Congreso o volver a La Moneda. Boric, a esa altura de su segundo año de Gobierno, tiene el mejor nivel de aprobación de los cuatro gobiernos anteriores en esta misma fecha (Michelle Bachelet, Sebastián Piñera, Bachelet, Piñera). Boric con el Frente Amplio, a pesar de su inorganicidad, de sus conflictos internos, de la debilidad de los partidos que lo conforman, el papel del Partido Comunista -el elemento más orgánico y disciplinado–, se ha transformado en una oferta política muy importante. En ese contexto, esta prescindencia ante el plebiscito es un saludo a esa opción más radical y a no jugarse por un proyecto constitucional que podría parecer contrario a esas posturas. El Gobierno se está jugando por su 30%, por esa izquierda dura que se ha consolidado.