Radiografía a los moáis quemados por un incendio en Isla de Pascua: “El daño es mucho más grande de lo que imaginamos”

De las 222 estatuas de piedra dañadas el pasado octubre, 22 de ellas registran “graves alteraciones”, según una investigación liderada por Unesco

Moáis en las laderas del volcán Rano Raraku en Rapa Nui (Chile), en noviembre de 2022.Esteban Felix (AP)

Más de 350 piezas arqueológicas sufrieron algún daño producto del feroz incendio que afectó el pasado octubre la cantera del cráter volcánico Rano Raraku, en la Isla de Pascua, según una investigación liderada por la Unesco que se dio a conocer recientemente. Del patrimonio perjudicado por las llamas en la cantera donde los antiguos ...

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Más de 350 piezas arqueológicas sufrieron algún daño producto del feroz incendio que afectó el pasado octubre la cantera del cráter volcánico Rano Raraku, en la Isla de Pascua, según una investigación liderada por la Unesco que se dio a conocer recientemente. Del patrimonio perjudicado por las llamas en la cantera donde los antiguos rapa nui fabricaron los majestuosos moáis, 222 corresponden a las estatuas; 22 de ellas con “graves alteraciones” que deben ser tratadas al corto plazo, advierte el documento. “El daño es mucho más grande de lo que imaginamos”, sostiene por teléfono el alcalde pascuense, Pedro Edmunds.

El incendio ocurrió en una zona patrimonial especialmente sensible de la triangular isla ubicada en medio del Océano Pacficio y parte de la región chilena de Valparaíso, situada a 3.600 kilómetros. En la cantera Rano Raraku, varios moáis están inconclusos, semi enterrados, como el Te Tokanga, de 22 metros de largo y unas 200 toneladas de peso. Esto permitió que la mitad de las misteriosas estatuas se protegieran del fuego que impactó la isla declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1986.

Los arqueólogos de la Unesco, miembros de la comunidad indígena Mau Henua y de entidades gubernamentales y de la sociedad civil que elaboraron el informe, concluyeron que, más allá de las llamas, los factores climáticos e hídricos son los más recurrentes y perjudiciales para los moáis. La erosión biológica acelera el proceso de deterioro de la capa exterior de las estatuas, impactando entre 5 y 10 centímetros su superficie de roca única del que está formado el volcán, la toba lapilli. “El tiempo, la lluvia y el viento los están degradando. Si no hacemos nada, en 100 años van a desaparecer”, alerta Edmunds.

Fotografía cedida por la Municipalidad de la Isla de Pascua que muestra un área dañada por el incendio.Municipalidad de la Isla de Pascua

Claudia Uribe, representante de la Unesco en Chile, explica que, para conservar las piezas patrimoniales, se pueden aplicar técnicas relacionadas con la hidrofugación y adhesión de la piedra. La sofisticada metodología se utilizó hace pocos años con gran éxito y hace más de dos décadas en el centro ceremonial Ahu Tongariki, sobre el cual se yerguen 15 moáis. En incendios anteriores, donde también se vieron afectados algunos moáis, científicos japoneses y chilenos del Consejo de Monumentos Nacionales han aplicado soluciones químicas en la piedra para brindarle una capa de protección.

La arqueóloga y conservadora de la Comunidad Indígena Ma’u Henua, Daniela Meza, aclara que es un mecanismo muy lento y costoso. Cada moái implica dos a tres meses de trabajo e importar una serie de materiales de laboratorios extranjeros. “Los materiales no son tan caros, pero sí los costos aduaneros”, reclama. Meza comenta que antes del incendio había elaborado una lista de emergencia con las estatuas en peor estado. “Son unas 15. No se han quemado pero están más graves. Están al lado del mar y se están cayendo, prácticamente, a pedazos . Una vez que tengamos el permiso de Monumentos, vamos a devolverles su fuerza física para que puedan seguir de pie”, afirma la arqueóloga, quien junto a un equipo está diseñando una metodología para que no sea tan engorroso a nivel administrativo proteger a los moáis.

El alcalde Edmunds dice no tener la cifra de cuál es el presupuesto para aplicar la técnica de protección en los 22 moáis más perjudicados por el incendio. Uribe aclara que la Unesco no otorgará recursos para financiar dichos tratamientos de restauración y reparación: “El desafío que se enfrenta hoy es levantar fondos para iniciar un plan de conservación”. Antes de llegar a ese punto, los expertos elaborarán un plan de gestión de riesgo para fortalecer las capacidades de respuesta de los locales ante incendios u otras emergencias. Todo el proyecto de la Unesco en relación a los incendios cuenta con un presupuesto de 97.000 dólares para un año, financiado por el Fondo de Emergencia para el Patrimonio (HEF) del organismo, que busca la preservación y conservación de los sitios.

La isla, que vive del turismo, cerró por dos años y medio producto de la pandemia. Y aunque el alcalde irá a la ONU la próxima semana a hablar de cómo lograron tener solo cinco contagios y ni un muerto, la economía se resintió mucho en Rapa Nui. Y continúa coja. Están recibiendo solo tres vuelos semanales -750 pasajeros-, comparado con los 14 que llegaban antes del cierre -8.000 pasajeros-.

El Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) suscribió el pasado jueves un acuerdo por 620.000 dólares con el municipio pascuense y la comunidad indígena Ma’u Henua, administradora del Parque Nacional Rapa Nui. Los fondos se destinarán a fortalecer la gestión del histórico recinto y reactivar la economía. Cada isleño lo nota en su área. Daniela Meza, por ejemplo, ya no consigue reunir fondos de la comunidad cuando necesita proteger un moái. O 22.

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