Malaimagen, dibujante de humor político: “Boric da mucho, muchísimo material”

Uno de los principales referentes chilenos en el oficio analiza sus viñetas sobre los momentos y personajes que han marcado el proceso constituyente

El humorista gráfico Guillermo Galindo, ‘Malaimagen’, en su casa en el centro de Santiago, el 28 de agosto de 2022.Cristian Soto Quiroz

Cientos de pesos pesados de la política chilena se han visto caricaturizados en las agudas viñetas en blanco y negro de Malaimagen, nombre artístico del dibujante de humor político Guillermo Galindo (Santiago, 41 años). En los 15 años que lleva analizando a la clase política con un espíritu tan crítico como gracioso, Malaimagen se ha convertido en uno de los grandes referentes de su generación en el oficio. Desde una vereda paralela a la del periodista, ...

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Cientos de pesos pesados de la política chilena se han visto caricaturizados en las agudas viñetas en blanco y negro de Malaimagen, nombre artístico del dibujante de humor político Guillermo Galindo (Santiago, 41 años). En los 15 años que lleva analizando a la clase política con un espíritu tan crítico como gracioso, Malaimagen se ha convertido en uno de los grandes referentes de su generación en el oficio. Desde una vereda paralela a la del periodista, ha seguido atento cada paso del proceso constituyente, publicando una viñeta semanal sobre los temas que han marcado la agenda. Este 4 de septiembre los chilenos votarán si aprobar o rechazar la propuesta de la convención para reemplazar la Constitución heredada de la dictadura.

El dibujante publica esta semana su libro número 14, Basta de Caricaturas, un trabajo más alejado de la política, que inventa a la reflexión a través de situaciones cotidianas. “La misión de un dibujante de humor político es ser responsable y lo más serio posible con el proceso que se está viviendo”, sostiene, fuera de bromas, en una entrevista realizada este domingo en su casa ubicada el centro de Santiago, a dos calles del epicentro de las revueltas sociales de 2019.

Detalle de la realización de uno de los dibujos del humorista gráfico Guillermo Galindo, ‘Malaimagen’.Cristian Soto Quiroz

Pregunta. Desde el prisma humorístico ¿cuán graciosa fue la convención?

Respuesta. Siempre lo más gracioso son las situaciones más caricaturizables. El tema del Pelao Vade [el constituyente que fingió padecer cáncer con el objetivo de ser electo], los personajes que entraban a hacer polémica como [la convencional de derecha] Teresa Marinovic. También los que se robaron un poco la película, como [la presidenta de la convención] Elisa Loncon o [el constitucionalista de izquierdas] Fernando Atria. Trato de ser justo con la proporción que le doy a cada cosa. Voy trabajando de forma acotada y ahí trato de concentrarme: este personaje, esto es interesante, este tema no se ha tocado, etc.

P. ¿Encontró mucho material para hacer reír?

R. Sí, nunca me he quedado corto de material desde que estoy en esto. Al revés, me ha sobrado, no he podido abarcar todo. Hay temas que son graciosos y temas que no lo son. Ahí hay que tener cuidado. Pero el material estaba y era cosa de ir analizándolo y viendo qué cosas se podían rescatar para las historietas y para inmortalizarlas en el formato en el que trabajo.

P. ¿Sobre qué temas decidió no hacer humor?

R. Muchas veces en mi oficio ocurren situaciones graves y trato de tocarlas con responsabilidad, sin hacerles el quite. Intento abordar todos los temas cuando lo ameritan. Con los delicados, uno en vez de reírse, los integra, pero sin burlarte de las desgracias. Lo contrario con los fanatismos o las cosas burdas, como cuando decían que íbamos a eliminar el himno nacional, la bandera. Lo mismo con las fake news, que han sido muy relevantes todo este tiempo. Todo eso lo voy utilizando. Las cosas más absurdas son como un chiste en sí mismo y uno tiene que agarrar la pelota y usarla. Creo que lo que se está tratando de hacer es importante y la misión de un dibujante de humor político es ser responsable y lo más serio posible con el proceso que se está viviendo.

P. ¿Recuerda alguna viñeta que haya sido muy comentada o polémica durante el proceso?

R. Recuerdo temas que se posicionaron bien, como cuando empezaron a decir que pegar un sticker del Apruebo en un hogar era igual a los nazis que marcaban las casas de los judíos, la supuesta eliminación de la bandera chilena o que estaba mal imprimir ejemplares de la propuesta porque era anti-ecológico. Los abordo con mis dibujos y veo cómo los ridiculizo más de lo ridículos que ya son. También he dibujado mucho a [miembros de Amarillo por Chile, del Rechazo] como Cristian Warnken, Javiera Parada, o [a la senadora de centro izquierda] Ximena Rincón, que se puso la jineta del Rechazo de forma absolutamente comprometida con la causa, [al ex líder de la barra brava de Colo Colo pro Rechazo] Pancho Malo. Todos estos personajes son tan llamativos. Para mi es desafiante y emocionante seguir esto porque son momentos históricos y no sabemos cómo va a terminar.

P. Todos los ejemplos que me dio son del lado del Rechazo. ¿Los del Apruebo no le han dado material?

R. Sí. En el Apruebo está el tema de que todos los seguidores del Gobierno tienen esa cosa muy de idolatrar. Yo los pongo como un fan club de la figura del presidente Boric. Lo de la performance de la bandera chilena en Valparaíso, por ejemplo, seguramente va a ser mi próxima historieta y así voy metiendo personajes. Bachelet también me dio mucho material.

P. Usted es de izquierda, pero golpea a los dos lados. ¿Quiénes tienen mejor sentido del humor? ¿Los del Rechazo o los del Apruebo?

R. Es feo lo que voy a decir, pero con Piñera era mucho más fácil dibujar porque era un “enemigo más claro”. Ahora tengo mucha gente que me sigue y que se enoja cuando dibujo a Boric. La sátira política tiene mucho de crítica, entonces si hay que criticar, lo hago, le llegue al que le llegue. Hay unos que se decepcionan y te dicen que le estás haciendo el juego a la derecha o a la izquierda. A veces en la misma viñeta le hago el juego a ambas, según el público. Algo que uno va aprendiendo es que hay que tener una línea editorial propia y lo que la gente sienta respecto a ella, uno no lo puede ni debe manejar. No digo que los de derecha tengan mejor sentido del humor, porque no es así, generalmente son los que me atacan, pero creo que tiene que haber una autocrítica en la izquierda. Yo no soy parte del Gobierno. Soy una persona como cualquier otra y no voy a estar apoyando cosas que están mal, nunca. Los hechos son los hechos. Hay mucha gente que se enoja conmigo y a la semana siguiente me quiere de nuevo.

El humorista gráfico Guillermo Galindo, ‘Malaimagen’, traza uno de sus dibujos en su casa en Santiago.Cristian Soto Quiroz

P. Boric le ha dado material con las disculpas

R. Boric da mucho, muchísimo material. Con lo de las disculpas, con las promesas incumplidas, la reforma de carabineros. Al principio casi que había que disolver carabineros y ahora los están metiendo con tatuaje. Eso de pedir disculpas por todo, que es absurdo. O los personajes que se han mandado más condoros (errores). [A la ministra del Interior] Izkia Siches la he tenido que dibujar bastante. Muchas veces he dibujado a [la portavoz] Camilla Vallejo tratando de pararle los carros a los otros. No sé si en la interna es así, pero así se percibe. Ahí voy colgando también las muletillas. Boric tiene muchas, como la “condena, venga de donde venga”. Muchos temas sirven para que las historietas queden lo más graciosas posibles, pero tienen que ser sustanciosas. Como los temas son relevantes, hay que tocarlos con potencia.

P. ¿Es más fácil hacer humor político en un ambiente crispado?

R. Cuando hice el libro Esto no prendió (2020, Reservoir Books) tuve que dibujar sobre violaciones a los derechos humanos, las víctimas de traumas oculares, no era más fácil. Había más situaciones que daban para dibujar, pero también temas muy delicados que no daban para reírse. Cuando está todo más calmado es todo lo contrario. Te puedes reír porque está más relajado el ambiente, pero hay menos temas por lo mismo. Las dos situaciones tienen pros y contras para el proceso creativo, pero cuando está todo más crispado, más álgido, es más estimulante el trabajo creativo. Dan más ganas de participar, y la forma que tengo yo de participar es a través de los dibujos.

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