El predicador de Trump arenga contra la homosexualidad y el aborto en Argentina
El pastor evangélico Franklin Graham convoca a cerca de 70.000 personas en Buenos Aires tras ser recibido por Milei
Quién pudiera
vivir entre los dos.
Primero amaré el mundo
y luego amaré a Dios
El vendaval de espiritualidad del nuevo álbum de la española Rosalía cruzó fronteras y océanos este viernes, el día de su debut. Su canto de amor a lo divino y la evocación de santas y de imágenes religiosas de la misma artista que tres años antes experimentaba con los ritmos latinos y letras de sexo y fama llegó a oídos de los fans, pero también de quienes avizoran el regreso de una corriente conservadora mundial. El mismo viernes, en Buenos Aires, a 10.500 kilómetros de Barcelona, más de 30.000 evangélicos se reunieron en un estadio de fútbol de la capital argentina para escuchar la palabra del predicador estadounidense Franklin Graham, el favorito de Donald Trump. Un número aún superior concurrió este sábado.
Graham es el heredero de la poderosa dinastía evangélica fundada por su padre, Billy Graham. Como él, continúa cerca del poder y es además la estrella de una gira mundial de “avivamiento cristiano” realizada por decenas de países. El Festival de la Esperanza repite formato cada vez. Arranca con espectáculos musicales evangélicos que van in crescendo hasta el plato fuerte: la prédica del pastor y su posterior absolución de los pecados.
“La gente está en la búsqueda. La gente busca encontrar un propósito, un significado a su vida. Pero hay algo que falta. Dentro de nosotros hay un vacío que sólo puede ser llenado por Dios. Y yo te digo: Dios tiene un plan para tu vida”, proclamó Graham desde el púlpito levantado sobre el escenario del estadio de Vélez Sarsfield. “Pero tenemos un problema. Y el problema es el pecado. El pecado frena que Dios pueda revelarse y mostrarte su plan. El pecado es una barrera entre usted y Dios”, continuó ante un auditorio en el que abundaban los adolescentes y familias con hijos.
En la larga lista de pecados citados por Graham destacaron la homosexualidad —“Dios quiere que uses el sexo, pero debe ser usado dentro de una relación matrimonial entre un hombre y una mujer. No entre dos hombres. No entre dos mujeres”— y el aborto — “el aborto a los ojos de Dios es asesinato”.
Su discurso reaccionario choca con leyes vigentes en Argentina, pero muestra también la batalla cultural en curso que defiende el Gobierno del ultraderechista de Javier Milei y que en Argentina encuentra un eco creciente.
La prédica de Graham fue interrumpida varias veces por aplausos. El más atronador fue el que recibió al mencionar la reunión que mantuvo con Milei el pasado martes. El pastor estadounidense relató en el festival que Milei le habló de Moisés, el profeta del Antiguo Testamento con el que le gusta identificarse, y que él le regaló una Biblia, el mismo obsequio que recibieron los asistentes a la salida del evento.
Un día antes, el 31 de octubre, el presidente argentino recibió a representantes de la Alianza de iglesias evangélicas de la República Argentina (Aciera) en la Casa Rosada. A la reunión le siguió un acto inédito de oración. Nunca antes se había celebrado una ceremonia evangélica en la sede del Ejecutivo argentino. Tampoco un presidente de este país latinoamericano había declarado que Dios se le apareció para revelarle que tenía una misión ni había exhortado a “las fuerzas del cielo” para salir victorioso de la transformación que promueve en Argentina a golpe de motosierra.
Cerca del 15% de los argentinos se identifica como evangélico, una cifra por debajo del promedio latinoamericano, que ronda el 20%. Aún así, tanto el número de creyentes de este culto como el poder de sus líderes está en auge, aunque a una distancia muy grande de la que ostentan desde hace décadas en países como Estados Unidos y Brasil. “Hasta ahora se veía una presencia evangélica territorial, que no lograba dar el salto a la política”, opina el sociólogo Ariel Goldstein, autor del libro Poder evangélico.
El presidente argentino comenzó a cortejar al voto cristiano durante su campaña de 2023 como estrategia para llegar a los sectores populares, pero multiplicó los gestos hacia ellos este año. En las elecciones legislativas del pasado 26 de octubre, fueron elegidos seis candidatos evangélicos por el partido de Milei, La Libertad Avanza, que asumirán sus escaños en diciembre. Entre ellos destaca el de la pastora Nadia Márquez, futura senadora, quien sostiene que el aborto “es uno de los genocidios más grandes de la historia” y promueve la derogación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo aprobada en Argentina hace cinco años.
Para Goldstein, la principal habilidad del evangelismo es “su capacidad de construcción en términos afectivos y de pertenencia y en Argentina avanza en un contexto de desintegración social que se aceleró desde la pandemia”. Este sociólogo advierte que no todas las iglesias evangélicas defienden posturas de derecha extrema como las de Graham. En 2023, algunas de ellas apoyaron al candidato peronista, Sergio Massa.
Aún así, cree que muchos pastores pentecostales se han convertido en intermediarios entre la derecha argentina y las clases populares. “El Gobierno de Milei sufre un desgaste, por más que haya logrado retener una parte importante del voto. Una forma de ampliar su base social a sectores populares y medios es a través del evangelismo”, opina Goldstein. Su ejemplo son Trump y el expresidente brasileño Jair Bolsonaro. La enorme ovación de los evangélicos argentinos al escuchar el nombre de Milei muestra el éxito de esa estrategia.