El FMI aplaude a Milei por superar las metas económicas pactadas con Argentina
El organismo desembolsará 800 millones de dólares al Estado argentino cuando el directorio apruebe la octava revisión del programa de financiación de la deuda
El Fondo Monetario Internacional ve con entusiasmo el programa económico puesto en marcha por Javier Milei hace cinco meses. El organismo multilateral anunció este lunes que el Ejecutivo argentino ha tenido “unos resultados mejores de lo esperado” en la octava revisión técnica del programa pactado para el primer trimestre del año. Resta sólo una formalidad, que el directorio dé luz verde, para que Argentina reciba 800 millones de dólares como parte del programa de r...
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El Fondo Monetario Internacional ve con entusiasmo el programa económico puesto en marcha por Javier Milei hace cinco meses. El organismo multilateral anunció este lunes que el Ejecutivo argentino ha tenido “unos resultados mejores de lo esperado” en la octava revisión técnica del programa pactado para el primer trimestre del año. Resta sólo una formalidad, que el directorio dé luz verde, para que Argentina reciba 800 millones de dólares como parte del programa de refinanciación de la abultada deuda contraída por Argentina en 2018.
“Todos los criterios de desempeño se sobrecumplieron”, informó el FMI en un comunicado. “Se alcanzaron entendimientos sobre políticas para seguir reduciendo la inflación, reconstituir las reservas internacionales, apoyar la recuperación y mantener el programa firmemente encauzado”, agregó en el texto. El organismo destacó entre los logros el primer superávit fiscal trimestral del país en 16 años: 3,8 billones de pesos (unos 4.250 millones de dólares), que equivalen al 0,6% del PIB argentino.
El FMI apuntó también que las autoridades argentinas “han realizado esfuerzos significativos para ampliar la asistencia social a madres y niños vulnerables, así como proteger el poder adquisitivo de las pensiones” y vieron avances para ampliar “el apoyo político y social” al ajuste fiscal y a la “lucha contra intereses arraigados”.
Argentina recibió un préstamo de 44.000 millones de dólares del FMI en 2018, bajo el gobierno del conservador Mauricio Macri, y no lo pudo devolver en los tiempos pactados. En marzo de 2022, su sucesor, el peronista Alberto Fernández firmó un acuerdo para refinanciar la deuda que incluyó metas de reducción del déficit fiscal, acumulación de reservas y límites a la emisión monetaria.
Los desembolsos están condicionados al cumplimiento de las metas y su destino principal es el pago de los vencimientos de deuda. En enero, Milei recibió un primer desembolso de 4.700 millones de dólares, comprometidos de antemano al nuevo Gobierno.
Milei heredó un país con graves desequilibrios económicos, entre ellos alta inflación, déficit fiscal y numerosas restricciones cambiarias. Según el FMI, la “firme implementación del plan de estabilización de las autoridades ha permitido avanzar más rápido de lo previsto en el restablecimiento de la estabilidad macroeconómica.
En los últimos meses ha cesado también la sangría de reservas del Banco Central. Las reservas internacionales han aumentado en más de 4.000 millones de dólares, hasta los 27.127 millones de dólares. Son todavía insuficientes para retirar el cepo cambiario que impide la libre compra de divisas en el mercado oficial, pero el FMI confirmó que Argentina avanza hacia la transición “hacia un nuevo régimen monetario” que involucra la competencia de monedas. Durante la campaña electoral, Milei prometió que dolarizaría la economía argentina, pero después matizó que habilitaría el uso de la divisa estadounidense como una moneda más.
Los críticos al Gobierno advierten que la otra cara de la moneda del sobre cumplimiento de las metas pactadas con el FMI es la recesión que sufre Argentina y un nuevo aumento de la pobreza, que ya rozaba el 42% cuando asumió. En febrero, último mes con datos oficiales, la actividad económica retrocedió un 3,2% respecto a un año antes y los primeros datos de marzo son aún peores: la industria se desplomó un 21% interanual. El freno al gasto público, la caída del consumo y la eliminación de puestos de trabajo estatales empiezan a sentirse también en las cifras de desempleo.
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