Argentina usa yuanes por primera vez para saldar parte de su deuda con el FMI
El Gobierno de Alberto Fernández paga el equivalente a 2.700 millones de dólares en divisas chinas y Derechos Especiales de Giro
La falta de dólares en las reservas internacionales del Banco Central obligó este viernes al Gobierno argentino a tomar una decisión inédita: por primera vez saldó vencimientos de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con yuanes por un monto equivalente a 1.000 millones de dólares. Otros 1.700 millones fueron desembolsados en Derechos Especiales de Giro (DEGs), considerados la moneda del FMI al ser un activo de reserva integrado por una canasta de las principales divisas del mundo.
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La falta de dólares en las reservas internacionales del Banco Central obligó este viernes al Gobierno argentino a tomar una decisión inédita: por primera vez saldó vencimientos de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) con yuanes por un monto equivalente a 1.000 millones de dólares. Otros 1.700 millones fueron desembolsados en Derechos Especiales de Giro (DEGs), considerados la moneda del FMI al ser un activo de reserva integrado por una canasta de las principales divisas del mundo.
Se trata de la primera vez que el Ejecutivo de Alberto Fernández recurre a los yuanes de libre disponibilidad del intercambio de monedas con China para pagar al organismo internacional. Esas divisas estaban destinadas a financiar las importaciones procedentes del gigante asiático, pero ya se había anticipado que podrían darle otros usos.
“Se hizo el pago de los vencimientos de junio sin usar dólares sino DEGs y yuanes”, informó la cartera encabezada por Sergio Massa en un comunicado. El FMI confirmó la transacción en otro: “Las autoridades argentinas continúan manteniéndose al día con sus obligaciones financieras con el Fondo”.
El pago corresponde a dos vencimientos de la semana pasada, pero el Ministerio de Economía consiguió el aval del FMI para posponerlo hasta este viernes. El organismo aceptó también esta forma de desembolso mientras continúa abierta la negociación para reestructurar la deuda en Washington.
El equipo argentino ha pedido reformular las metas fiscales y de acumulación de reservas acordadas con el FMI en 2022 ante la imposibilidad de cumplirlas por el impacto de la peor sequía en décadas. El campo es el principal motor económico de Argentina y las pérdidas por la falta de lluvias rondan los 20.000 millones de dólares. El Gobierno argentino intenta también obtener un adelanto de los cerca de 10.000 millones de dólares que iba a recibir del FMI este año. En caso de aceptarlo, el organismo impondrá ciertas condiciones a cambio.
La negociación tiene lugar en plena campaña electoral, con Massa en el doble rol de ministro de Economía y precandidato del peronismo a presidente. El país celebrará elecciones primarias simultáneas y obligatorias (PASO) el 13 de agosto, consideradas una gran encuesta a nivel nacional, y generales el 22 de octubre, en las que los argentinos elegirán al sucesor de Alberto Fernández.
Esta semana, en claro tono electoral, Massa señaló que hay que hacer lo posible por pagar al FMI y “sacarlo de Argentina”. Recurrir al Fondo, señaló, “significa asumir metas, compromisos y obligaciones en términos de programa económico, significa ceder en parte tu autonomía para atarte a un programa”, subrayó el precandidato por la coalición Unión por la Patria (que reemplaza al Frente de Todos).
La apuesta del oficialismo por Massa es arriesgada si se tiene en cuenta la crítica situación económica del país. Tras dos años de notable crecimiento por la reactivación postpandemia, se prevé que el PIB argentino se estanque en este 2023. La inflación, del 114% interanual, está desbocada y se estima que se acerque al 140% al terminar el año. El PIB se estaLas reservas netas del Banco Central son negativas, lo que ha llevado al Gobierno a limitar todo lo posible las importaciones e imponer múltiples restricciones cambiarias. A diferencia de otros socios comerciales, China ha respondido a los pedidos de auxilio de Argentina con un claro objetivo en mente: acelerar su penetración en América Latina, un continente clave para proveerse de alimentos, minerales y combustibles.
Esta semana, el Banco Central de la República Argentina habilitó las cuentas en yuanes. Los argentinos que quieran comprar esta moneda podrán comprar hacerlo respetando el límite máximo equivalente a 200 dólares en la divisa que sea.
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