Fernando Andre Sabag Montiel, el atacante de Cristina Kirchner: tatuajes de odio e ideología nazi
El hombre que intentó asesinar a la vicepresidenta tiene 35 años, nació en Brasil, se nacionalizó argentino y había sido detenido en marzo de 2021 por portar un arma blanca
Fernando Andre Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar el jueves por la anoche a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tenía antecedentes penales. Este jueves, en uno de los barrios más ricos de Buenos Aires, apuntó con un arma en la cabeza a la vicepresidenta, que volvía a su casa en medio de la vigilia de cientos de sus militantes, acampados por décima noche consecutiva frente a su domicilio. El agresor llevaba una pi...
Fernando Andre Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar el jueves por la anoche a la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tenía antecedentes penales. Este jueves, en uno de los barrios más ricos de Buenos Aires, apuntó con un arma en la cabeza a la vicepresidenta, que volvía a su casa en medio de la vigilia de cientos de sus militantes, acampados por décima noche consecutiva frente a su domicilio. El agresor llevaba una pistola con cinco balas en el cargador pero ninguna en la récamara. El arma no disparó. El atacante ya tenía antecedentes penales. El 17 de marzo de 2021 fue detenido por circular en un coche sin matrícula. y portar armas blancas. Sabag Motiel lucía tatuajes de odio, vinculados al partido nazi, una ideología que reproducía en redes sociales.
Sabag Montiel tiene 35 años y nació en Brasil. Tenía solo seis años cuando se mudó a Buenos Aires con su familia. Se crió en un barrio de clase media de la capital y ahora arrendaba una habitación en una casa de San Martín, un distrito popular del extrarradio. El propietario se acercó a la policía cuando vio a su inquilino en las noticias. Contó que ocupaba un cuarto de su casa desde hacía ocho meses, lo consideró una persona “que nunca dio problemas” y dijo que, según le había contado Montiel, tenía al menos tres taxis. Cuando la policía requisó la habitación del agresor encontró dos cajas con 50 balas cada una, además de un gran desorden, ropa sucia, vajilla sin lavar de varios días y juguetes sexuales.
Según consta en los registros comerciales, era conductor y se dedicaba a repartir pedidos de varias aplicaciones. Su inscripción describe que estaba dedicado al “servicio de transporte automotor suburbano no regular de pasajeros de oferta libre”. El coche con el que trabajaba coincide con el Chevrolet negro en el que había sido detenido hace más de un año. La causa fue archivada poco después.
En su perfil de Instagram se define como “cristiano” y en su cuenta predominan imágenes suyas en soledad: frente al espejo, en el gimnasio, presumiendo de algunos tatuajes. En el codo izquierdo lleva un sol negro, un schwarze sonne en alemán, símbolo esotérico que los nazis utilizaban como un amuleto de la fuerza de la raza aria.
Entre sus numerosas fotos, Sabag Montiel subió el vídeo de una entrevista que hizo para un canal de televisión. Abordado en la calle por un reportero, da su opinión sobre la designación de Sergio Massa como ministro de Economía, el pasado 28 de julio. No tiene rastros de su origen brasileño y habla con acento de argentino nativo. “Massa ni a palos”, responde Sabag sobre el líder del tercer bloque de la coalición de Gobierno. En el vídeo le acompaña una mujer a la salida de un cine. “Ni Milei, ni Cristina tampoco”, agrega el hombre sobre la vicepresidenta y Javier Milei, el diputado ultraderechista que cuenta con un 15% de apoyo en las últimas encuestas. Sabag compartió el vídeo el pasado 29 de julio. “Los periodistas me felicitaban diciendo que sé de política”, escribe en la descripción sobre los conductores del programa, que celebraban sus respuestas. Sus cuentas en Instagram y Facebook fueron eliminadas el viernes de madrugada.
“Semejante realidad conmueve a todo al pueblo argentino”, dijo el presidente Alberto Fernández tras confirmar que el disparo del atacante falló por razones aún sin detallar. Tampoco ha trascendido el motivo. “Cristina permanece con vida porque por una razón todavía no confirmada técnicamente, el arma, que contaba con cinco balas, no se disparó pese a haber sido gatillada”, dijo en un mensaje televisado, y pidió a la jueza que investiga el hecho que proteja la vida del acusado.
La actualidad en Argentina lleva 10 noches concentrada en una esquina de Recoleta, el barrio de Buenos Aires donde tiene su residencia Cristina Fernández de Kirchner. El pasado lunes, un fiscal federal pidió condenar a la expresidenta a 12 años de cárcel por corrupción y sus fieles tomaron la calle. Desde entonces, cientos de personas la esperan cada noche en la puerta de su casa para mostrarle su apoyo.
Kirchner está acusada de encabezar una trama ilícita para defraudar al Estado a través de obras públicas en la provincia de Santa Cruz, durante sus dos gobiernos, entre 2007 y 2015. El conflicto se intensificó el pasado sábado, cuando el alcalde de Buenos Aires decidió vallar el domicilio de la vicepresidenta. Las peticiones de los vecinos para poner orden en la zona se habían hecho insoportables. La reacción no se hizo esperar: la militancia kirchnerista, que ese día tenía previsto marchar por las plazas de la ciudad, desvió su camino y desafió el cerco. Desde entonces, la seguridad de la zona se ha convertido en una discusión permanente entre el Gobierno nacional y el de la ciudad, conducido por la oposición.
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