Cecilia Todesca: “No son las políticas del FMI las que van a solucionar los problemas de Argentina”
Miembro del círculo cercano del presidente Alberto Fernández, la funcionaria argentina relativiza el impacto político y económico de la pelea con el kirchnerismo
Cecilia Todesca (Buenos Aires, 51 años) tiene a su cargo desde la Cancillería la estrategia comercial de Argentina en el exterior. Antes fue vicejefa del Gabinete de Ministros. A su papel de funcionaria suma otro menos perceptible: integra la mesa chica del presidente Alberto Fernández o el “albertismo”, como se lo conoce popularmente. Todesca habla como economista, pero no huye a ...
Cecilia Todesca (Buenos Aires, 51 años) tiene a su cargo desde la Cancillería la estrategia comercial de Argentina en el exterior. Antes fue vicejefa del Gabinete de Ministros. A su papel de funcionaria suma otro menos perceptible: integra la mesa chica del presidente Alberto Fernández o el “albertismo”, como se lo conoce popularmente. Todesca habla como economista, pero no huye a la interna política que hoy resquebraja la unidad con el kirchnerismo, la otra pata peronista del Frente de Todos. Los ataques contra el presidente desde el sector que responde a la vice, Cristina Fernández de Kirchner, ya son públicos y cada vez más crudos. Las críticas son válidas, dice Todesca, “pero la economía argentina, pensamos nosotros, que somos los criticados, tiene algunos limitantes, nos guste o no nos guste”.
Pregunta. ¿Cómo resume la situación económica de Argentina?
La economía argentina es objetivamente semi industrializada, con grandes capacidades vinculadas a la industria, los servicios complejos y la incorporación de ciencia y tecnología. Tiene también un sistema de seguridad amplio y con algunos derechos garantizados como la salud, la educación y las jubilaciones. Tuvimos muy malos momentos. Atravesamos una crisis de balanza de pagos muy severa y, luego, la pandemia.
Respuesta. ¿Cómo se solapa esa doble crisis con la guerra en Ucrania?
R. El aumento de la energía y los alimentos es un shock distributivo negativo en el mundo y también en Argentina.
P. ¿Resolver ese impacto está en el origen de las discusiones políticas dentro del Gobierno? Las últimas semanas ha habido cruces muy duros con sus socioes del kirchnerismo.
R. Acá hay una discusión que por momentos puede ser en un tono más fuerte que el que se escucha en otros lugares del mundo. Pero también tenemos ciertos instrumentos para dar esa discusión. En Argentina el nivel de sindicalización es alto, hay paritarias salariales, las jubilaciones tienen una fórmula de ajuste. Entonces, el Gobierno y la sociedad tienen mecanismos para discutir este impacto en la distribución del ingreso y tratar de contrarrestarlo. El año pasado, se logró un aporte extraordinario de las grandes fortunas. Se discutió entonces esto de “no sé si el Estado viene a ayudarme, entonces quiero menos Estado”.
P. Y eso equivale a menos impuestos…
R. Porque el impuesto es leído como algo que me sacan. Pero Argentina pudo poner en práctica el aporte, que fue pagado por todas las personas que lo tenían que pagar. Se dijo además que como estábamos cobrando más impuestos no iba a haber inversión y la inversión voló.
P. ¿Cómo explica eso?
R. Porque la inversión es consecuencia del aumento de la demanda, no de algo que yo llamo ‘las hadas de la confianza’. Vos invertís cuando proyectás que vas a vender más, y la política económica argentina, con todas sus dificultades, ha sido muy certera en poner a la producción y al trabajo en el centro de la escena. Hoy tenemos los resultados. Gobernamos 99 días sin pandemia. Si mirás los datos de esos 99 días, van todos para arriba. Pega la pandemia y los gráficos son todos para abajo. Pero en un año recuperamos toda la actividad y todo el empleo privado que habíamos perdido.
En un año recuperamos toda la actividad y todo el empleo privado que habíamos perdido.Cecilia Todesca
P. ¿Por qué entonces hay tanto ruido político?
R. Ese ruido no me asusta, porque tiene que ver con el tamaño de los problemas que viene enfrentando la economía argentina y el mundo. No son problemas sencillos y hay una tensión respecto de cuáles son las soluciones. Y, por supuesto, los partidos políticos tienen que ganar elecciones. Te dicen ‘che, vamos a hacer esto que está bien, pero ¿después ganamos la elección?’. Hay otro ruido, que es un malestar de la población. Previo a la pandemia y a la guerra en Ucrania, Argentina ya tenía un fenómeno inflacionario severo, que arrastraba desde hace tiempo. Si bien todos los que vivimos en este territorio estamos acostumbrados a convivir con la inflación, cuando se acelera genera malestar.
P. ¿Por qué Argentina tiene estos niveles históricos de inflación?
R. Tiene que ver con un estrangulamiento externo, los momentos en donde nos quedamos sin divisas. Y en el caso argentino, también con el bimonetarismo. Argentina es una economía que funciona cotidianamente en su moneda, en pesos, pero ahorra en moneda extranjera.
P. Esa costumbre tiene que ver con las crisis recurrentes…
R. No es que nacés en Argentina y tenés un gen que te hace comprar dólares. Ha habido determinados momentos -golpe militar, con el menemismo, con el Gobierno anterior- que tratando de solucionar las cosas profundizaron la dolarización. Nuestro diagnóstico es que Argentina necesita modificar su estructura productiva para ir relajando las restricciones externas. Pero esa transformación va a una velocidad distinta a la que necesita la gente que va cada día al supermercado.
P. ¿Cómo encastra el acuerdo con el FMI con estas estrategias?
R. Fue muy importante el acuerdo con el Fondo. Si la falta de dólares te genera incertidumbre e inestabilidad macroeconómica, debíamos despejar el calendario de vencimientos con el Fondo. Y eso se logró.
P. ¿Esos beneficios no quedaron neutralizados por las tensiones políticas? Hay una parte importante del Gobierno que se opuso y se opone a ese acuerdo.
R. En Argentina está claro que no son las políticas tradicionales del FMI las que van a solucionar los problemas que tenemos. Lo que estamos discutiendo, con más ruido o menos ruido, es cuáles son esas otras políticas que nos pueden dar más producción, más empleo digno y con derechos, más exportaciones. La tensión está ahí.
Somos una coalición nacional y popular consciente del descontento de la genteCecilia Todesca
P. ¿Qué pide el kirchnerismo?
R. Como coalición tuvimos una derrota importante en las elecciones de medio término. Nosotros, que somos un partido y una coalición nacional y popular, somos bien conscientes del descontento de la gente. Los ruidos tienen que ver con la derrota electoral y la percepción de que hay que generar una dinámica de medidas y un ambiente donde la gente empiece a sentir que va a estar mejor.
P. ¿Las diferencias pasan entonces por cómo generar ese ambiente?
R. En los objetivos no hay diferencias. Para mí, que soy parte del equipo que es criticado, creo que está bien que los compañeros y las compañeras nos discutan y nos digan que algunas cosas se tendrían que haber hecho de otro modo, antes, después o más profundas. Pero lo que sí creo es que dentro de la coalición todos saben que no hubo una sola política del Gobierno que haya ido en contra de la producción y el empleo.
P. ¿Dónde está el nudo a desenredar, entonces?
R. En la distribución del ingreso, que es un tema constitutivo del peronismo. Está la torta, ahora crece, y debemos ver cómo se distribuye. Algunos compañeros y compañeras pueden decir ‘acá hace falta un poco más de creatividad, incorporar algo nuevo’, y tal vez sea cierto. Pero la economía argentina, pensamos nosotros, que somos los criticados, tiene algunos limitantes, nos guste o nos guste.
Algunos compañeros dicen ‘acá hace falta un poco más de creatividad, incorporar algo nuevo’, y tal vez sea ciertoCecilia Todesca
P. ¿Le sorprende el tono de las críticas que lanza el kirchnerismo?
R. Los argentinos somos muy críticos de nosotros mismos. Eso no es necesariamente malo, pero este es un país heterogéneo y discutimos en un tono alto.
P. Ahora es un poco más que un tono alto. Se ha cuestionado la legitimidad del presidente
R. Siempre estamos discutiendo con tono alto.
P. ¿Confía entonces en que no habrá una guerra abierta?
R. Los objetivos son los mismos. Es probable que falte que se nos ocurran cosas nuevas, de creatividad, de sensibilidad. Nosotros escuchamos eso, y todo el Gabinete está conformado por gente con sensibilidad. Nadie dirá que está todo bien hecho y además tenemos problemas objetivos claros, como la inflación. Ahora, resolver la inflación en Argentina tiene que ver cambios estructurales, no hay recetas mágicas. A nuestro favor, a pesar de todo, tenemos algo para mostrar. Si pudiésemos ampliar esas políticas tenemos una posibilidad.
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