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Las elecciones en Honduras se deciden voto a voto entre los dos candidatos de la derecha

El liberal Nasralla se ha proclamado vencedor en redes, mientras el conservador Asfura pide prudencia. Trump intenta sembrar dudas al acusar a las autoridades de maniobrar para cambiar el resultado: “Si lo hacen, ¡será un infierno!”

Los resultados preliminares de la elección general en Honduras han dejado a sus ciudadanos con un un gusto a sorpresa. Muy pocos en este país centroamericano se esperaban que los comicios se decidieran voto a voto debido a un empate técnico entre los dos candidatos de la derecha: el liberal Salvador Nasralla y el nacionalista Nasry Asfura. Nasralla se ha proclamado vencedor en las redes sociales y ha mostrado datos de su partido que le dan una ventaja frente a su contrincante, pero Asfura ha optado por la prudencia. Mientras reina la incertidumbre en este país centroamericano, las autoridades electorales han pedido calma y esperar el cierre del escrutinio. “Ante este empate técnico, debemos tener paciencia y esperar que terminemos de contabilizar actas”, afirmó Ana Paola Hall, titular del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Hall ha felicitado a sus compatriotas por la participación en la elección del domingo y por guardar la compostura a pesar de lo reñido de los resultados. El día siguiente a la elección, reinaba la normalidad en Tegucigalpa, a pesar del temor a un estallido si el escrutinio no favorecían a Libre, el partido en el Gobierno, cuyos representantes habían advertido de que no aceptarían una derrota. Algunos negocios mantenían el cierre y otros no retiraban las láminas de madera con las que protegieron sus ventanales. El margen con el que el oficialismo ha perdido es tan grande que sus simpatizantes apenas han tenido tiempo de encajar el golpe.

El lunes, varios de los ministros de Gobierno comenzaron a aceptar esa derrota y despedirse de sus cargos. Fue el caso de Daniel Sponda, ministro de Educación, quien escribió en la red social X: “En la democracia, también se aprende de la derrota. Perdimos una elección, pero no nuestra causa”. Igual se expresó Octavio Pineda, ministro de Infraestructura y Transporte, quien informó que ya inició el proceso de transición y ha instruido a su equipo entregar toda la información al nuevo Gobierno que salga del complejo escrutinio de los votos.

Mientras Asfura y Nasralla mantenían el cara a cara electoral a la espera del desenlace de las autoridades, la candidata del oficialista Libre, Rixi Moncada, guardaba silencio. Había prometido una conferencia de prensa tras conocer los datos preliminares, pero la canceló la noche del domingo y desde entonces no se ha mostrado de forma pública. Quien sí se expresó sobre el resultado fue el expresidente Manuel Zelaya, quien fundó el partido tras el golpe de Estado militar que lo derrocó en 2009. “Libre es un partido de ideales probado en las calles y con grandes resultados sociales y democráticos en el ejercicio de la presidencia con Xiomara Castro”, escribió en X, en referencia a su esposa y actual presidenta. Castro no se ha pronunciado.

Las autoridades electorales están presionadas para presentar un cierre oficial de los votos lo antes posible, antes de que la incertidumbre caldee unos ánimos ya bastante encendidos tras una campaña electoral muy polarizada y cargada de insultos y amenazas. El país vive horas aciagas mientras simpatizantes de uno y otro bando exigen a sus candidatos que reclamen la victoria. Asfura aún se muestra sorprendido de haber remontado del tercer lugar en que lo ubicaban las encuestas a rozar por la mínima la presidencia. El Partido Nacional por el que compite en esta elección tiene un oscuro historial de políticos relacionados con escándalos de corrupción, ineficiencia y vínculos con el narcotráfico, como es el caso del expresidente Juan Orlando Hernández, conocido como JOH, condenado en Estados Unidos a 45 años de cárcel por narcotráfico.

A pesar de esa condena de la justicia estadounidense, el presidente Donald Trump anunció un sorpresivo indulto y el respaldo a Asfura, el pasado viernes, a tres días de las elecciones. Lo hizo en un mensaje en su red social, Truth, en el que, además, condicionó el apoyo al país centroamericano a la elección al candidato conservador. La noche de este lunes, el magnate republicano recurrió al mismo canal para sembrar dudas sobre el recuento. En contra de la postura oficial de su Gobierno, que había pedido paciencia, dijo que Honduras está “intentando para cambiar los resultados de su elección presidencial”. “Si lo hacen, ¡será un infierno!“, lanzó.

Asfura, que proviene de una familia de origen palestino, ganó fama entre los hondureños de político eficiente durante su mandato como alcalde de Tegucigalpa, debido a que impulsó varios proyectos de infraestructura urbana y obras de servicios públicos. El candidato, que se hace llamar en la red social X Papi a al orden, no perdió ni un minuto para explotar el apoyo de Trump: colgó en las redes fotos suyas al lado del republicano y el argentino Javier Milei, quien también lo ha endosado. Asfura ha prometido reformas económicas para atraer a inversionistas extranjeros, pero también ha dicho que fortalecerá las fuerzas armadas de un país que aún sufre las heridas del golpe de Estado de 2009.

Por su parte, Nasralla, quien aspira por tercera ocasión a la jefatura del Gobierno, es una cara muy conocida por los hondureños, porque es un popular presentador de televisión. Llegó esta elección como abanderado contra la corrupción de las élites políticas y empresariales que han desfalcado al Estado, con casos como la corrupción al sistema de seguridad que les costó a los hondureños más de 200 millones de dólares o el proyecto de infraestructura conocido como Trans-450, un metrobús para Tegucigalpa que nunca se terminó, pero desfalcó 150 millones de dólares de las arcas públicas. Nasralla ha intentado convencer al electorado de que él no forma parte de la clase política tradicional y que su elección representará una nueva forma de gobernar más “limpia”. El de la corrupción es un tema que duele en este país y es posiblemente una de las causas por las que Nasralla está a un paso también de hacerse con la presidencia. La decisión final está en un recuento que tiene en vilo a un país que ha dado la espalda al proyecto de transformación de una izquierda que ha resultado efímera.

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