Ir al contenido

Honduras aguarda expectante para conocer al sucesor de Xiomara Castro

La jornada, desarrollada bajo estado de excepción, ha transcurrido en calma. Los tres principales candidatos han publicado encuestas a boca de urna que los declaran vencedores

Elector durante las elecciones generales en un centro de votación de Tegucigalpa, Honduras.Foto: Délmer Membreño | Vídeo: Reuters

Honduras ha votado con tranquilidad este domingo para elegir a su próximo presidente. Comienza ahora un recuento de votos —se espera un primer corte a las 21:00, hora local— en plena tensión causada por los tres principales partidos, que a lo largo de la jornada electoral han publicado resultados a boca de urna que dan ganadores a sus candidatos. Rixi Moncada, del oficialista Libre, aseguró desde su perfil de la red social X de que “el reporte de todo el país, es excelente”. “Estamos ganando las elecciones”, añadió, mientras su más cercano rival, Salvador Nasralla, del Partido Liberal, se declaró victorioso del proceso y aseguró que triunfaría con el “50% de los votos”. “Voy a ser presidente. Aquí prácticamente todo el mundo vota por mí”, dijo. Será el Consejo Nacional Electoral que tenga la última palabra al mostrar el resultado del recuento de las actas electorales que muestren la decisión de los más de 6,5 millones de hondureños llamados a votar.

Los votantes deciden este domingo entre la continuidad que representa la abanderada de Libre, el partido fundado por el expresidente Manuel Zelaya y que llevó a su esposa, Xiomara Castro, a ocupar el cargo, o un cambio a la derecha de la mano de Nasralla o Nasry Asfura, el candidato del Partido Conservador que, en los días previos a la elección, recibió el espaldarazo del estadounidense Donald Trump. Esta noche se sabrá si los mensajes de Trump tuvieron el efecto que el republicano esperaba entre el electorado. Trump también ha prometido indultar al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado a 45 años de cárcel en EE UU por sus vínculos con el narcotráfico. El presidente argentino Javier Milei también ha dado su apoyo a Asfura.

La jornada se ha desarrollado sin mayores incidentes, aunque en un clima de máxima polarización y tensión por la omnipresente presencia de los militares, ya que Honduras se mantiene bajo estado de excepción, una controvertida medida tomada por la presidenta Castro para luchar contra la violencia que desangra el país centroamericano. Castro, además, les asignó a los militares una función que la ley no les atribuye: el aseguramiento de la transmisión y resguardo de las actas de resultados. El general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, afirmó el viernes que solo reconocerá a las nuevas autoridades presidenciales cuando el Consejo Nacional Electoral publique el resultado oficial del total de las actas. Los militares no harán caso de los datos que arroje el sistema de resultados preliminares, llamado TREP, muy cuestionado por el oficialismo.

Las juntas receptoras de votos abrieron a las siete de la mañana y, desde temprano, los tres candidatos asistieron a sus centros de votación con el llamado a una participación activa del electorado, que debe elegir también a los 128 integrantes del parlamento y las autoridades de los 298 municipios del país. La presidente Xiomara Castro votó al mediodía junto a su esposo, el expresidente Manuel Zelaya. “Ya comenzamos un proceso de refundación en el país y eso es lo importante”, dijo Castro a la prensa tras emitir su voto. “Estas elecciones son tan importantes para nuestra democracia. Lo que el pueblo se merece es paz y tranquilidad, asistir a las urnas con libertad y poder ejercer el sufragio”, agregó la mandataria.

Durante la mañana, hubo una masiva participación en centros de votaciones visitados por este periódico en Tegucigalpa. Jair Rico, de 22 años, trabajaba como custodio del partido oficialista Libre en esta junta de votación, a cargo de velar de la correcta entrega de las maletas electorales y asegurar de que todo transcurriera sin incidentes, incluyendo el recuento de los votos. “Al inicio, tuvimos unas pequeñas interrupciones con el sistema biométrico, ya que el sistema del Consejo Nacional Electoral estaba un poco lento, porque estaban ingresando datos de todos lados, en todos lados, pero pudo resolverse”, dijo Rico en relación con los aparatos que captan las huellas digitales de las personas registradas para votar. “La participación ha sido fluida, la gente viene más por la mañana”, comentó.

Nicolás Carrasco era uno de esos votantes. Acudió junto a su esposa a este centro con el alivio de que la mañana transcurría con calma tras una campaña electoral muy polarizada y ataques constantes de los aspirantes a presidir el Gobierno. “Los candidatos, en vez de dedicarse a hacer propuestas, también se insultaron, se sacaron todo lo malo, lo feo”, dijo. Carrasco acudió a la votación con una preocupación en la cabeza: la rampante corrupción que carcome a este país centroamericano. “El pueblo quería que se instaurara la CICIH, era una de nuestras prioridades, porque hay mucha corrupción, toda está bien contaminado”, afirmó en referencia a la comisión internacional anticorrupción, que va a paso de tortuga. Fue una promesa que la presidenta Castro deja inconclusa. De hecho, la mandataria se ha resignado este domingo tras votar: “Quiero ser muy clara con los medios. Todo lo que estuvo en mis manos para que la CICIH viniera a nuestro país, lo llevamos acá”, dijo.

Los observadores internacionales han destacado la tranquilidad con la que se ha desarrollado el proceso. La Misión de Observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) desplegó a 101 observadores en los 18 departamentos del país para dar cobertura completa a la jornada electoral, sin que registre incidentes de gravedad, mientras que el jefe de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Francisco Assis, ha calificado de “fiesta cívica” la elección. La Red de Defensa de la Democracia, una organización hondureña, ha documentado 4.427 incidencias, entre las que han mencionado algunas urnas que no fueron instaladas, además de comprobar material electoral dañado o incompleto. También ha denunciado problemas con los aparatos del sistema biométrico. Sus representantes denunciaron que en algunos centros de votación los militares exigieron sus credenciales a los observadores, lo que no está dentro de sus facultades.

Honduras también vota bajo el estado de excepción que la presidente Castro ha impuesto como medida extrema para combatir la violencia que asola al país, donde las pandillas y las redes del narcotráfico ejercen un amplio control. Las organizaciones de derechos humanos y observadores locales habían pedido al Gobierno que relajara la norma, porque temen que la presencia de militares en los puestos de votación persuadiera al electorado. En la escuela del Perú de Tegucigalpa, Luis Fuentes, observador electoral de la Red de Defensa de la Democracia, reprendía a los militares de un retén instalado en el ingreso de este centro de votación por no permitir que los electores entraran al recinto. “Tengo observando cinco elecciones presidenciales y jamás había habido un retén militar para ingresar a una escuela. Las aulas donde se vota están vacías, pero la gente está afuera, bajo el sol, porque los militares se han puesto ahí. Eso no me parece correcto, es contraproducente”, dijo Fuentes. Los militares permitieron la entrada de los votantes, pero el observador dijo que su presencia intimida a los electores. “Se ha dicho tanto en estas elecciones que tiene que tener cuidado, usar guantes para manejarlas limpiamente, que no haya malos entendidos y la presencia de los militares genera este tipo de problemas”, explicó.

Sobre la firma

Más información

Archivado En