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Un nuevo apagón nacional deja a Cuba a oscuras ante el hastío de la población: “¿Hasta cuándo?”

Algunas provincias llevan sin luz desde el fin de semana. El Gobierno asegura estar “trabajando duro para reconectar el sistema eléctrico nacional”

Que Cuba quedara completamente a oscuras era solo cuestión de tiempo. Como un cadáver en sus últimas, el país se fue apagando desde el fin de semana. Primero fueron las provincias orientales de Las Tunas, Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo las que quedaron sumidas en un apagón, a la vez que se reportaban cortes de luz eléctrica en Matanzas o La Habana. Este miércoles se supo del colapso del sistema energético nacional. No es la primera vez que sucede, sino la quinta en menos de dos años, desde aquel gran apagón masivo del 18 de octubre de 2024 en que la isla se convirtió por varios días en un punto ciego en medio del mar Caribe.

A pesar de los cortes de luz eléctrica casi diarios, algunos de hasta 18 horas, y de los fallos constantes de la termoeléctrica Antonio Guiteras —que se ha vuelto el hazmerreír de la gente tras tanto colapso— no podría decirse que los cubanos estén acostumbrados a las horas sin suministro de electricidad. Pese a ser una situación conocida en la isla desde principios de los noventa, se ha acrecentado en los últimos años.

Hay pocas cosas que despierten tanto la ira de la población cubana como un apagón, porque con él llegan el calor sofocante, los mosquitos, la comida que comienza a deteriorarse, la falta de gas para poder cocinarla, el agua que se acaba o los niños diezmados para ir a la escuela.

Cuando la Unión Eléctrica de Cuba (UNE) confirmó que para las 9:14 de la mañana de este miércoles se había producido “una caída total” del sistema, ya se había agotado la paciencia de los cubanos. “Váyanse todos ustedes, es lo que tienen que hacer de una vez”; “He desarrollado una ansiedad debido al estrés diario, ya esto no avanza más, pleno 2025 y nada mejora”; “¿Hasta cuándo? Por favor piensen en el pueblo, aunque sea una vez en su vida”, escribieron algunos usuarios en X.

La causa: una falla en la mayor termoeléctrica

En un escueto comunicado, el Ministerio de Energía y Minas de Cuba dijo que, aunque aún se investigaban las causas, el apagón podría estar asociado a “una salida inesperada” de la Guiteras, la termoeléctrica más grande del país. Las autoridades aseguraron, también, que comenzarían con el proceso de restablecimiento de la electricidad. “Contamos con una estrategia bien definida para enfrentar esta situación”, comunicó en la red social X el primer ministro cubano, Manuel Marrero. Trabajarían, dijo, para “el restablecimiento del sistema en el menor tiempo posible”.

Pasadas las tres de la tarde, la UNE informaba que tenían más de 200 megavatios de potencia activa en microsistemas eléctricos distribuidos por todo el país, y que habían priorizado lugares esenciales como hospitales, panaderías y bombeos de agua. El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel —por quien la gente estaba preguntando, al no haber dicho nada sobre la situación—, llegó horas después con el mensaje en X de que estaban “trabajando duro” y que cada provincia tomaba sus medidas para el restablecimiento del suministro.

Aun así, los cubanos viven sabiendo que es cuestión de horas para que llegue el próximo apagón. Masivo o no, este es el día a día en una isla donde los expertos no ven una solución posible en un sistema electroenergético añejo y completamente deteriorado, sin el mantenimiento y la infraestructura necesaria. A eso se suma la escasez de combustible de un país que no cuenta con las divisas para garantizar el suministro energético en cada hogar. Los especialistas han calculado que el coste de renovar el sistema eléctrico oscilaría entre los 8.000 y los 10.000 millones de dólares (entre 6.800 y 8.500 millones de euros).

Jorge Piñón, experto en energía y quien predijo el apagón de octubre del pasado año, declaró entonces a EL PAÍS que, a pesar de los parches momentáneos de las autoridades para salir del colapso inmediato, no veía posible un cambio en el sector eléctrico cubano hasta que el Gobierno “cambie su modelo económico, descentralice la economía y permita la inversión abierta”. Algo que, advirtió, podía tomar años: “Eso no es del día a la noche”. Ni el petróleo que llega de Venezuela o México, ni la ayuda que proviene de China, ni la que ha venido de manos de los rusos es suficiente para un país con una crisis sistémica.

Algunos cubanos logran lidiar con la escasez de electricidad con las plantas o paneles solares que muchas veces compran sus familiares del exterior. Otros, al borde de la desesperación, se han lanzado a las calles a modo de protestas que terminan rápidamente silenciadas por las autoridades.

Este miércoles, la cuenta oficial de la UNE se vio obligada a desmentir que esa institución oficial estuviera incitando a los cubanos a tomar las calles como ha sucedido recientemente en Nepal, después de que en las redes sociales circularan mensajes comparando la situación con el país asiático y pidiendo a los cubanos tomar la isla por la fuerza.

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