Venezuela: la comunidad internacional como último recurso
Es necesario que todos apoyemos las legítimas aspiraciones del pueblo venezolano a la democracia y por eso presentaré una propuesta de resolución al Parlamento pidiendo la publicación de los resultados electorales
Casi un mes después de las elecciones presidenciales en Venezuela, el país, ya sometido a fuertes tensiones, vive una crisis política sin precedentes. Esta elección, esperada desde 2018, se celebró en un contexto especialmente incierto, marcado por la invalidación de la candidatura de la líder de oposición, ...
Casi un mes después de las elecciones presidenciales en Venezuela, el país, ya sometido a fuertes tensiones, vive una crisis política sin precedentes. Esta elección, esperada desde 2018, se celebró en un contexto especialmente incierto, marcado por la invalidación de la candidatura de la líder de oposición, María Corina Machado, y el rechazo de la misión de observación electoral de la Unión Europea, pese a estar prevista en el acuerdo de Barbados.
Desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó la victoria de Nicolás Maduro el 28 de julio de 2024, los llamamientos al respeto de la integridad electoral se han multiplicado tanto en Venezuela como en el extranjero. La situación en el país es extremadamente tensa y las violaciones de los derechos humanos siguen aumentando. La represión habría provocado una treintena de muertos y cerca de 2.400 detenciones, entre ellas la de cuatro periodistas acusados de “terrorismo”. Los ataques a la libertad de expresión adquirieron una nueva dimensión a principios de agosto, con la suspensión de la red social X, acusada de haber orquestado un intento de “golpe ciberfascista criminal”. Estas medidas represivas han reforzado las fuertes sospechas de fraude que pesan sobre las elecciones.
Mientras que el régimen de Maduro cuenta con el apoyo de Rusia, China, Cuba e Irán, la mayor parte de la comunidad internacional impugnó los resultados, incluidos líderes latinoamericanos históricamente próximos a Maduro, como los presidentes Lula en Brasil y Petro en Colombia, y López Obrador en México. Ante las presiones, Maduro remitió la tarea de confirmar la elección al Tribunal Supremo de Venezuela, cuya independencia e imparcialidad son cuestionadas. Como era de esperar, el Tribunal validó su reelección.
Ninguna decisión puede sustituir a la soberanía popular. La publicación de las actas es la única garantía del respeto de la integridad electoral. Nicolás Maduro intenta ganar tiempo, como sabe hacerlo, reprimiendo y desacreditando a la oposición. También cuenta con el agotamiento de la comunidad internacional, desbordada por el contexto geopolítico marcado por la guerra en Ucrania y en el Medio Oriente, y con la actitud de espera en Estados Unidos debido a las próximas elecciones presidenciales.
No debemos permitir que la historia se repita. Si la situación actual continúa, cuatro millones de venezolanos podrían sumarse a los 7,7 millones que ya han abandonado su país, desestabilizando toda la región. Casi un mes después de las elecciones, no dejemos que Venezuela caiga en el olvido. El pueblo venezolano necesita más que nunca a la comunidad internacional para restaurar la democracia.
Deploro que en Francia la clase política no haya sido unánime en condenar las acciones y la represión del régimen de Maduro, y que Mélenchon siga apoyándolo. En el contexto actual, es necesario que todos apoyemos las legítimas aspiraciones del pueblo venezolano a la democracia y la libertad. Por eso presentaré una propuesta de resolución al Parlamento francés pidiendo la publicación completa de los resultados electorales, el respeto al voto del pueblo venezolano y el restablecimiento del Estado de Derecho en Venezuela. Esta lucha debe unirnos a todos. Invito a los representantes electos de todas las tendencias políticas que se preocupan por la democracia a apoyar esta resolución y a presentar resoluciones similares en sus Parlamentos.
Siga toda la información de El PAÍS América en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.