Perú da marcha atrás y revoca el decreto que exigía visa a los mexicanos por miedo a perjudicar el turismo

Boluarte había aprobado la visa a los ciudadanos de México después de que López Obrador hiciera lo mismo con los peruanos, pero ha rectificado por temor al impacto en el sector

Vista de Machu Picchu, una de las joyas turísticas de Perú.Enrique Castro-Mendivil (REUTERS)

Los vínculos diplomáticos entre México y Perú viven en continua tensión desde que Dina Boluarte asumió el poder hace un año y medio. Las relaciones quedaron reducidas a encargados de negocios después de varios desencuentros entre Boluarte y su par, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha resistido a reconocer su investidura presidencial y dilató hasta cuando pudo la entrega de la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico.
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Los vínculos diplomáticos entre México y Perú viven en continua tensión desde que Dina Boluarte asumió el poder hace un año y medio. Las relaciones quedaron reducidas a encargados de negocios después de varios desencuentros entre Boluarte y su par, Andrés Manuel López Obrador, quien se ha resistido a reconocer su investidura presidencial y dilató hasta cuando pudo la entrega de la presidencia pro témpore de la Alianza del Pacífico.

El último viernes, México anunció una medida de carácter temporal que crispó los ánimos del Gobierno peruano: establecer como un requisito la visa a todos los ciudadanos andinos que deseen viajar a tierras aztecas, requerimiento que se había suprimido en noviembre de 2012. El principal fundamento de la Gobernación: el aumento exponencial de los flujos migratorios irregulares de quienes tienen como destino final el norte del continente, vale decir Estados Unidos. “El objetivo es proteger la seguridad y bienestar de quienes se encuentran en situación de movilidad humana, así como colaborar en la lucha contra las redes de tráfico de personas”, explica el comunicado.

La respuesta de la Cancillería peruana no se hizo esperar: al día siguiente, con el principio de reciprocidad a modo de justificación, anunciaron que también solicitarían visa a los mexicanos que planeen visitar el Perú. “Lamentamos esta decisión de México que menoscaba los esfuerzos por mejorar las relaciones bilaterales y afecta los compromisos programáticos asumidos en la Alianza del Pacífico para facilitar el libre movimiento de personas entre ambos países”, dice el oficio. El decreto supremo se publicaría en breve y el requisito entraría en vigencia desde el 23 de abril.

A diferencia de los países vecinos, la cartera encabezada por Javier González-Olaechea no había expuesto razones de peso y parecía ser una reacción drástica más que una decisión meditada. Según un artículo del politólogo Will Freeman, publicado en Americas Quarterly, las autoridades mexicanas detuvieron a casi 144.000 peruanos que intentaron cruzar las fronteras de manera irregular entre el 2021 y el 2023. En el último tiempo se ha desatado un fenómeno de emigración: en 2022 más de 400.000 peruanos se marcharon del país sin regresar y tan solo en el primer trimestre de 2023, otros 400.000 les siguieron los pasos.

No pocos especialistas criticaron la reacción del Ejecutivo. “Se puede ser un poco más estratégico para pensar qué es lo que más le conviene al país y no simplemente entrar en esta dinámica de tú me golpeas y yo te golpeo, que en política exterior no siempre es el mejor camino”, le dijo el internacionalista Óscar Vidarte al portal de investigación Epicentro TV. El consenso del debate público indicaba que si la diplomacia es el arte de construir y mantener relaciones y negociaciones con tino, este no había sido el caso. La comunicación se había ausentado.

Un dato contundente: México fue el noveno país que más turistas le aportó al Perú en el 2023, alrededor de 76.300 visitantes, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo. Antes de la pandemia, esas cifras bordeaban los 130.000 turistas. No se trata de un asunto menor. Al parecer en Torre Tagle recién han caído en cuenta de ello: este miércoles, tan solo dos días después de la publicación del decreto supremo, el Gobierno peruano dio marcha atrás y anunció que ya no le exigirá visa a los vecinos del norte.

“Esta acción responde al llamado de diversas voces del sector turismo y afines, y honra nuestro compromiso con los principios de la Alianza del Pacífico, los cuales proclaman la libre movilidad de personas entre sus Estados miembros. Asimismo, reafirma nuestro espíritu en favor de la integración regional y los lazos de amistad y de cooperación con el pueblo mexicano”, dice el documento de Cancillería.

Ante este cambio de parecer, se desprende una pregunta: ¿ha sido con la intención de que México también dé un paso atrás o básicamente se analizó mejor la repercusión de la medida? Lo cierto es que a partir del sábado 20 de abril, los peruanos que tengan en sus planes recorrer México deberán contar con una visa. El trámite tendrá un costo de 53 dólares y se dará prioridad a quienes ya tenían sus pasajes comprados. No necesitarán visa aquellos que posean una visa válida o tarjeta de residencia para cualquier país que pertenezca al espacio Schengen.

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