Iberoamérica se une frente a la COP28
Por primera vez la Comunidad Iberoamericana se pronuncia con voz propia frente a la Conferencia de la Convención de Cambio Climático. Se trata de un poderoso mensaje de unidad y consenso frente a uno de los principales desafíos de la humanidad
El pasado mes de marzo, en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado en República Dominicana, se adoptó la Carta Medioambiental Iberoamericana, un acuerdo político que integra las visiones de nuestros países frente a los múltiples y complejos desafíos medioambientales, incluyendo la crisis generada por los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Esta carta fue una...
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El pasado mes de marzo, en la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado en República Dominicana, se adoptó la Carta Medioambiental Iberoamericana, un acuerdo político que integra las visiones de nuestros países frente a los múltiples y complejos desafíos medioambientales, incluyendo la crisis generada por los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación. Esta carta fue una reafirmación del compromiso de la región con el cumplimiento de los acuerdos internacionales y un reconocimiento de su importancia estratégica en términos de biodiversidad y de prestación de servicios ecosistémicos globales.
Sobre dicha base, los países iberoamericanos han acordado llegar con un mensaje conjunto a la 28ª Conferencia de la Convención de Cambio Climático (COP), que inicia este 30 de noviembre en Dubái. Este pronunciamiento tiene un importante valor simbólico, ya que es la primera vez que la Comunidad Iberoamericana se pronuncia con voz propia frente a la COP, donde los países iberoamericanos integran diversos bloques de negociación, de conformidad con sus sensibilidades e intereses. Es un poderoso mensaje de unidad y consenso frente a uno de los principales desafíos de la humanidad, y ante el cual los países iberoamericanos hacen parte estratégica en las respuestas y soluciones.
En su pronunciamiento, los 22 países iberoamericanos resaltan el valor del multilateralismo y de la cooperación internacional para responder a los desafíos globales del cambio climático. Ante un desafío global, la respuesta debe ser global, y en este sentido, reafirmaron los compromisos adquiridos en materia de acción climática y hacen un llamado a acelerar los esfuerzos para cumplir los objetivos de la Convención y del Acuerdo de París.
Igualmente, dedican un espacio importante para reconocer los retos de los países en desarrollo frente al cambio climático, tanto por los factores que aumentan su vulnerabilidad, como por los desafíos financieros y el impacto fiscal para hacer frente a la adaptación, la descarbonización de sus economías y las pérdidas y daños ocasionados por el cambio climático. La mayoría de los países iberoamericanos deben enfrentar estos desafíos al tiempo que deben seguir luchando contra la pobreza y la desigualdad.
Consecuentemente, los países hacen un llamado a la movilización de los recursos necesarios para dar cumplimiento a los compromisos de financiamiento asumidos por los países desarrollados y a la operativización del Fondo para Pérdidas y Daños, acordado en la COP27 y que resulta del mayor interés para los países de América Latina y el Caribe. En esta misma línea, reconocen la importancia de promover instrumentos financieros que tengan en cuenta los contextos de endeudamiento y espacio fiscal limitado que enfrentan muchos países de la región.
Otro aspecto fundamental es la prioridad absoluta que Iberoamérica atribuye a la agenda de adaptación, aspecto esencialmente vinculado con las importantes pérdidas y daños ocasionados por la creciente intensidad de fenómenos extremos a los que deben hacerle frente los países. Por ello, confían en la definición de una meta global de adaptación, como resultado de las negociaciones en Dubái, que impulse la acción y cooperación en este aspecto fundamental de la agenda climática.
Finalmente, los países formulan un llamado a acelerar la acción y a aumentar la ambición en las próximas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC por sus siglas en inglés), aprovechando la oportunidad única que presenta la realización del primer “balance mundial” sobre la implementación del Acuerdo de París que se realizará en el marco de esta COP.
A través de este comunicado conjunto, la Comunidad Iberoamericana reafirma su compromiso con las generaciones presentes y futuras, y envía un contundente mensaje sobre la urgencia de avanzar hacia un desarrollo sostenible, resiliente y de bajas emisiones, al tiempo que plantea, con honestidad y claridad, los desafíos, prioridades y particularidades de la región en ese camino.