El ELN asesina al menos a cuatro soldados en un ataque al batallón de Aguachica
La guerrilla colombiana ha emprendido una ofensiva desde el fin de semana en el marco de un “paro armado nacional”
Mientras el ministro de Defensa de Colombia, el general en retiro Pedro Sánchez, atendía una crisis de seguridad en el suroccidente del país por cuenta de un ataque de un grupo de las disidencias de las extintas FARC al pueblo de Buenos Aires, en el norte se abría un nuevo frente. En la noche de este jueves la guerrilla del ELN ha atacado el batallón del municipio de Aguachica, en el César. Los explosivos y disparos lanzados han dejado al menos cuatro soldados muertos y siete más heridos, de acuerdo con el Ejército colombiano, que ha informado que los lesionados fueron trasladados a centros médicos.
El ataque ha sido atribuido al frente Camilo Torres, de la última guerrilla en armas del país sudamericano, y se da justo tras una serie de agresiones de dicho grupo en el marco de un “paro armado nacional” de 72 horas, que empezó en la mañana del pasado domingo y que estaba previsto que terminara en las primeras horas del miércoles. Aguachica, una pequeña ciudad ganadera en los límites entre la región caribe y la andina de Colombia, es un punto neurálgico en el que se cruzan la principal carretera que conecta a Bogotá con la costa, así como la vía que asciende de las llanuras del sur del Cesar hacia la ciudad de Ocaña; y de allí al Catatumbo, una de las retaguardias estratégicas del ELN.
Los soldados que se encontraban en el batallón de Infantería N. 14, o batallón capitán Antonio Ricaurte, fueron sorprendidos por los ataques, pues allí el ELN no suele hacer presencia. Aunque las tropas respondieron con ráfagas de fusil, no pudieron evitar el amplio número de heridos ni los graves daños a la infraestructura de la instalación militar, ubicada unos 15 kilómetros al sur de la zona urbana, sobre la llamada Ruta del Sol.
El comandante del Ejército, el general Luis Emilio Cardozo, confirmó vía X que el reporte preliminar indicaba la muerte de cuatro soldados. “Nuestra solidaridad y total respaldo para ellos y sus familias”, escribió el oficial, a la vez que informaba que el Ejército estaba asegurando el área. “Este ataque contra quienes protegen a Colombia no quedará impune. El terrorismo no doblegará la voluntad de los soldados de la Patria”, concluyó.
Lo que va del mes de diciembre ha estado marcado por las acciones del ELN, cuyas conversaciones con el Gobierno de Gustavo Petro quedaron congeladas desde enero de 2025, después de una cruenta ofensiva en el Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, que no solo produjo un número indeterminado de muertes sino el desplazamiento masivo de más de 50.000 personas.
Los ataques iniciaron el Día de velitas, el domingo 7, fecha en la que en Colombia comienzan las celebraciones navideñas. Aquella madrugada, milicianos de ese grupo hicieron varios ataques simultáneos en Cúcuta, la capital de Norte de Santander, que comprende la región del Catatumbo. Allí, hicieron estallar al menos tres torres de energía eléctrica, atacaron una estación de policía en el municipio vecino de Villa del Rosario y dispararon a una patrulla de policía, lo que causó la muerte de dos uniformados. La onda explosiva afectó el carro en el que viajaban el gimnasta y medallista olímpico Jossimar Calvo y su esposa. El vehículo quedó destruido, pero ellos no sufrieron heridas de gravedad.
Días después, el viernes 12, anunciaron su “paro armado nacional”, con la justificación de protestar contra las amenazas de intervención imperialista en Colombia por parte del Gobierno de Donald Trump, “que pretende hundir aún más sus garras en territorios de América Latina y el Caribe”, según se lee en el texto. El comunicado hacía un llamado a la población civil a no moverse “por las carreteras y ríos navegables” y a que no se mezclara con militares para evitar accidentes.
En las últimas 72 horas el ELN ha cometido todo tipo de delitos: asesinó al conductor de una ambulancia en Puerto Santander, incineró un bus intermunicipal en Valdivia (Antioquia), destruyó un peaje en la vía Bucaramanga-Barrancabermeja. Y, en la madrugada de este martes, detonó unos explosivos en Cali en el momento en que dos policías patrullaban las inmediaciones del coliseo María Isabel Urrutia. Los uniformados fallecieron. “El grupo armado sigue decidido a mantener el país en medio del miedo y la zozobra”, ha concluido la defensora del Pueblo, Iris Marín, tras el ataque en Aguachica.