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Las tres mujeres con las que Uribe busca aglutinar a la derecha y arrebatarle el poder a Petro

Las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín apuntan a ser la primera mujer presidenta de Colombia. Se disputan el aval del partido Centro Democrático

Todas son férreas opositoras a Gustavo Petro y todas, ahora senadoras, buscan aglomerar a la derecha en las elecciones de 2026. María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín son las tres aspirantes presidenciales del Centro Democrático, el partido fundado y dirigido por el expresidente Álvaro Uribe. Si nada cambia en las próximas semanas, la formación conservadora y de derecha elegirá a una mujer como su candidata por primera vez en sus 12 años de historia. No son palabras menores: en las tres elecciones en las que ha participado, el partido ha puesto a un presidente (Iván Duque en 2018) y al ganador de una primera vuelta (Óscar Iván Zuluaga en 2014, aunque luego perdería contra Juan Manuel Santos). Las tres políticas buscan liderar una coalición que ya muchos denominan “anti Petro” y, de paso, convertirse en la primera mujer presidenta en la historia de Colombia.

El camino es largo y rocoso. Las encuestas no son halagüeñas, pues ninguna de las tres supera el 2% de intención de voto, de acuerdo con los últimos sondeos hechos por Invamer y el Centro Nacional de Consultoría. En detrimento del partido uribista, ha escalado el abogado Abelardo de la Espriella, un outsider de ultraderecha. El penalista ha recibido el apoyo de varias figuras conservadoras, aunque otras tienen reparos sobre esta ola abelardista, pues se trata de un candidato sin experiencia política, con la intención de tumbar el establishment y con varios escándalos a sus espaldas.

Aun así, su crecimiento ha llegado al núcleo del Centro Democrático, que sigue sin un rumbo claro. La semana pasada, el abogado aseguró que el cuarto aspirante que tenía el partido, Miguel Uribe Londoño, padre del asesinado senador Miguel Uribe Turbay, quería adherirse a su campaña. La movida fue vista como una bofetada para la colectividad y Uribe Londoño fue expulsado sin contemplaciones. La contienda entre las senadoras será resuelta en una encuesta a la militancia, y la ganadora llegará a una consulta interpartidista prevista para el día de las elecciones a Congreso, el próximo 8 de marzo.

Según Paloma Valencia, el momento es histórico. “Es maravilloso pensar que el partido que fundamos y en el que hemos creído nosotras tres esté llegando a un fruto muy significativo: la elección de la primera mujer presidente de Colombia”. Sobre De La Espriella, la precandidata considera que es “muy pronto” para evaluarlo como un líder entre la derecha. “Todavía no es el candidato. Estamos a más de seis meses de las elecciones y en política es importante dejar madurar las cosas”, asegura en una conversación telefónica.

Valencia (Popayán, 47 años) ha sido una de las pupilas más leales al expresidente Uribe. Nieta del expresidente Guillermo León Valencia, pertenece a un árbol genealógico repleto de políticos conservadores. Fue elegida al Senado por primera vez en 2014, en la primera incursión de su partido, y está en su tercer ciclo en la corporación. El actual no es el primer intento de la abogada de buscar el aval del Centro Democrático a la Presidencia: en 2018 renunció a su aspiración para apoyar a Duque y en 2022 perdió la encuesta interna contra Zuluaga. El 2026, cree, puede ser su momento estelar.

Lo que la diferencia de sus rivales es su apertura a coaliciones más amplias, incluido el centro político. “Hay que buscar una coalición muy amplia porque lo que está enfrentando Colombia no es un problema de izquierdas y derechas, son las ínfulas antidemocráticas de Petro”, señala. En una entrevista muy comentada, el mes pasado, dijo tener varios “amigos mamertos [una expresión despectiva de los votantes de izquierda]”, señalando, incluso, que está “casada con uno”. “Aunque no lo crean, pensar diferente no me ha impedido llegar a consensos con distintos sectores”, manifestó. Aun así, cree que estos comicios son “decisivos” para la democracia por las actitudes “autoritarias” que, considera, ha mostrado el Gobierno.

En una línea más dura, María Fernanda Cabal habla de vencer a un Petro “empeñado en imponer su comunismo disfrazado de socialismo del siglo XXI”. La precandidata alerta de que si la derecha no se une, el país está abocado a caer en una “dictadura”. “Nos empeñamos en defender esta democracia por todos los medios legítimos, porque el sentido común, el derecho y las libertades individuales no pueden perderse: son conquistas de décadas en una democracia como la nuestra”, dice en una respuesta escrita.

Cabal (Cali, 59 años) se ubica en el ala más radical del partido. La politóloga entró en la política en 2014 como representante a la Cámara por el partido uribista, para luego dar el salto al Senado en 2018. Es, con diferencia, la precandidata que ha intentado impulsar un perfil más internacional. A inicios de los 2000, fue directora de Asuntos Internacionales de la Fiscalía. Recientemente, ha alabado a mandatarios como el estadounidense Donald Trump y el argentino Javier Milei, también al expresidente brasileño Jair Bolsonaro, condenado por una intentona golpista. Es muy cercana a la ultraderecha española de Santiago Abascal, presidente del partido Vox.

Para la vallecaucana, los “pilares esenciales” que debe defender la derecha son, a rasgos generales, la vida, la familia, la propiedad privada y la libertad económica. En propuestas más específicas —y más debatidas— propone el porte legal de armas, construir nuevas cárceles o permitir el pago de seguridad social por horas -y no días- de trabajo. Argumenta que las tres precandidatas están “probadas en la arena política” y conocen “a fondo el funcionamiento del Estado”. “Siempre he creído que alguna de nosotras llegará a la Presidencia de la República, porque Colombia está preparada para tener una mujer como presidente”, recalca. La senadora publicará este mes su autobiografía Yo soy Cabal (de la editorial Intermedio).

La tercera contendiente es Paola Holguín. Senadora desde 2014, fue asesora presidencial de Uribe Vélez. Como legisladora, ha fomentado una agenda conservadora en general, y es una acérrima crítica del aborto en particular. Amiga personal del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y por años consultora en asuntos de seguridad, su oposición a la interrupción voluntaria del embarazo ha centrado parte de su acción política. Holguín (Medellín, 52 años) forma parte de la llamada “bancada provida” en el Congreso, que recientemente acogió una cumbre en la que varios defendieron la “vida desde la concepción” y alertaron de una supuesta “extinción de Colombia” por los datos de baja natalidad. Este diario intentó ponerse en contacto con la senadora para conocer sus opiniones de cara a la consulta, pero no obtuvo respuesta.

Las tres precandidatas tienen perfiles similares: senadoras desde la década pasada, fieles escuderas de Uribe y promueven una agenda muy conservadora como antítesis de una izquierda que ya tiene a un aspirante de mucho peso. El senador Iván Cepeda, enemigo declarado de Uribe Vélez y sucesor de Gustavo Petro, lidera las encuestas. Mientras, la oposición mira con atención a De La Espriella, pero sigue con el camino abierto. Por lo pronto, Valencia, Cabal y Holguín deben convencer a sus bases de ser la mejor opción para que la derecha vuelva al poder.

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