Petro retira el arancel a la industria del algodón y le pide reinventarse
La ANDI denuncia que se perderán 8.000 puestos de trabajo y acusa al presidente de izquierdas de promover una política “neoliberal”
Los fabricantes de indumentaria han ganado la batalla de la moda colombiana. El Gobierno de Gustavo Petro ha anunciado este martes que ha expedido el decreto que elimina el arancel que protegía a los hilanderos de algodón, los productores de la materia prima. Los confeccionistas ahora podrán importar esos insumos a precios más económicos, algo que reclamaban como esencial para su supervivencia ante la creciente competencia de minoristas extranjeros como Shein y Temu. La Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) ha asegurado que la decisión “acabará con la industria de los hilos” y que se perderán 8.000 puestos de trabajo. El presidente ha respondido que el sector, en crisis desde hace décadas, debe reinventarse.
El decreto, expedido el 14 de noviembre, argumenta que los hilanderos nacionales solo satisfacen el 12% de la demanda de los confeccionistas. Los fabricantes de indumentaria se ven forzados a importar la mayor parte de la materia prima desde países como India, Estados Unidos y México, con los costos adicionales de un arancel del 10%. El Gobierno ha enfatizado que este último sector emplea a muchas más personas (alrededor de 400.000) que el de los hilanderos, hoy en día reducidos a unas pocas fábricas. Eliminar el arancel, asegura, les brindará “mejores condiciones para competir con los productos importados”. Asimismo, en un comunicado emitido este martes, el Ministerio de Comercio e Industria ha asegurado que la medida protegerá a 72.000 empresas colombianas frente a “las distorsiones de precios” de mercados extranjeros. “El Gobierno del Cambio reafirma su compromiso con la reindustrialización”, ha subrayado.
La ANDI, el gremio más grande del país y al que pertenecen los hilanderos, ha rechazado la decisión. “[El Gobierno] acaba de entregarle el mercado nacional a los productores de China, Vietnam, Cambodia, India y Turquía. Desaparecerán 8.000 empleos y algunas de las compañías más representativas del sector”, denunció en X el presidente de la asociación, Bruce Mac Master, uno de los críticos habituales de Petro. El mandatario le ha respondió por la misma red social: “Puede, señor Bruce, reunir a los grandes empresarios afectados y trabajar una política de reconversión laboral para pasar a confecciones, que es lo que queremos fortalecer durante dos años. [El sector] tiene centenares de miles de empleos, la mayoría son empresarias”.
Mac Master elevó aún más el tono tras la respuesta del presidente. “Es la política industrial más neoliberal que hayamos conocido. Se nota que se trata solamente de un cálculo electoral, en donde él trata de ver donde tiene más votos, y sacrifica las industrias que tienen menos votos”, denunció. Los confeccionistas, en cambio, consideran que las administraciones anteriores a las de Petro tenían un sesgo contra ellos. El presidente de la Cámara de Confección de Colombia, Guillermo Criado, cuestionó a principios de mes al exministro de Hacienda José Manuel Restrepo luego de que este último se opusiera a eliminar el arancel de los hilanderos. “Tanto usted como el expresidente Duque le quedaron debiendo mucho al sector productivo nacional”, comentó en X.
En conversación con este periódico, Criado señaló hace unas semanas que debía tenerse en cuenta el peso de los confeccionistas. “Esto es una cadena en la que nosotros aportamos el 99% del empleo y el crecimiento económico”, subrayó. Asimismo, explicó que se encuentran en riesgo ante la competencia de plataformas como Shein y Temu: las compras menores a 200 dólares están exentas de IVA y logran sortear un arancel del 40% de que protege a los confeccionistas colombianos. “Tienen un lugar cada vez mayor. Hoy en día, entran 400.000 kilos diarios sin pagar nada ni producir empleo”, enfatizó.
El sector afectado advirtió durante semanas que la medida no solo acabaría con ellos, sino también con los productores de algodón, que aún producen la fibra textil en unas 10.000 hectáreas de Colombia —frente a las 300.000 que cultivaban en el siglo pasado—. Los sindicatos denunciaron que la crisis de los productores de materia prima se debía a que los confeccionistas les compraban los hilados a productores extranjeros, pese al arancel. También aseguraron que eliminar la protección no sería suficiente para que los fabricantes de indumentaria salgan adelante: los hilados, dijeron, apenas representan el 1% de los costos de una prenda de vestir. Propusieron, en cambio, que el Gobierno elimine las exenciones de IVA que tienen las plataformas minoristas.
En ese momento, el obrero y sindicalista Luis Rodrigo Carmona comentó a este periódico que la situación de los hilanderos de algodón era totalmente distinta en 1987, cuando ingresó a los 18 años a la fábrica de Fabricato en Bello (Antioquia). “Éramos un río de gente: 15.000 obreros. Ahora somos 1.200 y nos vemos en un proceso de extinción”, dijo. Expresó su preocupación por haber dedicado cuatro décadas al hilado de algodón: “No sé hacer otra cosa. ¿Y acaso los confeccionistas me van a contratar si me quedo sin trabajo?”. Criado, el líder gremial de los fabricantes de indumentaria, aseguró que no los dejarían solos y que los necesitan para obtener beneficios comerciales destinados a los productos producidos integramente en un país. “No nos pueden condenar a seguir pagando hilos con aranceles, pero queremos ayudarlos”, prometió.