Otty Patiño acusa al ELN de querer asesinar a su principal asesor y le exige que muestre voluntad de paz

El alto comisionado para la paz envía una carta abierta a la dirigencia de la guerrilla, a la que señala de buscar la muerte de Álvaro Jiménez y de haber descartado un acuerdo con el Gobierno de Gustavo Petro

Otty Patiño, alto comisionado para la Paz, en Bogotá, en enero de 2023.NATHALIA ANGARITA

El alto comisionado para la paz de Colombia, Otty Patiño, ha publicado este miércoles una carta abierta dirigida a los comandantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En ella acusa a Antonio García, Pablo Beltrán y alias Pablito y al resto de la dirigencia de querer asesinar a Álvaro Jiménez, su principal asesor y jefe de la delegación de paz del Gobierno con el Clan del Golfo. La misiva, de siete páginas de extensión, también exige a la última guerrilla en armas del país que muestre una voluntad real de paz en las negociaciones con el Ejecutivo, que ambas partes buscan descongelar y están estancadas desde mayo del año pasado: “La paciencia no es eterna ni la generosidad infinita”, escribe Patiño en un apartado de la carta.

La carta, que consta de siete puntos, comienza con una disertación acerca de la figura de Camilo Torres, el sacerdote que renunció a su dignidad clerical para sumarse en 1965 a esa guerrilla, en cuyas filas fue abatido en el primer combate en el que participaba, en febrero de 1966. En su opinión, y tal y como lo ha expuesto en otros espacios el presidente Gustavo Petro, la guerrilla que ha reivindicado la figura de Torres durante casi 60 años se ha apartado de las ideas y del proyecto de quien consideran una de sus grandes figuras históricas. “El Ejército de Liberación Nacional, y más concretamente Fabio Vásquez ―fundador y máximo dirigente de la guerrilla en los sesenta―, no alcanzó a entender la tremenda responsabilidad que les había caído encima y trataron de convertir a Camilo en un comandante guerrillero”, dice quien fuera guerrillero del M-19 y firmó la paz hace más de tres décadas junto con sus compañeros de armas, incluyendo a Petro.

La nuez del texto, no obstante, se halla en la figura del bloque Comuneros del Sur, un antiguo bloque de la guerrilla que se escindió de su comando central en mayo de 2024 con la intención de instaurar una mesa de negociaciones independiente con el Gobierno nacional. A raíz de eso, dice Patiño, la dirigencia del ELN dio inicio a una campaña contra los Comuneros y contra su comandante, Gabriel Yepes, alias HH, al que han señalado de “infiltrado”, “traidor” y “enemigo”. Esos señalamientos, dice el comisionado, se extendieron contra Álvaro Jiménez y contra él, ya que los acusan de haber alentado esa separación. Patiño desmiente ese señalamiento: “A las acusaciones […] contra Gabriel Yepes, contra Álvaro Jiménez y contra mí, se sumaron las acusaciones de perfidia e incumplimiento bajo el alegato de estar promoviendo el fraccionamiento de esa organización”.

Para Patiño, la decisión de los Comuneros del Sur de apartarse del ELN representó para la guerrilla la exposición de una “fuerte crisis interna”, poco antes del Sexto Congreso que había convocado el grupo armado como máxima instancia de orientación política. En ese encuentro, según el comisionado, quedó sepultada toda esperanza de cambio por parte de la guerrilla: “No solo cambiaron un ápice la doctrina, sino que tomaron terribles decisiones como la de asesinar a Gabriel Yepes, a Álvaro Jiménez, vetarme a mí como interlocutor y descartar un acuerdo de paz con el actual Gobierno”. Según Patiño, su equipo ha podido corroborar, a través de ocho fuentes “confiables”, la decisión de asesinar a Jiménez, también antiguo miembro del M-19 y, según el comisionado, víctima de una campaña de “sicariato moral” de parte del ELN.

La separación de los Comuneros del Sur, dice Patiño, le mostró la incapacidad del comando central de la guerrilla de entender que “la territorialización de la paz es el único camino real de superar vacíos que han dejado los acuerdos de paz cuando no cuentan con la voluntad de los frentes ni de la población”. Luego agrega: “La calumnia, la mentira, la amenaza, el sicariato moral y físico, sustituyeron el camino de la verdad y la comprensión”.

El comisionado termina su escrito diciendo que la paciencia que ha mostrado el Gobierno y su delegación para los diálogos ha sido interpretada por la guerrilla como muestra de debilidad. Fue entonces cuando advirtió que la paciencia y la generosidad de Ejecutivo de izquierdas no son eternas ni infinitas. Y una vez más, tal y como ha ocurrido en la que es quizá la mesa de negociaciones más tensa de todo el proyecto de la paz total, Patiño volvió a exigir a la guerrilla que decida si elige el camino de la violencia o el de la paz. “A finales de este mes de enero sabremos cuál es la definición del Ejército de Liberación Nacional. Si se mantienen en el ejercicio de la violencia o escogen el camino de la paz con hechos ciertos”.

La dirigencia del ELN, a lo largo de 2024, ha acusado el Gobierno de Petro de alentar a los Comuneros del Sur para separarse del resto de la guerrilla. En una entrevista en abril del año pasado, Pablo Beltrán, jefe de la delegación insurgente en las negociaciones, dijo a este diario: “Han promovido una desarticulación y nos han creado un problema”. En aquel diálogo, el líder guerrillero señaló a Patiño de estar promoviendo lo que consideraba una traición. Meses después, en noviembre, reconoció que no habrá tiempo para una eventual desmovilización del ELN durante la actual Administración.

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