Trump elige a Dan Newlin, un abogado de Florida, como embajador de Estados Unidos en Colombia
El republicano apuesta por un donante de su campaña para la misión diplomática en el mayor productor de cocaína del mundo
El presidente electo de Estados Unidos ya ha escogido también a su embajador en Colombia. Donald Trump anunció la noche de este miércoles al exdetective Daniel Newlin, un abogado de Florida, para un cargo que todavía debe ser ratificado por el Senado, controlado por una mayoría del Partido Republicano, antes de poder presentar sus credenciales ante el Gobierno de Gustavo Petro. El nominado trabajó durante 28 años en la oficina del sheriff del condado de Orange, en Orlando, fundó la firma de abogados Dan Newlin Injury Attorneys y fue donante de la campaña del magnate inmobiliario, a la que aportó al menos un millón de dólares.
“Con su experiencia en el cumplimiento de la ley que le permite navegar en cuestiones internacionales complejas y sus conocimientos empresariales que fomentan las asociaciones económicas, Newlin se erige como un poderoso defensor de los intereses de Estados Unidos”, señaló Trump al hacer el anuncio en una publicación en Truth Social, su red social. El republicano destacó que Newlin demostró “habilidades de investigación excepcionales” y que persiguió delitos como robos armados, la violencia de las pandillas, la trata de personas y el tráfico de armas y de drogas.
Sin experiencia alguna en política exterior ni carrera en el Departamento de Estado, el embajador designado es conocido por su trabajo al frente de un bufete que defiende a víctimas de accidentes de tráfico –y la agresiva estrategia publicitaria que lo acompaña–. Al aceptar el encargo, Newlin hizo también el inusual anuncio de que no piensa desvincularse de su firma de abogados. “Nunca había visto a un donante u otro designado político nombrado en la embajada de Colombia”, reaccionó el analista Adam Isacson, de la oenegé Oficina de Washington en América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés).
Newlin proviene de Florida, el mismo estado de Marco Rubio, el próximo secretario de Estado, y de ser confirmado relevará a Francisco Palmieri, un diplomático de carrera nombrado originalmente como encargado de Negocios en la Embajada de Estados Unidos en Colombia. Palmieri se desempeñó como embajador tanto para Colombia como para Venezuela debido a que el Senado se negó a confirmar hace casi dos años a Elizabeth Maines, la nominada del presidente demócrata Joe Biden. La oposición del senador Rubio a la nominación de Maines, que había sido embajadora en El Salvador, fue particularmente férrea. Se negó públicamente a apoyarla para ocupar una misión diplomática que “se encuentra entre las más importantes estratégicamente para los intereses tanto de nuestro país como para la estabilidad regional en el Hemisferio occidental”, señaló en su día el próximo jefe de la diplomacia estadounidense.
Las expectativas son enormes en Colombia, tradicionalmente el principal aliado de Washington en la región, debido a que Trump y Petro se ubican en las antípodas ideológicas. El nerviosismo se ve acentuado por la inminente llegada al departamento de Estado de Rubio, un halcón de la política exterior y viejo crítico del primer presidente de izquierdas en la historia reciente del país sudamericano. El senador por Florida, de ascendencia cubana, ha derrochado sintonía con el expresidente de derecha Álvaro Uribe, uno de los principales opositores de Petro. El incesante paso de migrantes por la selva del Darién que marca la frontera con Panamá, en camino a Estados Unidos; la estrategia frente a la crisis poselectoral en la vecina Venezuela, en la que Petro ha intentado mediar por una salida negociada entre el chavismo y la oposición; y los niveles récord de cultivos de coca en Colombia se anticipan como importantes focos de tensión en la relación bilateral.