El triunfo del colombiano Bernie Moreno en Ohio le entrega el Senado a los republicanos
El empresario nacido en Bogotá, apoyado por Donald Trump, desbanca al demócrata Sherrod Brown
El triunfo de un empresario nacido en Colombia ha sido clave para que el Partido Republicano de Donald Trump reconquiste el Senado de Estados Unidos, con al menos 52 de los 100 escaños. Bernie Moreno (Bogotá, 57 años) ha arrebatado a los demócratas un puesto en Ohio, con lo que se convierte en el primer latino elegido a la Cámara alta en el bastión republicano, la tierra de J.D. Vance, el compañero de fórmula del presidente electo. Ciudadano estadounidense desde los 18 años, Moreno ha desbancado a Sherrod Brown, quien llevaba en la cámara alta desde 2007, en una apretada contienda en el Estado del Medio Oeste.
“Este es un nuevo amanecer del liderazgo republicano”, celebró Moreno en su discurso de victoria, miembro de una acaudalada familia colombiana. “Estoy deseando trabajar con la nueva mayoría republicana en el Senado para arreglar nuestra economía, asegurar nuestra frontera y devolver la fuerza a Estados Unidos en casa y en extranjero”, añadió en sus primeras reacciones. Moreno emigró con su familia cuando tenía cinco años a Estados Unidos, donde hizo su fortuna en la venta de automóviles y más adelante invirtió en el sector de la tecnología. El candidato, avalado por el trumpismo duro, apuesta por reducir el tamaño del Gobierno federal.
Durante la campaña, Moreno conectó con los votantes de la clase trabajadora gracias a su historia del sueño americano. En esta, su familia, de “clase media baja”, había dejado todo atrás en su país natal durante los años setenta para buscar el éxito en Estados Unidos. La prensa estadounidense, rigurosa al analizar las narrativas que impulsan los políticos, corrigió la biografía aportando contexto que el candidato parece haber dejado fuera a propósito. Moreno, quien echó raíces en Norteamérica, pertenecía en realidad a una familia de recursos con importantes conexiones en la política colombiana.
“Viene de muy buena familia y su dinero es de varias generaciones atrás. Sus integrantes se reciclan una y otra vez en altos cargos de los gobiernos de Colombia”, aseguró a la agencia AP el exdiplomático Philip Chicola. Para la mayoría de los votantes de Ohio, sin embargo, Moreno es percibido como un empresario que apostó sus ahorros para abrir una concesionaria de autos en 2005 en Cleveland, una de las grandes ciudades del Estado. Y desde allí construir una fortuna que supera los 100 millones de dólares.
Chicola es un viejo conocido de Luis Alberto Moreno (Filadelfia, 71 años), el hermano de Bernie y un político, economista y diplomático bien conocido en Colombia. Este abandonó en septiembre de 2020 tras 15 años en el cargo la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Antes, como embajador en Washington entre 1998 y 2005, fue uno de los artífices del Plan Colombia, concebido para combatir a las guerrillas y el narcotráfico durante la Presidencia del conservador Andrés Pastrana.
Luis Alberto también impulsó en su día el Tratado de Libre Comercio entre los dos países y es considerado un gran conocedor de América Latina. Aunque su hermano Bernie ha elegido la ruta del trumpismo, el economista tiene grandes amistades de todo el espectro político. Entre ellos, los demócratas Bill Clinton y el exsenador por Florida, Tom Daschle. Un tercer hermano, Roberto Moreno (Filadelfia, 68 años), es el presidente de Amarilo, una de las constructoras más importantes del país sudamericano.
Los expresidentes colombianos Álvaro Uribe (2002-2010) e Iván Duque (2018-2022), ambos de derecha, no tardaron en felicitar tanto a Trump como a Bernie Moreno por sus victorias electorales. El futuro congresista es el “primer colombiano elegido al Senado de los Estados Unidos” y procede de “una valiosa familia colombiana de trabajo, disciplina y servicio a la comunidad”, destacó el expresidente Uribe, al que el propio Trump ha calificado de “héroe”.
El trumpismo y el uribismo ya han estrechado lazos en el pasado. En la campaña de hace cuatro años, el Gobierno de Duque tomó partido por la fallida reelección del republicano, lo que rompió una arraigada tradición colombiana de neutralidad. Entonces, varios dirigentes políticos colombianos, integrantes del Centro Democrático fundado por Uribe, se involucraron en la campaña de miedo al “socialismo” que desplegó Trump contra Joe Biden en Florida, salpicada de desinformación. El republicano incluso recicló las alusiones al “castrochavismo”, el término que acuñó en su día el uribismo para atacar el acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC.
El presidente Gustavo Petro, el primer mandatario de izquierdas de la Colombia contemporánea, también felicitó este miércoles a Trump por su triunfo. “El pueblo estadounidense ha hablado y se le respeta”, manifestó en un mensaje muy contenido en sus redes sociales, donde suele opinar sin mayores filtros. En contraste, no ha hecho de momento ninguna alusión al escaño de Bernie Moreno en Ohio. Sí la hizo su canciller, Luis Gilberto Murillo. El diplomático celebró la posibilidad de tener dos senadores de origen colombiano en Estados Unidos, en referencia a Moreno y al demócrata Rubén Gallego, quien encabeza el recuento de un escaño por Arizona. “Pueden jugar un papel muy importante educando al resto del Congreso y del escenario político de los Estados Unidos sobre las mejores alternativas para Colombia”, valoró Murillo.
Bogotá y Washington son estrechos aliados en la lucha antinarcóticos desde el año 2000, cuando el Plan Colombia fue aprobado por un presidente demócrata (Bill Clinton) con apoyo de ambos partidos. Más recientemente, Estados Unidos ha apoyado la implementación del acuerdo de paz –que también ha sido blanco de críticas de Trump–. La tradición diplomática colombiana ha buscado construir y mantener ese consenso bipartidista en Estados Unidos, sobre todo en el Congreso, que es donde se aprueban la mayoría de asuntos presupuestales.