Petro explica su reciente ausencia en un evento de la Rama Judicial: “Mi hija decidió irse de Colombia”
El presidente dice que Antonella, la menor de sus hijas, ha dejado el país por “persecución psicológica”
El presidente Gustavo Petro viajó este viernes a Nuquí, un municipio del departamento del Chocó, para lanzar una estrategia que fomenta el sector turístico en la región pacífica colombiana. Pero un día antes había cancelado a última hora un evento en el mismo departamento con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia para hablar de desafíos en la Rama Judicial. Gerson Chaverra, presidente de la alta corte, manifestó ante los medios que desconocía las razones de la cancelación, y manifestó sutilmente su molestia. “Había un espacio para él en este momento de reflexión”, dijo. El presidente, un día después, dio una excusa por su ausencia: estaba emocionalmente afectado por un asunto familiar. “Mi hija decidió irse y es la última que tenía, estoy triste, vacío, desolado”, fueron sus palabras ante los micrófonos para contar que Antonella Petro, la menor de sus hijas, ha decidido dejar de vivir en el país. “No me atreví a realizar actos públicos ayer, incumplí uno que era muy importante, pero no tenía la fuerza para pararme ante un auditorio y hablar cuando mi corazón estaba llorando”, añadió sobre su ausencia en el evento con la Corte Suprema.
El presidente se declaró “en luto”, y añadió que ella, Antonella, “ha sufrido persecución psicológica”. Dice que la menor, en las redes o en las calles, “fue sufriendo más o menos las consecuencias de ese fascismo creciente en la sociedad colombiana, en sus clases pudientes, en sus clases medias altas, que no pueden entender por qué la prioridad de un Estado tiene que ser la de acercarse y abrazar al pueblo, al humilde”. Los compañeros de Antonella en el colegio, dice el presidente, repetían esas ideas de sus padres en oposición a las ideas del mandatario. La niña asiste a un colegio internacional, el Liceo Francés, en el norte de Bogotá. Ella, según Petro, allí “sentía el facio, el pensamiento oscuro, sin razón, la irracionalidad por encima de todo, atacando hasta en sus hijos propios las personas que hemos decidido no callar, no arrodillarnos”, dijo. “Me toca decirle a mi hija ‘Buen viento y buena mar”, terminó.
No se conoce aún el nuevo destino geográfico de Antonella Petro, la única que aún es menor de edad. Las otras dos hijas, Andrea y Sofía, viven hace varios años en Francia. Petro también tiene dos hijos, ambos llamados Nicolás, uno que también vive en Francia y otro en Colombia. Este último ha hecho carrera política a la sombra de su padre y no puede salir del país, porque está siendo investigado por la Fiscalía por presuntamente enriquecerse con fondos irregulares que eran para financiar la campaña presidencial del mandatario. El presidente ha tomado distancia de él, el único que le queda residiendo en el país.
No es la primera vez que la familia presidencial denuncia acoso contra la menor de los Petro. En noviembre del año pasado, el presidente dijo en redes que su hija salió llorando del estadio Metropolitano de Barranquilla después de que varios de los presentes gritaran “Fuera Petro” al palco donde ella se encontraba. En enero de este año señaló a una mujer que grabó a la menor cuando ella se paseaba en un parque de diversiones en Florida (Estados Unidos), acusándola de hacer turismo con dinero público. En abril de 2022, cuando Petro estaba en campaña, su esposa Verónica Alcocer denunció que Antonella sufría “bullying en el colegio”.
La explicación del presidente llega justo cuando han vuelto las críticas a sus cancelaciones de último minuto, o el llegar tarde a los actos públicos. Ha dejado plantados a empresarios, expresidentes, a las Fuerzas Militares, a los indígenas, a líderes sociales. El fenómeno de que el presidente no aparezca donde debe ha sido comida fácil para la oposición, que lo señala de tener problemas de salud o alguna adicción. “No es nada grave y no es lo mismo siempre”, dijo el presidente hace varios meses en una entrevista a Cambio. Pero esta vez, en Chocó, dijo que sí es grave: su hija se va del país, y su tristeza no le permitió salir de casa.
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