La postulación de María Fernanda Cabal anticipa la puja de la derecha por la Presidencia
La senadora por el Centro Democrático da el paso en la misma semana en que su colega Miguel Uribe ha lanzado un sonado y criticado video, y en que la periodista Vicky Dávila ha iniciado su gira de foros por Colombia
“Que le quede claro al país. Yo soy Centro Democrático, soy fundadora, aquí estoy y aquí me quedo. Seré la candidata de mi partido y lo haré con todo orgullo representando a millones que claman orden y libertad”. Con esas palabras, la senadora María Fernanda Cabal, quien representa a la derecha más dura en el Congreso, oficializó este jueves su aspiración presidencial. A 20 meses de la cita en las urnas, el anuncio es un paso más del ingreso de la política colombiana al terreno electoral, particularmente desde una oposición de derecha carente de cabeza clara y deseosa de recuperar el poder que perdió en 2022 frente al hoy presidente Gustavo Petro.
En medio de esa acefalía, María Fernanda Cabal es una de las caras más visibles en la derecha. Congresista desde 2014, es la más trumpista de los uribistas: a diferencia de la gran mayoría los otros políticos de la derecha colombiana, es negacionista del cambio climático, descree de organizaciones internacionales (dijo de la OEA que es ”otra parranda de burócratas inservibles sostenida con dinero de los gringos”), usa el epíteto “progre” para zaherir a sus rivales (como Trump lo hace con woke). Provocadora, vehemente, espontánea, no pasa desapercibida. Ha apoyado a Vox en España, a Javier Milei en Argentina, a José Antonio Kast en Chile. Y, ahora, a sí misma en Colombia.
Con la declaración de este jueves, Cabal empuja de lleno a la derecha a la discusión de su estrategia para el primer semestre 2026, cuando se renuevan no solo el Ejecutivo sino también el Congreso. Y no ocurre en un momento cualquiera, explica el estratega político Augusto Reyes, quien en las presidenciales de 2022 asesoró al excandidato Alejandro Gaviria. “Es una respuesta al video del senador Miguel Uribe”, explica el experto en campañas electorales, en alusión a una pieza de propaganda política que difundió un compañero de bancada de Cabal en la noche de este lunes.
“Un país que trabaja así, no merece un presidente que no lo hace. Volveremos a la época de: ¡Trabajar, trabajar, trabajar!”, dice el mensaje del senador Uribe que acompaña al video. En él, quien fue la cabeza de lista del Centro Democrático al Senado en 2022 recuerda la impuntualidad del presidente Petro y reivindica la laboriosidad a través del expresidente Álvaro Uribe: ensalza el levantarse temprano, una particularidad de los colombianos. El elogio de Miguel Uribe a madrugar para trabajar fue objeto de muchas críticas en redes sociales.
Para el experto, el anuncio de Cabal es explícito en algo que el video de Uribe mantiene implícito: los dos le hablan más al expresidente Álvaro Uribe Vélez y sus seguidores que al electorado en general. Buscan más defender su territorio, su segmento político de derecha, y resaltar sus vínculos con el caudillo de derecha y el partido que fundó hace ya 11 años. Se trata de una estrategia que dio frutos hace seis años, cuando el entonces senador Iván Duque ganó la presidencia montado sobre la base de ser “el de Uribe”. Llegó a usar sombrero y poncho antioqueño, como su jefe político, o a participar en una suerte de concurso entre precandidatos en el que acertó a la pregunta de la talla del calzado de quien lideró Colombia entre 2002 y 2010.
Ese mensaje queda claro, dice Reyes, cuando Cabal recuerda que ella fue fundadora del Centro Democrático. Lo fueron centenares de personas, pero no Miguel Uribe, que a la sazón era concejal de Bogotá por el Partido Liberal —el mismo por el que su abuelo materno, Julio César Turbay, fue presidente entre 1978 y 1982―. Así, Cabal deslizó una credencial que su probable competidor no tiene, que la distingue especialmente entre unas bases fieles a Uribe, que hicieron de su oposición el Gobierno de Juan Manuel Santos un pegamento tan fuerte como la ideología de derecha. Cabal estaba allí, con ellos. Uribe Turbay, no.
Para Reyes, el breve texto de Cabal envía otra señal para otra potencial rival. Se refiere a Vicky Dávila, directora de la revista Semana. El estratega recuerda que, esta misma semana, Dávila inició en Medellín “lo que ella denomina una gira periodística, pero que la opinión política califica de gira de precandidata”. Se refiere a una serie de foros llamada Vicky en Semana por Colombia. “La primera ciudad será Medellín. Recorreré más de 30 ciudades y regiones en los próximos meses para entender mejor sus desafíos y retos, y ayudar a visibilizar sus logros. Lo importante es estar en la calle con los colombianos, y tener la oportunidad y el privilegio de escucharlos. Solo así se logra conectar con los ciudadanos”, ha explicado la protagonista.
Vicky, como es conocida, ha sido señalada como candidata in péctore por la exalcaldesa de Bogotá Claudia López (y potencial candidata de sectores de centro) y, pese a repetidas preguntas, no ha negado ni confirmado tener esa aspiración. El pasado 6 de agosto varios medios difundieron los resultados de una encuesta de intención de voto para 2026, encomendada y financiada por Semana. En ella, Dávila aparece como mayor opcionada, junto con el excandidato Sergio Fajardo, con un 9,6% de apoyos. Esos antecedentes explican el revuelo por el lanzamiento de la gira este miércoles en Medellín y, para Reyes, las palabras de Cabal que resaltan que ella es del partido uribista: “Aquí estoy y aquí me quedo”.
Más allá de la reacción al video de Miguel Uribe y el foro de Vicky Dávila, Cabal dio el pistoletazo de salida a un proceso que en el Centro Democrático tradicionalmente ha llevado a la postulación de varios interesados y a la definición, por Uribe, de algún procedimiento: encuestas periódicas, o foros, para elegir al designado. Eso le permite abrir las puertas para un abanico amplio, en el que para 2026 podrían estar también las senadoras Paola Holguín y Paloma Valencia, o el abogado Abelardo de la Espriella. Se trata de un proceso paralelo al que ha iniciado la izquierda con miras a 2026, que no inicia por los nombres de los candidatos, sino por la pregunta existencial de una posible unidad de los partidos coaligados bajo la sombrilla del Pacto Histórico.
Pese al largo tiempo que falta para que los colombianos acudan a las urnas, no es gratuito que 2026 se pasee en el panorama político. “El mismo Petro provocó eso. De forma directa, con sus declaraciones confusas sobre la continuidad de su proyecto político, la necesidad de que se mantenga en 2026. Y de forma indirecta, porque la baja popularidad del presidente en las encuestas incentiva las aspiraciones tempranas, que buscan capitalizar la opinión contraria al Gobierno”, argumenta Reyes. Eso puede llevar a que el panorama político parezca cada vez más una campaña anticipada, pero no a definir el resultado con anticipación. “No por mucho madrugar amanece más temprano”, concluye en experto.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.