La mano que mece la cuna

El Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel ha logrado ejercer presión en el Congreso. El representante Thomas Massie lo ha descrito como una especie de niñera que busca castigar a los que se oponen, y a los otros les dice qué deben hacer

Manifestantes protestan contra los ataques a Gaza en las afueras del Capitolio de Estados Unidos, en Washington, en 2024.Jose Luis Magana (AP)

A pesar de que una gran mayoría de estadounidenses quiere un cese al fuego inmediato en Gaza, el lobby proisraelí ha declarado la guerra a aquellos congresistas que han osado pedirlo públicamente. En la mira del más poderoso de ellos, el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel (AIPAC su sigla en inglés), se encuentran los miembros de “El Escuadrón”, un grupo de nueve congresistas del ala más progresista del Partido Demócrata que han asumi...

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A pesar de que una gran mayoría de estadounidenses quiere un cese al fuego inmediato en Gaza, el lobby proisraelí ha declarado la guerra a aquellos congresistas que han osado pedirlo públicamente. En la mira del más poderoso de ellos, el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel (AIPAC su sigla en inglés), se encuentran los miembros de “El Escuadrón”, un grupo de nueve congresistas del ala más progresista del Partido Demócrata que han asumido posiciones críticas con Israel y han llegado a solicitar se detenga el envío de armas a ese país.

Entre ellos, uno de los más vehementes en su defensa de los palestinos ha sido el congresista Jamaal Bowman, quien el pasado 25 de junio perdió las elecciones en el distrito 16 de Nueva York contra el candidato ungido por AIPAC, George Latimer, en quien esta organización invirtió 15 millones de dólares —superando 8 a 1 lo recaudado por Bowman— convirtiendo esta primaria demócrata para la cámara baja en la más costosa en la historia de Estados Unidos. Sin embargo, esta victoria que busca sentar un precedente que disuada a políticos de criticar a Israel puede terminar teniendo el efecto contrario.

Desde 2018, año en que fueron elegidas Alexandria Ocasio-Cortez, —más conocida como AOC—, Ayanna Pressley, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, las fundadoras de “The Squad”, en el Congreso ha dejado de repetirse en solitario la propaganda sionista. Como un cuestionamiento a la política de apoyo irrestricto a Israel, en sus voces, junto a la de los otros cinco representantes que se les unieron posteriormente, ha empezado a conocerse la realidad de Palestina y palabras como ocupación ilegal, asesinatos de niños, y apartheid ahora resuenan con fuerza, aunque aún en minoría, en el Capitolio; lo que hace solo algunos años era impensable.

Gracias a esto, y al apoyo de otros representantes y senadores de vieja data como el senador Bernie Sanders las acciones criminales que hoy Israel comete en Gaza no pasan desapercibidas en el debate político, donde incluso ya algunos le acusan abiertamente de genocidio. Esto, sumado a la cada vez mayor cantidad de estadounidenses en desacuerdo con el accionar Israelí y con la ayuda militar que su gobierno le entrega —propulsado en gran medida por las redes sociales, donde es más difícil para el sionismo controlar el discurso como lo ha hecho por décadas en los medios tradicionales— es lo que tiene a AIPAC destinando cantidades ingentes de dinero para evitar la reelección de los miembros del congreso que le resultan incómodos, como el caso del congresista Bowman.

La victoria a un costo tan elevado lo que consiguió es dejar claro la impopularidad que Israel ya tiene entre los votantes. “No gastas 15 millones de dólares en una elección si tus posiciones son populares”, afirmó Eva Borgwardt. “Este fue un acto de desesperación por parte de un lobby pro guerra que está en desacuerdo con la mayoría de los estadounidenses, incluidos los judíos estadounidenses”, agregó la portavoz nacional del movimiento judío IfNotNow a The Intercept. Que la mayoría de los anuncios de televisión pagados con este dinero ni siquiera lo mencionara no solo refuerza la idea de que Israel no es muy popular por estos días con la mayoría de votantes, sino que les da la razón a quienes se preguntan si una entidad que representa los intereses de un país extranjero, al cual ni siquiera menciona en su propaganda, debe influenciar de esta manera en la política de un distrito.

La discusión de si AIPAC debería registrarse como un agente externo bajo la Ley de Registro de Agente Extranjero (FARA su sigla en inglés) ha tomado fuerza en los últimos meses en redes sociales, medios independientes e incluso legisladores, por la influencia exagerada que ejerce sobre el gobierno —que por meses se ha negado a exigirle un alto al fuego o detener el envío de armas a Israel— y que ha puesto en aprietos con parte de su electorado al presidente Biden. Uno de estos críticos, el representante republicano Thomas Massie de Kentucky, quien ha votado numerosas veces en contra de financiar a Israel, denunció en su cuenta de X que está siendo atacado por AIPAC con propaganda para presionar sus votos en el Congreso y abrió una encuesta preguntando si AIPAC debería registrarse bajo FARA; votada por más de 67mil personas el 94,9%, respondió afirmativamente.

Esta discusión que hoy propone Massie —novedosa en un político republicano— no es nueva; el Departamento de Justica bajo Robert F. Kennedy solicitó en 1962 al Consejo Sionista Estadounidense (AZC sus siglas en inglés) registrarse en el marco de este estatuto. Una radiografía del proceso iniciado por el entonces fiscal general y los esfuerzos de esa organización por evitar el registro, el cual finalmente nunca se llevó a cabo, la encontramos en una serie de documentos desclasificados recopilados por el Archivo del Lobby Israelí del Instituto para la Investigación Política del Medio Oriente que resume lo sucedido diciendo: “El verdadero destino del Consejo Sionista Estadounidense nunca se conoció, excepto que sus principales funciones fueron visiblemente cerradas y transferidas a una antigua unidad del AZC conocida como el ‘Comité Kenen’, llamado Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos – Israel (AIPAC) a finales de los años 1960′s”.

No es de esperar que la propuesta de Massie encuentre muchos adeptos entre sus colegas cuando en 2022 AIPAC aportó financiación directa a 365 candidatos demócratas y republicanos, y por la manera en que ejercen presión dentro del Congreso, la que él mismo definió durante una entrevista para el show de Tucker Carlson: “Todos menos yo tenemos una persona de AIPAC. Es como tu niñera, tu niñera de AIPAC, que siempre te habla en nombre de AIPAC”. Con su campaña para ganar el distrito 16 de Nueva York a Jamaal Bowman AIPAC ha dejado al descubierto su estrategia e intenciones ante el pueblo estadounidense, quien en últimas decidirá si se siente cómodo con la mano que mece la cuna.

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