Petro evita dar su apoyo tácito a Ucrania y cancela por sorpresa el encuentro con Zelenski
El presidente de Colombia, que ha evitado condenar la invasión de Rusia, se ausenta por sorpresa de la cumbre para la Paz en Ucrania en Suiza
Gustavo Petro, el presidente de Colombia que se encuentra de viaje en Europa, ha cancelado sobre la hora su participación en la Cumbre para la Paz en Ucrania, que se celebra este fin de semana en Suiza. En el marco de la conferencia de Bürgenstock planeaba encontrarse con Volodímir Zelenski, pero ha dado un giro de timón al anunciar por sorpresa que regresa este mismo sábado a Bogotá.
El presidente, en medio de una visita de Estado a Suecia, donde este sábado dejó una ofrenda floral en la tumba de Olof Palme, declaró que la conferencia está alineada con la guerra y sus conclusiones están predeterminadas. “Nos estamos acercando a una conflagración mundial. Por eso, he decidido suspender mi visita a la conferencia en Suiza, porque América Latina no quiere más guerra, lo que quiere es la construcción de la paz lo más pronto posible”, dijo el mandatario a periodistas. “La mayor parte de América Latina y el Gobierno de Colombia no estamos de acuerdo con extender la guerra. No nos inscribimos en bloques políticos para la guerra”, insistió en su cuenta de X, su canal de comunicación favorito. Otros presidentes latinoamericanos con los que Petro mantiene buena sintonía, como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, se habían negado a asistir por la ausencia de Moscú en el foro, aunque sí planea presentarse el chileno Gabriel Boric, otro miembro del bloque progresista de la región.
En la cita se va a consensuar un documento de 10 puntos presentado por el Gobierno de Ucrania que propone la retirada total de las tropas rusas, la liberación de los prisioneros de guerra y el control de las actividades nucleares en la región. El evento supone un respaldo tácito a Zelenski, que días atrás firmó un acuerdo bilateral de defensa con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con el que buscan garantizar la capacidad defensiva de Ucrania y aproximar un poco más a Kiev a su meta, el ingreso de pleno derecho en la OTAN.
Petro ha hecho una vida política entera en defensa de la paz en su país, donde se han vivido décadas de conflicto interno. Ese discurso también lo ha llevado al ámbito internacional, aunque a veces de manera ambigua. Así como ha condenado desde el primer día la invasión de Gaza por parte de Israel -una postura que al principio parecía poco diplomática, pero a la que después se ha ido sumando un gran número de naciones-, no ha hecho lo mismo con la invasión rusa en Ucrania. En este segundo conflicto se ha prevenido mucho de criticar a Vladimir Putin y suele hablar en genérico de un “acuerdo de paz” entre dos países, sin tener en cuenta que uno es el agresor y el otro el agredido.
Esa ambiguedad ha tenido una notable excepción. Hace un año, el mandatario acusó a Moscú de violar los protocolos de la guerra al atacar a civiles colombianos indefensos, luego del ataque a un restaurante en la ciudad ucrania de Kramatorsk donde se encontraban el excomisionado de Paz Sergio Jaramillo, el escritor Héctor Abad Faciolince y la reportera Catalina Gómez Ángel, junto a la escritora ucrania Victoria Amelina, que murió por el impacto del misil ruso. Abad y Jaramillo visitaban el país europeo como parte de la campaña de apoyo Aguanta Ucrania, que justamente se proponía levantar la voz de América Latina en solidaridad con el pueblo ucranio. Ese ha sido el pronunciamiento más contundente del Gobierno de Petro, que hasta entonces se había abstenido de condenar la invasión de Ucrania.
En Estocolmo, de donde volará de regreso a Colombia, Petro firmó un acuerdo bilateral con el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, para aumentar la cooperación en cuestiones comerciales, medioambientales y de paz y seguridad. Este viernes, en el foro Transformando vidas, Seguridad Humana y Paz Total en Colombia, que se ha llevado a cabo en el auditorio de la Universidad Sueca de Defensa, el presidente ha explicado que Colombia se encuentra al borde de una transformación que sentaría las bases para una nueva era de paz en el país. Insistió en que ese cambio llegará si se logra incluir a los territorios en la prosperidad y abandonar siglos de exclusión para los negros y los indígenas. Para eso, apuntó, se necesitan inversiones en infraestructura que conecte el mundo con estos lugares.
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