El senador Jota Pe Hernández y sus seguidores hostigan al periodista Orlando Villar
El periodista asegura que toma cualquier amenaza en serio porque a su padre, también periodista, lo asesinaron cuando él tenía 11 años
“Un ataque sucio y dañino”, fue como calificó el senador y youtuber Jota Pe Hernández una noticia realizada por Orlando Villar, jefe de redacción de Caracol Radio y periodista de La Luciérnaga. Acto seguido, llegaron mensajes cada vez más agresivos al periodista. “Sus acusaciones traerán desgracia a usted y a su trabajo, al punto de que nadie lo querrá contratar ni saber de usted”; “Deben dar gracias a Dios que no estuvieron en los tiempos de Escobar, hace rato olerían a formol”; “Espero que tu esquema de seguridad esté bien nutrido. Sapo o hijo de perra”, decían algunas.
Esos ataques a quien había revelado que el senador de la alianza verde no había sido invitado por el presidente salvadoreño Nayib Bukele a su acto de posesión son el episodio más reciente de violencia verbal de un congresista habituado a ese tono en redes, hasta el punto de que sus propias compañeras de bancada han pedido expulsarle del partido. En este caso, además, el objetivo de las agresiones es una víctima de la violencia: su padre y su tío, periodistas, fueron asesinados cuando era niño.
Los ataques se deben a un trabajo de Villar, propio de la función periodística de fiscalizar a los poderosos. Hernández alardeó de su presencia en la ceremonia en San Salvador. “He sido invitado no solo a la posesión, sino también a compartir en la gala que se llevará a cabo en la Casa Presidencial, una invitación que me ha extendido el presidente Nayib Bukele y su esposa Gabriela de Bukele”, decía el mensaje enviado en su lista de difusión de WhatsApp el pasado 1 de junio. Tres días después, Villar reveló evidencias que desmentían esa afirmación. “Diputado salvadoreño revela cómo senador Jota Pe pidió invitación para posesión de Bukele”, se titula el artículo con su firma, publicado en la página web de Caracol Radio. Villar señaló que Hernández logró que el diputado salvadoreño Cristian Guevara lo invitara al evento.
Eso desencadenó cerca de “cien mensajes amenazantes en sus redes sociales”, según el comunicado publicado en la mañana de este miércoles por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). En él, la entidad de defensa de la libre expresión pide al senador “que se abstenga de estigmatizar a periodistas que hacen veeduría e informan sobre hechos de interés público”. Prisa Media, sociedad editora de EL PAÍS y Caracol Radio, emitieron su propio comunicado. Firmado por Alfonso Ospina, director del servicio informativo de la cadena radial, señala que las agresiones “ponen en serio riesgo la integridad física del periodista y constriñen su derecho al trabajo”. También respalda las informaciones de Villar, reitera que está presta “al desarrollo de los recursos legales que el congresista anuncia” y recuerda que “mantiene abiertos sus canales para publicar las declaraciones que el congresista quiera dar al respecto, ya que en desarrollo de este trabajo específico ha sido contactado no una sino, al menos, tres veces, por periodistas de Caracol Radio”.
Y es que, según explican la FLIP y Caracol, el senador llamó al medio a exigir la rectificación y eliminación de la nota inicial, y se negó a dar su versión al aire. Al día siguiente, cuando Caracol divulgó las evidencias que señalan que Hernández asistió a la posesión del presidente salvadoreño sin ser invitado, el senador publicó un video en el que acusa a Villar de llevar a cabo una campaña en su contra. Fue entonces que se dispararon las agresiones, lo que llevó a Villar a denunciar lo ocurrido ante la Fiscalía y a modificar su rutina de trabajo. El periodista explica a EL PAÍS que no conoce al senador más allá de verlo en un capítulo de La Luciérnaga, programa de Caracol Radio en el que trabaja. “Cruzamos algunas preguntas, pero no lo conozco; no tengo ninguna necesidad o intención particular de afectar su nombre. Solo nos llegó su historia, vimos su historia, tuvimos fuentes muy confiables y logramos llegar al diputado”, dice Villar.
El periodista explica que toma cualquier amenaza en serio por su historia personal. “A mi papá, que también era periodista, lo asesinaron cuando yo tenía 11 años, en 1994. Cuatro años después asesinaron a un tío mío, que también era comunicador social. Esto genera en mí, y en mi familia, una gran preocupación ante cualquier riesgo de amenaza y me llevó a encerrarme en mi casa”, aseguró Villar. Asegura que se cuestionó si estuvo bien trabajar la historia o si era mejor dejar pasar la información. “Esto hace que uno se replantee si vale la pena cuestionar a quienes nos lideran cuando mienten, o si uno debe callarse”, explica Villar. Reconoce que las condiciones para ejercer el periodismo han cambiado estos días, pues ha ajustado su rutina, sus horarios y las rutas en las que se desplaza.
Daniel Chaparro, asesor de la dirección de la FLIP, explica que desde el viernes pasado han estado en contacto con Villar. El experto afirma que ven con preocupación que un senador señale y estigmatice a un periodista que hizo su trabajo, confrontando fuentes, y que además sea renuente a aprovechar los canales que le ha abierto Caracol para presentar su visión. Por eso, la FLIP hace un llamado al Comité de Ética del Partido Verde para que estudie el comportamiento del congresista.
Por su parte, el senador Hernández asegura en sus redes sociales que, tras las publicaciones, ha recibido “amenazas, insultos y escándalos [..] tras ser acusado falsamente por el periodista Orlando Villar”.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.