Seis segundos letales de un crimen perfectamente planeado: así actúa un sicario colombiano

Hernán Roberto Franco fue asesinado este miércoles a sangre fría y delante de cámaras de seguridad en medio de una ola de violencia en la ciudad de Bogotá

Hernán Roberto Franco tras ser atacado en Parque de la 93, Bogotá, el 21 de febrero 2024, visto en cámaras de seguridad.Foto: @ColombiaObscura

Hernán Roberto Franco no sabe que un sicario lo está esperando. Son las 7.27 de este miércoles cuando el carro del empresario entra al parqueadero de un edificio en el Parque de la 93, al norte de Bogotá. El vehículo se detiene y del asiento trasero sale Franco. Viste saco y corbata: tiene una reunión importante. Con su mano derecha atiende una llamada y con la otra cierra la puerta del coche. Empieza a caminar hacia el edificio. No ve lo que está detrás de él, pero, como ha ocurrido una y otra vez este febrero violento en la capital colombiana, las cámaras de seguridad lo captan todo.

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Hernán Roberto Franco no sabe que un sicario lo está esperando. Son las 7.27 de este miércoles cuando el carro del empresario entra al parqueadero de un edificio en el Parque de la 93, al norte de Bogotá. El vehículo se detiene y del asiento trasero sale Franco. Viste saco y corbata: tiene una reunión importante. Con su mano derecha atiende una llamada y con la otra cierra la puerta del coche. Empieza a caminar hacia el edificio. No ve lo que está detrás de él, pero, como ha ocurrido una y otra vez este febrero violento en la capital colombiana, las cámaras de seguridad lo captan todo.

De repente un hombre entra corriendo al parqueadero. Usa zapatos negros, un pantalón negro, un buzo negro, un tapabocas negro, una gorrita negra y en la mano derecha lleva una pistola con silenciador. Se acerca a Franco por detrás y, sin que su víctima se dé cuenta, le dispara. Enseguida se da la vuelta para escapar corriendo del estacionamiento. Apenas logra salir antes de que se cierre la puerta automática. El escolta de Franco saca un arma y lo persigue pero le cierra la puerta en la cara. Se queda varado adentro. El intercambio dura unos seis segundos: todo estaba planeado.

Momentos después, las cámaras de seguridad de la recepción captan otra escena escalofriante. El empresario sigue hablando por teléfono como si no pasara nada. La cámara filma su lado derecho; parece que no ha sido herido. Cuelga la llamada. Pausa. Se mece adelante y atrás. Cojeando, da la vuelta y revela una mancha de sangre que cubre su mejilla izquierda. Por un momento se apoya sobre el escritorio del vestíbulo. Sostiene el celular con las dos manos como si fuera a enviar un mensaje. No lo hace. Su cuerpo se da por vencido. Se desploma.

Mientras Franco está tirado en el suelo dentro del edificio, afuera el sicario que lo atacó se sube a una moto que lo esperaba. No arranca. Se roba otra y se escapa. Su cómplice ― Jean Carlo Bermúdez Camargo, 26 años, nacionalidad colombiana― no tiene la misma suerte. El escolta de Franco y los guardias de seguridad de un negocio cercano le disparan. Es capturado tras la balacera y trasladado a la Clínica de El Country, en Chapinero. Franco también es ingresado en una clínica cercana, pero llega demasiado tarde. Muere.

La inseguridad en Bogotá

Los videos del sicariato se apoderaron este miércoles de las redes sociales. La ciudad ha sido azotada en las últimas semanas por una ola de atracos a restaurantes y balaceras, sobre todo en el norte, la zona más acomodada. El sur, como suele ser, tampoco se ha escapado. Muchos de estos ataques han sido grabados y publicados en los noticieros y las redes sociales. Este jueves, la embajada de Estados Unidos en Colombia recomendó a sus ciudadanos extremar los cuidados al visitar el país e hizo especial mención a la inseguridad en Bogotá.

El presidente Gustavo Petro se sumó al debate en la mañana de este viernes. “El gobierno nacional ayudará al alcalde Galán en su actual compromiso de seguridad con la ciudad”, declaró. Sin embargo, argumentó que los homicidios han bajado en la capital y que “la extrema derecha está jugando irresponsablemente con el miedo de la gente”. Según un informe publicado el 2 de febrero por la Alcaldía, Petro tendría razón. Las cifras mostraron, respecto a enero del año pasado, que el hurto a personas se redujo un 20% y los homicidios disminuyeron en un 23%. Pero eso fue hace tres semanas; tres semanas de atracos.


Bogotá vive días de miedo. Las quejas se escuchan a diario. Te pueden atracar en cualquier lado. Cenando, paseando, volviendo del supermercado. Poco después de que se viralizaran las imágenes del asesinato del empresario, un vocero de la Policía Metropolitana de Bogotá explicó que este caso fue distinto. No fue un robo que salió mal: a Franco lo tenían fichado.

Una muerte planeada

El hombre de mediana edad trabajaba desde 2017 como consultor para Supermercados Líder, cadena que tiene puntos por toda Bogotá. Con sus dos hijos mayores, fundó en 2016 la empresa CNS Colombia para ofrecer “soluciones integrales, efectivas, y confiables en el campo de la consultoría gerencial, financiera, jurídica y corporativa”. También hacía auditorías.

Precisamente, el coronel Juan Carlos Arévalo, comandante de la Policía Metropolitana, explicó este miércoles que Franco “tenía una cita para poner en conocimiento unas irregularidades que habían encontrado en la auditoría que habían realizado a una empresa privada”. Iba llegando a las oficinas de CNS Colombia cuando lo mataron. “No se presentó al interior de un restaurante o de un establecimiento público. Se trata de un ataque directo a un ciudadano”, enfatizó el policía.

Una investigación de El Tiempo parece apoyar la hipótesis de que el asesinato fue planeado. Los sicarios habían estado en el sector antes. El personal de seguridad de la zona contó al diario bogotano que habían visto al delincuente que quedó atrapado “merodeando las calles aledañas al parque de la 93 desde hace algunos días”. “Esos individuos ya llevaban tres días haciendo seguimiento, verificando la zona. La dejaron tres veces allá arriba y decían que iban a desayunar, pero se paseaban por varios restaurantes”, dijo un guardia. Otro testigo aseguró que también había visto la moto que usaron los sicarios frente a la oficina de Franco el pasado domingo, lunes y martes. “Yo le tomé las placas (...) porque se me hizo sospechosa”, dijo.

La familia

Los motivos detrás del sicariato todavía se investigan. Se sabe que Franco tenía escoltas, chofer y una familia de alto perfil. Su hermano, Óscar Franco, fue director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) entre 2005 y 2009, durante la segunda presidencia de Álvaro Uribe. También tenía varios hijos. Su hija más pequeña tiene cinco años y se llama Julieta. La tuvo con su exesposa, la modelo y presentadora de televisión Alejandra Isaza Vélez.

La historia de Franco e Isaza no tiene un final feliz. Se separaron en 2021 luego de que ella lo denunciara en múltiples ocasiones por violencia intrafamiliar. Ella lo habló entonces en redes sociales. “Ya no doy más, no me parece justo tener que vivir así, con miedo y siendo víctima de violencia intrafamiliar y de género”, declaró. Tras la ruptura, Franco quería ganar la custodia de Julieta: acudió a la Comisaria Primera de Familia, de Usaquén I, en Bogotá, para pedir una medida de protección contra su Isaza por “presuntas conductas tipificadas como de violencia intrafamiliar”. Isaza respondió a los señalamientos de su esposo y explicó lo que vivía: “Este año me han separado tres veces abruptamente de mi hija con mentiras y manipulaciones al sistema. Tengo procesos legales en mi contra”.

Desesperada, la mujer contrató a la firma de abogados Abelardo de la Espriella para defenderla. En un video producido por la firma, Isaza y sus abogados dieron su versión de los hechos. “Alejandra [Isaza] y su hija son víctimas de violencia intrafamiliar, física, psicológica y económica. Por esta razón asumimos como propia su causa y defenderemos con esmero y dedicación sus intereses en aras de restablecer sus derechos”, declararon.

Isaza no estaba en Bogotá cuando Franco fue asesinado. Poco después de la muerte, la mujer le dijo a El Tiempo que se estaba “alistando para viajar de inmediato a Bogotá”. “Mi hija aún no sabe lo ocurrido”, añadió. Luego, a través de su cuenta de Instagram, donde tiene 200.000 seguidores, pidió respeto a los varios medios de comunicación que le pedían entrevistas. “Por el momento no he dado ni pienso hacer ningún pronunciamiento a los medios. Es un momento difícil para la familia del papá de mi hija, para mi y para mi hija”, admitió.

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