Los conservadores y La U dejan a la reforma a la salud en cuidados intensivos
Las negociaciones para incluir en el proyecto lo acordado entre los partidos tradicionales y el Gobierno fracasaron. La reforma puede revivir en el Congreso
La reforma a la salud, la gran apuesta del Gobierno de Gustavo Petro por mostrar su empeño en cambiar la seguridad social de Colombia, está en cuidados intensivos. El director del Partido Conservador, el senador Efraín Cepeda, anunció que no acudirá en la noche de este miércoles a una nueva reunión de negociación convocada en la Casa de Nariño, pues hacerlo, dice, “es una pérdida de tiempo”. Lo anuncia tras haber recibido un nuevo borrador del articulado del proyecto de ...
La reforma a la salud, la gran apuesta del Gobierno de Gustavo Petro por mostrar su empeño en cambiar la seguridad social de Colombia, está en cuidados intensivos. El director del Partido Conservador, el senador Efraín Cepeda, anunció que no acudirá en la noche de este miércoles a una nueva reunión de negociación convocada en la Casa de Nariño, pues hacerlo, dice, “es una pérdida de tiempo”. Lo anuncia tras haber recibido un nuevo borrador del articulado del proyecto de ley que, a su juicio, no refleja lo acordado entre su partido y sus aliados de La U con el Gobierno.
Algo similar dijo la presidenta del Partido de La U, la exsenadora Dilian Francisca Toro. “Recibida la ponencia del proyecto de reforma a la salud, encontramos que no se contemplan los acuerdos pactados, por lo cual presentaremos una ponencia alterna que recoja las propuestas presentadas por los partidos para salvar vidas”, explicó en Twitter.
Sin los votos de esos dos partidos, el Gobierno no tiene cómo lograr las mayorías en el Congreso para sacar adelante la reforma: en la comisión séptima de la Cámara de Representantes, donde se dará el primer debate, solo suma nueve de los 21 votos.
Los anuncios de Toro y Cepeda se dan apenas dos días después de que el Partido Liberal anunciara que también se retiraba de las negociaciones, por los mismos motivos. Eso dejaba al Gobierno dependiendo de los votos conservadores y de La U, que habían postergado cualquier decisión para después de Semana Santa. Ese compás de espera, que ya era mala noticia para un Gobierno que tiene una agenda legislativa muy ambiciosa, buscaba darle tiempo al Ejecutivo para elaborar un nuevo borrador del proyecto. “Miraremos el articulado y podremos definir si está realmente lo que nosotros creemos que es mejor para los pacientes y para los colombianos”, había dicho este martes la presidenta de La U.
La reforma no está formalmente hundida, pues no ha habido una votación en el Congreso. Los tres partidos tradicionales que han buscado negociarla en bloque con el Gobierno no han negado la posibilidad de apoyarla si el texto se ajusta a sus exigencias, que en principio concertaron con el Ejecutivo hace dos semanas, salvando así la propuesta. Las tres formaciones por ahora han anunciado que presentarán una ponencia no para hundir la reforma sino para ajustarla a ese acuerdo. Eso significa que podría salir adelante una reforma con un texto construido por ellos o con elementos de las dos ponencias, la del Gobierno y la de los tres partidos.
La existencia de esa ponencia alternativa pone al Gobierno y a las bancadas que se mantienen fiel a su propuesta a elegir entre una derrota total, en la que no haya una reforma, y una parcial, con un cambio al sistema de salud que sea menos radical que el defendido por el presidente Gustavo Petro y su ministra de Salud, Carolina Corcho.
El texto de la reforma que radicó el Gobierno ante el Congreso en febrero para su trámite buscaba que el Estado centralizara la contratación de clínicas y la afiliación de personas. Las entidades promotoras de salud (EPS), que hasta ahora manejan esas partes del sistema, iban a quedar en un rol residual. El acuerdo de conservadores, liberales y La U con el Gobierno gira alrededor de que estas empresas recuperen parte de sus funciones, bajo el nombre de gestoras de salud y vida, para que haya competencia y los usuarios puedan elegir quién los protegerá. A cambio, los partidos aceptaron que el Estado sea el encargado de girar directamente los recursos a las instituciones prestadoras de salud (IPS), sin la intermediación de las EPS.
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