La edad de pensión en Colombia, el cambio clave que quedaría por fuera de la reforma de Petro

Algunos expertos consideran que es necesario abrir el debate sobre la edad de jubilación

Un grupo de personas frente a una oficina de Colpensiones en Bogotá.LUIS JAIME ACOSTA (Reuters)

Mientras en Francia rechazan con masivas protestas la reforma pensional del presidente Emmanuel Macron, que subiría de 62 a 64 años la edad de pensión a partir del año 2030, en Colombia el presidente Gustavo Petro descartó de plano un cambio de este tipo en su proyecto para la reestructuración del sistema de pensiones. “Primero renuncio antes de subir la edad pensional”, sostuvo a mediados de enero en un categórico mensaje en su cuenta de ...

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Mientras en Francia rechazan con masivas protestas la reforma pensional del presidente Emmanuel Macron, que subiría de 62 a 64 años la edad de pensión a partir del año 2030, en Colombia el presidente Gustavo Petro descartó de plano un cambio de este tipo en su proyecto para la reestructuración del sistema de pensiones. “Primero renuncio antes de subir la edad pensional”, sostuvo a mediados de enero en un categórico mensaje en su cuenta de Twitter. Lo hizo luego de que su ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, dijera que era un tema de discusión en el Gobierno. En Colombia las mujeres se pensionan a los 57 años y los hombres a los 62.

Pese a que el presidente Petro se anticipó a apagar el fuego que amenazó con extenderse por la sensibilidad del tema, el envejecimiento de la población y el aumento en la esperanza de vida de los colombianos son dos razones por las que algunos expertos sugieren ampliar el debate. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE), en 2015 las personas de 60 o más años conformaban el 9% del total de población. En 2022 ya eran el 14,4% y en 2035 podrían sumar el 19%. En contraste, la tasa de natalidad ha bajado de 14,3 nacimientos por cada 1.000 habitantes en 2015 a 12,1 en 2021. En resumen, cada vez hay más personas en edad de jubilación y menos cotizantes.

La reforma pensional de Petro se centra en fortalecer el sistema público, evitando la competencia que existe hoy con los fondos privados y transformándolo, más bien, en un modelo complementario. Así, los trabajadores que ganan hasta cuatro salarios mínimos mensuales tendrían que destinar sus aportes al sistema de prima media, administrado por Colpensiones. Solo los pocos que logran ganar más, podrían cotizar el excedente en cuentas de ahorro individual en los fondos privados, donde los aportantes de hoy ahorran su pensión del mañana. Con menos población joven aportando y más población jubilada, el régimen público se hace menos sostenible.

El déficit actual, cercano a los 18 billones de pesos anuales, se cubre con recursos públicos. La propuesta del Gobierno le apunta a liberar ese dinero para otorgar subsidios de medio salario mínimo mensual (unos 100 dólares) a unos tres millones de adultos mayores que hoy viven sin pensión.

Para el decano de la facultad de economía de la Universidad Externado de Colombia, Juan Pablo Herrera, uno de los interrogantes es hasta dónde el sistema podrá pagar pensiones a más personas sin modificar otros parámetros, empezando por la edad. “Con la expectativa de vida en aumento, cada vez más gente mayor frente a los jóvenes y el deseo de más cobertura, la reforma necesariamente tiene que contemplar un asunto paramétrico para no debilitar aún más las finanzas públicas. Ante el inminente cambio en la distribución de edades de nuestra población es sin duda un asunto importante en la discusión”, afirma.

Con él coincide Stéfano Farné, director del Observatorio de Mercado Laboral del mismo centro académico. “Es evidente que si la población envejece habrá que pagar más años de pensión. Si no encontramos la forma para subir los ingresos, los problemas de financiación que ya tiene el sistema se hacen más graves”, asegura. La otra preocupación es que no todos los jóvenes aportan por falta de empleo y por la alta informalidad laboral que en Colombia es cercana al 60%. Para el experto, esos problemas de fondo los deberá abordar otra reforma que alista el Gobierno, la laboral. “En el pasado mis papás empezaban a trabajar muy temprano, si se pensionaban a los 55 habían trabajado 40 años. Ahora hay gente que estudia más y empieza a cotizar más tarde. Si trabajaran tantos años como nuestros padres, deberían pensionarse a los 65 años”, agrega Farné.

Entre tanto, la esperanza de vida crece. Actualmente, es de 76,8 años, de acuerdo con los datos del Dane. Esa expectativa es mayor para las mujeres (80,1 años) que para los hombres (73,8 años). “Si aumenta la expectativa de vida de los pensionados, sin incrementarse los ahorros de los potenciales beneficiarios, el Estado deberá intervenir para cubrir la diferencia a través del presupuesto nacional, con lo cual aumentaría aún más su compromiso fiscal, ya muy elevado”, dice el director del Observatorio.

Sin embargo, la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantías, Asofondos, considera que la edad de pensión no es lo más urgente por resolver porque en todo caso se trata de una edad mínima para pensionarse que casi nunca se cumple. “Mucha gente está llegando a la edad sin cumplir las semanas cotizadas. Entonces tienen que seguir trabajando para completar las semanas y en la práctica no se pensionan a la edad establecida. Entonces si aumentamos la edad, el problema más grave, que es el de cobertura, no se resuelve”, explica Daniel Wills, vicepresidente del gremio.

En esa misma línea, el centro de pensamiento Fedesarrollo recuerda que la edad mínima de pensión no es el único parámetro que soporta la sostenibilidad del sistema público de pensiones, y tampoco el más determinante. Otro de ellos es el número de años sobre el cual se hace el cálculo para definir la mesada pensional. Actualmente se calcula sobre los ingresos de los últimos 10 años cuando en otros países se hace sobre los ingresos de toda la vida laboral ajustados por la inflación. Su director, Luis Fernando Mejía, opina que esa es una oportunidad de ajuste. “También está la tasa de reemplazo, es decir, qué porcentaje del ingreso promedio se debería pagar como pensión. Actualmente en ese régimen de prima media supera el 60%. Ahí también hay espacio para ir hacia estándares más consecuentes con lo que se conoce como la pensión justa”, explica.

La última vez que se aumentó la edad de pensión en Colombia, uno de los países de América Latina con las edades más bajas para jubilarse, fue en 2014 cuando subió de 60 a 62 años para los hombres y de 55 a 57 años para las mujeres. Se entrega cuando han cotizado durante 1.300 semanas en el régimen de Colpensiones y 1.150 en los fondos privados. La nueva reforma pensional se debatirá en el Congreso de la República, a partir del próximo 16 de marzo, una vez la radique el Gobierno.

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