Diana Osorio, primera dama de Medellín: “Lo de la presidencia es posible”
La esposa de Daniel Quintero dice que le gusta la política pero que no tiene aspiraciones electorales
Dicen que en la alcaldía de Medellín no se mueve una hoja sin la voluntad de ella; dicen que tiene aspiraciones políticas, que quiere ser primera dama de Colombia, que pone y quita puestos; dicen que el alcalde sólo la escucha a ella y que es ambiciosa, astuta y decidida. Todo eso dicen. Ella lo niega. Diana Osorio es...
Dicen que en la alcaldía de Medellín no se mueve una hoja sin la voluntad de ella; dicen que tiene aspiraciones políticas, que quiere ser primera dama de Colombia, que pone y quita puestos; dicen que el alcalde sólo la escucha a ella y que es ambiciosa, astuta y decidida. Todo eso dicen. Ella lo niega. Diana Osorio es profesional en finanzas y negocios internacionales con maestría en recuperación postguerra de la Universidad de York, en Inglaterra.
Su vida se partió en dos hace tres años cuando su hija menor nació con una enfermedad en el hígado que derivó en un trasplante que determinó el futuro -al menos inmediato- de su mamá. Hija de una madre que vendía telas y de un padre vinculado con el proceso 8.0000, que nunca estuvo presente en su vida, Diana sabe el valor de la familia, el poder del poder y de su marido, el alcalde Daniel Quintero. Está convencida de que pueden llegar tan lejos como se lo propongan. Habla en plural: “nosotros”, porque son una pareja y un proyecto político innegable. Lo sabe. Y no lo oculta.
Pregunta. ¿Cómo conoció a Daniel Quintero?
Respuesta. Él pregunta (molestando) hace cuánto lo estoy buscando y enamorando… es una historia larga. Lo conocí cuando tenía 19 años, hoy tengo 37.
P. Cuando no eran políticos
R. Lo conocí cuando hacía sus prácticas en EPM y estaba por graduarse de ingeniero. Ese fue su primer trabajo. Lo he conocido como lo amiga, como novia, como esposa.
P. ¿Cuál versión le gusta más?
R. Lo he visto muy feliz en todas esas áreas y fui la primera inversionista de su empresa. A él le estaba saliendo el contrato de su vida y necesitaba una persona que le ayudara. Een ese momento yo era emprendedora. Le di todo lo que tenía en el banco. Me pagó muy bien.
P. ¿Daniel Quintero quiere ser presidente de Colombia?
R. Él es muy competitivo, tiene claro sus objetivos y da todo para conseguirlos. Pero no mira el pasado. Es como un león y un cordero: un león en la competencia y luego se vuelve un cordero, deja atrás la rencilla, la pelea. No habla de venganzas y siempre sigue adelante.
P. ¿Lo ve presidenciable?
R. Lo de la presidencia creo que es posible, casi todos los alcaldes de Medellín aspiran a ser presidentes de la república. Serán planes de Dios.
P. ¿Usted tiene aspiraciones políticas?
R. No, con lo de la niña me cambió toda mi visión. Es una oportunidad para hacer mil cambios, pero tener una niña de 3 años con una complejidad de salud y con otra hija que requiere de tu atención, es difícil.
P. ¿Le sonó ser vicepresidenta de Petro?
R. No
P. ¿Por qué? En Medellín dicen que tiene mucho poder...
R. Dicen eso porque tengo influencia. Daniel escucha mucho a su círculo cuando toma sus decisiones. Tengo influencia grande en decisiones importantes pero no estoy en el día a día de la alcaldía. Estoy con mis hijas, estoy con cosas de la casa, haciendo diligencias y en la tarde me dedico al despacho y tengo un equipo que me ayuda con las cosas que siento que son positivas para la ciudad. Pero no tengo -digamos- una incidencia directa de las decisiones diarias.
P. ¿Cómo le ha ido con tanta polémica en la alcaldía?
R. Yo diría que nosotros cambiamos una vida tranquila por una conciencia tranquila. Yo he salido de frente, me ha gustado la política. Y me alegro de que en Medellín haya más disenso. Siento que hay control político, hay control social.
P. Pero Medellín está muy golpeado. La indigencia es abrumadora, la prostitución infantil. ¿Eso no es tarea de su oficina? La primera dama se supone que está inmersa en estos temas ¿no?
R. A mí todo el mundo me decía: escoja algo. Y no fui capaz de escoger. Porque tiene uno tanta capacidad de acción desde la oficina de gestora social, que escoger es difícil.
P. ¿Cuáles han sido sus prioridades?
R. Arte, cine, embarazo adolescente. En los 2 últimos años tenemos 1.400 embarazos menos que en la administración anterior. El trabajo de la secretaría de la no violencia es también mi prioridad. Para mí es muy importante que en Medellín exista una instancia que se encargue de tener interlocución y de gestionar los acuerdos de paz, especialmente siendo una ciudad receptora de desplazados y con casi 700 mil víctimas. Tenemos más: “Compra hecho en Medellín”, que es un proceso de emprendimiento con las mujeres; “Moda al Barrio”, tantas cosas.
P. Será que por abarcar tanto, ¿se le paso la prostitución infantil?
R. No. Apoyamos toda la creación de la gerencia de etnias, en el tema de explotación hemos atendido más de 700 jóvenes que fueron víctimas de explotación infantil. Cuando es menor de edad, hay que hacer un trabajo conjunto con el ICBF para el restablecimiento de derechos.
P. Pero le insisto: el centro de Medellín, por ejemplo, parece tierra de nadie. La indigencia es abrumadora.
R. En post pandemia todo se volvió más crítico. Pero es un tema que viene desde atrás, que necesita una articulación con el Gobierno nacional porque se vuelve trasnacional, pues muchos turistas vienen por el turismo sexual. En el barrio Provenza hemos logrado indicadores de desempleo de un solo dígito, como nunca antes, y en el parque Lleras hicimos una inversión de 10 mil millones para remodelarlo. Pasará a ser una zona segura, con cámaras, con sensores de armas
P. En Provenza hay prostitutas, niñas, turismo sexual, drogas. Medellín se ve muy deteriorado.
R. Yo estuve el viernes en Provenza y no vi nada de eso. Pero hay inversiones que no se hicieron en el pasado. Se necesitaba una remodelación que estamos haciendo y los comerciantes están expectantes de lo que viene.
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