El Gobierno Petro se propone sacar a la policía del Ministerio de Defensa

El ministro designado, Iván Velásquez, anticipa que implementarán la vieja recomendación de diversas organizaciones de derechos humanos

Un joven se enfrenta con la policía del ESMAD en la plaza de Bolivar en Bogotá. 28 de abril 2021.Santiago Mesa

El acalorado debate sobre una reforma de fondo a las fuerzas de seguridad de Colombia, postergado desde las oleadas de protestas del año pasado contra el saliente Gobierno de Iván Duque, ha tomado nuevos bríos ante la inminente llegada al poder de Gustavo Petro, un crítico de los abusos de los uniformados. Ante una resquebrajada confianza de la ciudadanía, una primera medida de calado, sacar a la policía del Ministerio de Defensa, ya es una “decisión tomada”, según ha anticipado el ministro designado, ...

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El acalorado debate sobre una reforma de fondo a las fuerzas de seguridad de Colombia, postergado desde las oleadas de protestas del año pasado contra el saliente Gobierno de Iván Duque, ha tomado nuevos bríos ante la inminente llegada al poder de Gustavo Petro, un crítico de los abusos de los uniformados. Ante una resquebrajada confianza de la ciudadanía, una primera medida de calado, sacar a la policía del Ministerio de Defensa, ya es una “decisión tomada”, según ha anticipado el ministro designado, Iván Velásquez, en su primera entrevista desde que el presidente electo anunció su nombramiento.

“La institución se adscribirá al futuro Ministerio de la de Paz, Convivencia y Seguridad. Y no hay que inquietarse por eso”, le dijo Velásquez a la revista Cambio. “Por el contrario, se va a ganar en civilidad, se va a ganar en el respeto por el Estado de derecho, se va a ganar en construir una policía, como lo dice la Constitución Política, para la convivencia y para la garantía del disfrute de los derechos y garantías fundamentales. Esto no significa que se acabe la seguridad pública. Significa que la policía va a tener como razón fundamental de su accionar la garantía de los derechos y libertades ciudadanas y la convivencia”, argumentó.

Petro, que será el primer presidente elegido por partidos de izquierdas en la historia de Colombia a partir de este domingo, ha sido muy crítico con ciertas operaciones militares, así como con la represión de las protestas por parte de la Policía durante el estallido social. El próximo mandatario perteneció en su juventud a la guerrilla del M-19 y se ha topado con la resistencia de algunos sectores de las fuerzas armadas. Por eso buscó suavizar sus relaciones con los militares y policías en la recta final de la campaña. Incluso escribió una carta pública en la que delineó una propuesta de transformación de la fuerza pública en la que les prometía, entre otras, mejores oportunidades para acceder a vivienda, salud y educación. En su entrevista, Velásquez subraya que los policías no perderán beneficios al abandonar la órbita del Ministerio de Defensa.

Petro también ha propuesto reducir el presupuesto militar (actualmente 3,4% del PIB) y desmantelar el Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad. Velásquez, que ha criticado en el pasado la represión policial de las manifestaciones, señaló que hay que revisar con mucho cuidado las opciones de reformar o eliminar al escuadrón. “Lo que sí es claro, con seguridad, es que este Esmad, como se ha conocido, no puede continuar”, reafirmó. “El mensaje que quiero darles a todos los miembros de la fuerza pública es que no habrá tolerancia ni con la corrupción, ni con la violación de derechos humanos”, enfatizó.

“El hecho de que la Policía se encuentre en el Ministerio de Defensa en Colombia ha impedido que exista una separación clara entre las funciones de la policía y el rol de las Fuerzas Militares, los cuales deben ejercer tareas muy distintas. La decisión de trasladar a la Policía a otro ministerio es acertada y valiosa”, señala Juan Pappier, investigador senior de Human Rights Watch para las Américas. “Sin embargo, es necesario que se tomen otras medidas para reformar la policía, tales como limitar el rol de la Justicia Penal Militar y fortalecer el sistema disciplinario interno para garantizar que los oficiales que cometan abusos rindan cuentas por sus actos”, agrega.

La policía lleva varios años en el centro de la controversia. Sobre el asfalto han quedado los cuerpos de varias víctimas emblemáticas. Las denuncias se han venido acumulando incluso en medio de la pandemia, en un malestar que se remonta a la primera oleada de manifestaciones contra Duque, a finales del 2019. Entonces, un proyectil del Esmad mató al estudiante de bachillerato Dilan Cruz durante una protesta pacífica en el centro de Bogotá. Después, en septiembre del 2020, el homicidio del estudiante de Derecho Javier Ordóñez bajo custodia policial, torturado por dos patrulleros que antes lo habían sometido a incesantes descargadas de taser a pesar de sus súplicas, desató dos caóticas noches de disturbios en la capital, con nuevos y graves abusos que se saldaron con 13 muertos. En la cúspide de la tensión, Duque respondió con una defensa cerrada de la fuerza pública y se fotografió con una chaqueta de policía en una postal que encendió los ánimos.

Con esos antecedentes se produjo el estallido social del año pasado, en el que también se documentaron abusos y se multiplicaron las denuncias de violaciones de derechos humanos, incluyendo uso de armas de forma indiscriminada y letal, detenciones arbitrarias y golpizas. Fue entonces cuando Duque anunció una “modernización” de la policía, sin llegar a contemplar sacarla del Ministerio de Defensa.

Desde entonces, diversas organizaciones han sugerido tomar medidas para contar con una policía de carácter civil, como subordinarla al Ministerio del Interior o corregir problemas de formación. La reubicación institucional de la policía o la creación de una fuerza intermedia, estilo guardia civil o gendarmería para brindar mejor seguridad en zonas rurales, son alternativas que deben ser consideradas, argumentaba entonces la Fundación Ideas para la Paz en un documento sobre la crisis de la fuerza pública, mucho antes de la campaña que llevó a Petro al poder.

Más recientemente, la Comisión de la Verdad, surgida del acuerdo de paz, realizó varias recomendaciones para crear una “nueva visión de seguridad” y fortalecer la gobernanza civil en la fuerza pública. Entre las recomendaciones que sugiere a mediano plazo pide claramente “separar a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa y ubicarla en otro o en un nuevo ministerio, como una medida necesaria, mas no suficiente, para avanzar en el fortalecimiento de su carácter civil y de la gobernanza en materia de seguridad ciudadana, rural y urbana”. Justamente el paso que anuncia este lunes el próximo ministro de Defensa.

“Colombia es, sino el único, uno de los poquísimos países en el mundo que tiene la policía dentro del Ministerio de Defensa”, recuerda Velásquez en la entrevista con Cambio al defender la decisión, que en principio debe surtir su trámite por el Congreso para convertirse en realidad. “Con esta separación, lo que se pretende es que la policía asuma con su naturaleza civil, verdaderamente civil, la defensa de los derechos fundamentales y la garantía de la convivencia”.

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