Que le vaya mal a Colombia

No entiendo y creo que bajo ningún argumento podré entender a aquellos que se alegran por qué a otros les vaya mal en sus cosas. Es por eso que me cuesta y me duele mucho ver como algunos están felices y celebran cada vez que se anuncia una nueva subida del precio del dólar frente al peso colombiano y, además, aprovechan cada anuncio para recordarnos que ese es el resultado de la incertidumbre...

No entiendo y creo que bajo ningún argumento podré entender a aquellos que se alegran por qué a otros les vaya mal en sus cosas. Es por eso que me cuesta y me duele mucho ver como algunos están felices y celebran cada vez que se anuncia una nueva subida del precio del dólar frente al peso colombiano y, además, aprovechan cada anuncio para recordarnos que ese es el resultado de la incertidumbre que genera en los mercados el Gobierno de Gustavo Petro, que aún no comienza.

No me voy a detener en los motivos de las fluctuaciones de la divisa. Eso está híper analizado y, además, no soy experto para lanzar cábalas sobre el asunto. En cambio, sí me voy a detener en esas personitas despreciables que aprovechan esa coyuntura para lanzar fuegos artificiales y hacer sonar sus trompetitas de celebración como si la situación no fuera con ellos. O, bueno, tal vez eso es lo que no quieren que olvidemos.

Hasta hace algunas semanas, el periodista Julio Sánchez Cristo despedía sus entrevistas a los candidatos a la presidencia de Colombia con una fórmula llamativa, pero original: “si le va bien a usted, le va bien a Colombia”. Un axioma de lo más sencillo, pero que para muchos resulta inimaginable porque quien estuviera en la orilla ideológica contraria al candidato de turno jamás podría esperar que a este le fuera bien.

Sin embargo, una cosa es cuando se está en campaña y otra muy distinta cuando se es gobierno. Y eso es lo que parece que los obtusos que celebran la subida del dólar y sueñan con que este llegue más y más arriba parecieran no entender: si a la economía le va mal, a todos nos va mal. ¿O acaso eso es lo que quieren aquellos que celebran? ¿Qué la inflación producto de la subida del dólar y la devaluación destrocen en pocos meses la economía de los colombianos? ¿Quiénes son estos enemigos del país que quieren y sueñan con tal cosa?

He notado que algunos de los que celebran el alza del dólar son precisamente aquellos que en otros momentos y ahora, con más ahínco, promueven la movilización de capitales hacia el exterior para proteger el patrimonio. Una jugada respetable y completamente legal. ¿Pero si ya tienen su platica afuera y segura para qué quieren la desgracia para los demás? ¿No les basta con dejar el edificio, sino que además quieren que este se incendie con los demás inquilinos adentro?

Uno puede estar o no de acuerdo con un gobierno, pero eso no debería ser motivo para desear que a este le vaya mal para que el país se hunda en la crisis. Si no, ¿qué diferencia hay entre celebrar la disparada del dólar o haber celebrado hace un año los bloqueos del Paro Nacional? Sorprende esa nueva actitud de algunos. ¿La economía nacional ya no les duele?

Es inevitable que al escribir esto no piense en los señores (sí, de sexo masculino) muy ricos que, en medio del desastre del Titanic, buscaron la forma de colarse en los botes salvavidas que eran primordialmente para las mujeres y los niños. ¿Se salvaron? Sí. Pero para su historia personal y para el recuerdo de todos no fueron y no serán más que unos cobardes que prefirieron pasar por encima de otros.

Colombia no es el Titanic, pero los señores cobardes que aplauden desde sus botes salvavidas ya se están dejando ver.

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