Las cinco 'startups' del MWC 2017

Desde el 'Google maps' del cerebro hasta una empresa de vibradores, las compañías llevan sus propuestas al salón de los emprendedores

El salón 4YFN, dentro del MWC 2017.

No ha sido el salón de las corbatas. Se les veía con vaqueros, camiseta y zapatillas. A muchos con ganas de comerse el mundo, y no pocos podían presumir de haber levantado ya algunos millones para su proyecto o idea. El salón 4YFN, organizado por la Mobile World Capital, ha reunido a más a de 600 startups y 700 inversores. Por los pasillos del recinto de Fira de Montjuïc se han paseado empresas de todos los sectores: desde tecnologías innovadoras del ámbito de la salud que se aplican ya en varios hospitales hasta una app de pitonisas online. Y también tamaños: allí ha ido quien tiene la idea y necesita capital para ponerla en práctica hasta algunas empresas que pueden aspirar a pasar pronto al gran salón del Mobile World Congress (MWC). Estas son cinco de las compañías más destacadas en esta edición.

MintLabs

Un portugués, una macedonia y un norteamericano son los fundadores de esta empresa con sede en Barcelona y Boston (EE UU). Los tres han desarrollado una plataforma que procesa imágenes que proceden de resonancias magnéticas para diseñar un mapa del cerebro en 3D. “Lo que hacemos es mostrar de una forma mucho más gráfica qué está sucediendo en el cerebro, desde enfermedades neurodegenerativas a tumores”, explica Landon McKenna, uno de los cofundadores de la compañía. Su herramienta, a la que se ha definido como el Google Maps del cerebro, permite a médicos e investigadores ir girando, acercando y alejando las partes que más les interese del cerebro para observarlo, de modo que puede hacer un mejor seguimiento de un tratamiento psiquiátrico o de la evolución de un tratamiento. La plataforma ya se usa en hospitales de referencia de California (EE UU) y España, como el Clínic de Barcelona. Nacida en la aceleradora Wayra, hace solo dos semanas ha logrado levantar tres millones de dólares para seguir adelante.

Aureli Bou y Sergi Figueres, fundadores de Worldcoo.

Workkola

Tres estudiantes de Málaga siguen al frente de una plataforma que pone en contacto a estudiantes con empresas, en especial tecnológicas, de todo el mundo. Y, advierten, la aplicación va más allá de ser un simple portal de empleo, sino que busca que un estudiante pueda ir creando su marca personal (ahí está, dicen, la “disrupción”), de modo que cuando acabe sus estudios en su currículum pueda lucir ya experiencia laboral específica. “Conectamos estudiantes con empresas tecnológicas para proyectos concretos, de modo que el estudiante puede obtener más formación y empleo y a las empresas les sea más fácil reclutar talento, lo cual no siempre les resulta sencillo”, cuenta Jesús Chacón, cofundador de la compañía. Hace un año, estuvieron en una aceleradora de Boston, y en noviembre fueron seleccionados para formar parte del programa Startup Boot Camp de Barcelona. Mientras cierran una ronda de financiación de unos 200.000 euros, acuden al 4YFN en busca del llamado smart money. “En estos eventos hay el inversor que no solo aporta capital, sino que te lleva hasta el siguiente nivel”, dice Chacón.

Worldcoo

Esta empresa catalana nació como ONG a finales de 2012 para luego buscar patrocinios a través de plataformas de crowdfunding. Sin embargo, sus fundadores han logrado el objetivo inicial canalizando el proyecto a través de una startup. La compañía ha desarrollado una herramienta para financiar proyectos con impacto social. Es decir, ha desarrollado un mecanismo mediante el cual en una transacción comercial o financiera al consumidor le aparece la opción de hacer una aportación a un proyecto de una entidad social o una ONG. Sergi Figueres, cofundador de la compañía, explica que eso supone, por una parte, buscar empresas de e-commerce o bancos a los que añadir esa opción y, por otra, proyectos sociales a los que hacen un seguimiento. En 2014 la empresa ganó la primera edición del BStartup de Banco Sabadell, más tarde entraron en su capital Delta Partners y Ona Capital y el año pasado levantó 2,3 millones de euros de CaixaCapital, Meridia Capital y la Unión Europea. “Hasta ahora hemos ido triplicando nuestro volumen de donaciones y este año nos proponemos llegar al millón de euros”, explica Figueres, quien añade que el 70% del beneficio de la compañía se reinvierte en proyectos sociales. “Ni una sola empresa que nos ha incorporado ha abandonado, lo cual demuestra que nuestra herramienta permite mejorar la imagen de marca, la responsabilidad social corporativa y diferenciar a las compañías”, agrega Figueres.

MisteryVibe

Esta startup londinense de vibradores fue creada y lanzada al mercado en 2015 por un grupo de ingenieros, diseñadores e investigadores que habían trabajado en grandes compañías. “La idea nació porque nos dimos cuenta de que antes de ir a dormir la gente mira el móvil para comprobar el whatsapp o el correo y no tiene en mente la pareja”, explica Soumyadip Rakshit, uno de sus cofundadores. Con el tiempo, explica, la empresa ha ido sofisticando sus vibradores, que se adaptan al cuerpo y se controlan mediante una app que ya ha tenido más de 200.000 descargas. El producto se comercializa en 55 países y se distribuye en grandes almacenes como Harrod’s y pronto llegará a otras cadenas de gran consumo de electrodomésticos. “Queremos hacer que este producto sea mainstream”, añade Rakshit.

Oval

La startup fue ideada por Ravid Goldschmidt, que toca en conciertos y talleres el handpan. “Tiene una incomodidad, que solo está afinado en un tono, por lo que si quieres otro diferente tienes que comprar otro. Y eso me suponía llevar dos o tres a los conciertos. Tras un viaje a Alemania, me prometí que debía intentar crear uno digital para descargar mi espalda”, bromea. Para resolverlo, ideó un instrumento digital. Desde la app, conectada mediante bluetooth o un USB, se puede elegir el sonido de la flauta o una guitarra; la escala, el tipo de música (desde japonesa a flamenco) o los efectos. Mediante una campaña de crowdfunding, la startup con sede en Barcelona logró alrededor de 348.000 euros. “Hemos vendido más de 600 instrumentos, a músicos, djs, escuelas de música… La mayoría de ellos fuera de España: en Estados Unidos, varios países de Europa, Japón, Corea del Sur, India, Ausralia…”, dice Goldschmidt, quien después del “empujón” de la campaña de 2015 está decidido a empezar una ronda de financiación este verano.

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