Tensión en Irán
La envergadura y la audacia de las protestas de la oposición iraní del pasado domingo han puesto a la defensiva al régimen islámico. Ayer, las autoridades, que se han visto obligadas a reconocer la muerte de ocho manifestantes -frente a la quincena de víctimas mortales que denuncian distintas webs reformistas-, detuvieron a una decena de políticos reformistas e incluso se apropiaron del cadáver de una de las víctimas, el sobrino del dirigente opositor Mir-Hosein Musaví, para impedir que su entierro desatara una nueva manifestación antigubernamental.
Á. ESPINOSA | Teherán
El núcleo del régimen se divide entre quienes minimizan la protesta y los que exigen una mayor represión contra los reformistas
La amenaza integrista islámica
Mientras Barack Obama intenta calibrar una respuesta adecuada al último intento terrorista, las autoridades estadounidenses confirman que Yemen ha emergido como nuevo frente en la guerra contra Al Qaeda, que ha asumido desde su base en ese país la responsabilidad por el atentado frustrado del día de Navidad.
Tras declarar el domingo que el sistema había funcionado en el atentado frustrado de Detroit, la secretaria de Seguridad Nacional estadounidense, Janet Napolitano, corrigió ayer sus palabras y dijo que habían sido sacadas de contexto. "Por supuesto que el sistema no funcionó en este caso", informó Napolitano en el programa matinal televisivo Today de la cadena NBC.
Los dos italianos desaparecidos hace 10 días en el sureste de Mauritania están en manos de los militantes de Al Qaeda en el Magreb, que también retiene a tres cooperantes españoles y a un francés. El Ministerio de Exteriores italiano había seguido la pista del terrorismo internacional desde el principio.
La festividad de Ashura, la más sagrada del calendario chií, se vio ayer ensangrentada en Pakistán cuando un terrorista suicida mató a 30 personas que participaban en una procesión en Karachi, la gran ciudad comercial del sur del país.
Cerca de 50.000 peregrinos chiíes, vestidos de negro, recorrían la avenida de Jinnah cuando el atacante se infiltró en la cabecera de la procesión e hizo estallar la carga explosiva.
El Gobierno de Benjamín Netanyahu anunció ayer nuevos planes para construir cerca de 700 viviendas más en Jerusalén Este, la parte de la ciudad que Israel ocupó en 1967. El anuncio supone un nuevo desafío a EE UU y un obstáculo con vistas a una futura negociación entre palestinos e israelíes.