Al presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, le pareció más importante la firma de la renovación del contrato para el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, del Mundial de Motociclismo, que la conexión ferroviaria de alta velocidad con el Cantábrico. Después, se fue a una entrega de premios al rendimiento académico de alumnos universitarios.
Puede decirse más alto pero no más claro. El Consell, que hasta hace unos días había evitado pronunciarse con claridad sobre el rumbo que debían seguir las cajas de ahorros valencianas en pleno proceso de concentración en el sector, cree ahora que éstas deben reflexionar sobre una fusión doméstica.
La paradoja todavía sigue instalada en el PP. Tras una reorganización con profundidad de la estructura de mando de partido, motivada por la suspensión de militancia de Ricardo Costa a raíz de los escándalos del caso Gürtel, el argumentario oficial obliga a tener palabras de elogio para el ex secretario general.
Las tensiones y desavenencias entre el presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll, exponente del zaplanismo, y el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, afectan ya de plano a las relaciones institucionales. Las consecuencias de esa guerra interna, sobre todo en el plano crematístico, han hecho saltar las alarmas entre los diputados provinciales.
Al presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), Francisco Pons, no le dolieron ayer prendas en destacar el trabajo de José Blanco al frente del Ministerio de Fomento, del que dijo que es "el primer ministerio que está trabajando de una manera cordial y coordinada con la Generalitat Valenciana", con el objetivo de que el tren de alta velocidad, AVE, "llegue lo antes posible".
Diez ediciones después de su irrupción en el Campeonato Mundial de Motociclismo, en 1999, el circuito Ricardo Tormo de Cheste renueva su compromiso con el Gran Premio de la Comunidad Valenciana, que asegura su continuidad hasta 2016.
A la victoria del golpe militar del general Franco y el desmoronamiento de la II República siguieron varios exilios. Hubo una diáspora de cargos políticos y de la anterior Administración, de excombatientes o de intelectuales, artistas, y de buena parte de las grandes figuras de las letras.
EZEQUIEL MOLTÓ | Alicante
El Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad de Alicante apuesta por la igualdad en el lenguaje en su décimo aniversario