DESAYUNO CON... IRINA BOKOVA
"Yo ya me he convertido en un símbolo"
ANTONIO JIMÉNEZ BARCA
La mañana es plomiza, otoñal. Llueve en París e Irina Bokova se presenta en el café envuelta en una gabardina verde militar y un elegante chal de colores vivos. El local, vacío a las nueve y media de la mañana, se encuentra cerca de su residencia de embajadora búlgara en Francia. No hay tiempo para ir más lejos.