El Gobierno rindió ayer cuentas de cómo han afectado los peores meses de esta crisis a su saldo de ingresos y gastos. El presupuesto del Estado, como ha ocurrido hasta ahora, se lleva la peor parte, resultado del apreciable descenso en la recaudación de impuestos: han bastado tres meses para que el balance sea ya déficit, casi un 0,7% del PIB.
"España tiene más tiempo que otros países, pero tiene que actuar ya. Las reformas ahora serían prácticamente indoloras. No supondrían ningún drama. El drama es no hacer nada". Estas palabras, en línea con las que se han oído últimamente desde diversos frentes, salieron ayer de la boca del comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, en el Congreso de los Diputados.
Cuando una entidad ha perdido el 56% de su valor en Bolsa sin tener problemas de capital (ni subprime) y tras haber demostrado que genera ingresos y resultados recurrentes, las reglas cambian. Antes de ser consciente de la magnitud de la crisis, la banca centraba sus mensajes en los beneficios.
Un rayo de esperanza se abrió camino ayer en Detroit. El Tesoro de EE UU cerró un principio de acuerdo con los principales acreedores de Chrysler para reducir la deuda hasta los 2.000 millones de dólares (unos 1.540 millones de euros), dos tercios de la cifra actual.
Los grandes bancos de EE UU están expresando ahora sus objeciones a los resultados preliminares de las pruebas de estrés -el examen al que les someten las autoridades financieras para ver si tienen suficiente capital-, que recibieron el pasado viernes.