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El PP quiere dar un paso más en la privatización de los servicios públicos, en lo que ha bautizado como "la tercera ola de modernización". Primero, dice, fueron los servicios de alumbrado, saneamiento y transporte prestados por los ayuntamientos.
Tomás Gómez / ULY MARTÍN
Había ayer un singular dejà vú en el congreso de los socialistas madrileños. El abrazo triunfal que se dieron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general Tomás Gómez, en el escenario del Palacio de Congresos de La Castellana era idéntico al de hace un año.
Dos delegados del cónclave socialista se repanchingaban ayer por la tarde tranquilamente en un sofá en los pasillos. "Somos los más tranquilos del congreso", bromeaban. Ambos sabían ya que tenían cargo, quedaba por decidir cuál. Otros delegados, nerviosos, preguntaban a los periodistas si tenían noticias.
"A ver", dice Virginia, "un poco desangelado sí que está. Pero es porque este palacio es muy grande", asegura una joven invitada con un tarjetón con el lema del congreso al cuello.
Arranca el curso más complejo y tenso. La implantación de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y el boicot emprendido por gobiernos del PP contra esta enseñanza han convertido en un galimatías el inicio del curso en algunas comunidades.
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