En época de crisis, las administraciones de lotería se frotan las manos. Dispuestos a superar el trance con un guiño de la fortuna, los ciudadanos juegan y apuestan más que nunca. No hay pruebas que demuestren la relación de causa y efecto, pero los datos cantan.
Seguirá siendo amarillo, pero la forma redondeada y las viseras de los semáforos desaparecerán paulatinamente de Barcelona. Un diseño extraplano de lentes de led -capaces de reflejar culquier señal o símbolo- sustituirá al actual. Se cambiarán los 34.000 semáforos en la ciudad.
Si no es posible expulsar a algunos inmigrantes sin papeles, al menos que puedan ganarse la vida con todas las de la ley. Ese es uno de los argumentos que el secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, lleva bajo el brazo para trasladarlo, hoy, al ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho.
En el rebaño de los Mossos d'Esquadra han aparecido otras dos ovejas negras. Un juez de Barcelona ordenó ayer el ingreso en prisión de dos agentes de la policía autonómica que, presuntamente, se quedaron con 50 euros de un inmigrante africano al que después acusaron de un delito que no cometió.
La misma construcción que ha tirado del crecimiento de Cataluña en los últimos años lastra ahora su economía. El derrumbe del ladrillo y el contagio en el sector industrial agudizan en Cataluña esta desaceleración profunda, abrupta, intensa -los políticos han agotado ya los adjetivos- o directamente crisis de la economía española.
Esquerra Republicana (ERC) volvió ayer a evitar un disgusto al bipartito que gobierna la ciudad de Barcelona. Lo hizo a propósito de la campaña de publicidad Visca Barcelona -que juega con la dualidad de mensaje fonético de visc a y visca- en anuncios de radio y televisión.