"Toda mi vida está escrita en boleros"
Con la invitada convertida en anfitriona por culpa de una grave enfermedad, éste debía ser forzosamente un encuentro distinto. Dora Dolz (Barcelona 1941) recibe además en su casa, oscurecida estos días por su postración y una lluvia constante que deja apenas respiro al siempre hermoso cielo holandés.