Orgullo y memoria de un emigrante
Carlos Iglesias (Madrid, 1955) tenía 12 años cuando volvió a España. Dejaba atrás un pueblo de postal en Suiza -adonde habían emigrado sus padres huyendo del paro y la miseria franquista- para regresar a un país feo y gris. Le costó adaptarse pero la experiencia le dejó una huella que ahora, más de 40 años después, se ha convertido en la raíz de su ópera prima: Un Franco, 14 pesetas.