ÁNGELES ESPINOSA, ENVIADA ESPECIAL | Base militar de Beit El (Ramala)
A merced de los soldados israelíes, el líder palestino Yasir Arafat se negaba anoche a claudicar. Sus ayudantes denunciaron que el jefe de la unidad israelí que controla lo que queda de la sede presidencial palestina le había dado un ultimátum para que entregue a varios de los hombres que le acompañan.
Sin agua, sin electricidad, sin teléfono. Así se encontraba ayer, bajo tierra, en su búnker, Yasir Arafat y gran parte de los 50.000 habitantes de Ramala, en el segundo día de sitio israelí.
Una semana más, el final de la fiesta judía del Sabath quedó ensangrentado por un atentado palestino. Anoche, 30 personas resultaron heridas, 6 de ellas graves, cuando un suicida hizo estallar el artefacto explosivo que llevaba consigo en una concurrida cafetería del centro Tel Aviv.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución en la que se pedía la retirada israelí de las ciudades palestinas, Ramala incluida, y un alto el fuego inmediato.
Al menos 10 personas murieron y otras 25 resultaron heridas ayer en el Estado de Jammu y Cachemira, que incluye la zona india del territorio fronterizo disputado con Pakistán, después de que un grupo de separatistas musulmanes atacara con granadas y fusiles Kaláshnikov un templo hindú en Jammu, capital de invierno del territorio disputado entre India y Pakistán, según indicaron fuentes policiales.
La reina madre de Inglaterra murió ayer de la misma manera en que vivió el último medio siglo: en discreto silencio. Su muerte, aunque esperada, pilló de sorpresa a un país aletargado por el puente de Semana Santa.