Del abandono de los demócratas a los cambios demográficos: así triunfó Trump en Florida
El magnate se impuso con el 56% en el Estado e incluso ganó con holgura en el condado de Miami-Dade, territorio maldito para un candidato republicano desde George H. W. Bush
Donald Trump ha preferido a Florida y Florida lo ha preferido a él. En 2019 el republicano estableció su domicilio legal en la mansión de Mar-a-Lago y no ejerció el sufragio en otro lugar más que en Palm Beach, desde donde, “muy confiado”, esperó los resultados de las elecciones del pasado martes. Florida, en cambio, le retribuyó con creces, con el 56% de los votos electorales frente al 43% de Kamala Harris, y por tanto con los 29 delegados del Estado.
Trump reside ahora en un lugar mucho más republicano que el que conoció en 2016 y mucho más trumpista que el que se encontró en 2020. Solamente en el condado de Miami-Dade, Joe Biden hace cuatro años obtuvo el 53,4% de los votos, dejando a Trump en segundo plano con un 46,1%. También en su momento prefirieron a Hillary Clinton. Incluso cuando en contiendas anteriores gran parte de Florida le cedió su apoyo a Trump, Miami-Dade, un condado de 2,7 millones de habitantes de mayoría latina e históricamente demócrata, nunca apostó por los republicanos y rechazó a Trump dos veces. Hasta ahora: el republicano ganó el condado con el 55% de los votos frente a los 44% de Harris. Trump es el primer republicano en acaparar para sí los votos de la principal ciudad de Florida, desde hace 32 años, cuando lo hizo George H. W. Bush.
Ciudades casi completamente hispanas como Hialeah o el Doral también le dieron todo su apoyo a Trump, los mismos lugares donde no ganó, por ejemplo, en 2016. Ahora se va con una victoria rotunda: el 63% de los votos del Doral y el 75% de Hialeah. No es un resultado completamente divorciado del apoyo que le dieron los latinos en todo el país, que aunque siguen prefiriendo a Harris ahora le otorgaron el nada despreciable 45% de los votos a Trump.
El último candidato republicano que ganó las elecciones sin ganar el Estado de Florida fue Calvin Coolidge, en el año 1924. Desde 1952, los floridanos han votado por los republicanos en 13 elecciones presidenciales. Algunos analistas mantienen que no perdonaron las políticas de Barack Obama, a quien apoyaron en sus dos contiendas, y cuyo legado en la Florida ha sido un impulso a la derechización. Esta tendencia se ha visto incluso en los medios de prensa. Cadenas como Televisa/Univisión han recibido críticas por la cobertura que ofrecieron a la contienda electoral. Cuando el pasado año el periodista de la cadena Enrique Acevedo entrevistó a Trump, no pocos los señalaron por no enfrentarlo con las preguntas que más ocupan a los latinos, en medio de sus tantas promesas de deportaciones y políticas antiinmigrantes.
La estruendosa inclinación hacia el Partido Republicano de Miami en particular, y de los floridanos en general, no ha sido repentina, sino gradual. Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas y profesor de Antropología en el Departamento de Estudios Globales y Socioculturales de la Universidad de la Florida, sitúa en el año 2016 el “declive en la proporción de votantes en Miami-Dade que apoyaron la candidatura demócrata a la presidencia”. Fue el momento en que Clinton obtuvo el 63.2% en ese condado.
“En las últimas elecciones, Donald Trump recibió el 55.2% de los votos del condado. Ya en el 2022, el republicano Ron DeSantis había ganado su reelección como gobernador de Miami-Dade con el 55.3% de los votos. Tal parece que la tendencia dominante en el condado en los últimos años ha sido el aumento en el número de votantes republicanos, acompañado por el descenso de los demócratas, un reflejo local de la tendencia a lo largo del estado”, asegura Duany. “Dicha tendencia, en el caso de Miami, puede ser el resultado parcial del discurso republicano que acusa a los demócratas de ser ‘socialistas’ y de que este discurso haya calado hondo en gran parte de los electores de origen cubano, venezolano y nicaragüense”.
El del martes es el primer triunfo de un candidato presidencial republicano en el condado de Miami-Dade desde 1988, cuando ganó George H. W. Bush. El investigador dice que el resultado “forma parte de un patrón más amplio en el Estado de Florida, donde los votantes republicanos han desplazado numéricamente a los demócratas”. “Entre otras causas, los analistas políticos señalan los cambios demográficos en el Estado, sobre todo el influjo de inmigrantes republicanos de otras partes del país, especialmente a raíz de la pandemia de covid-19″, sostiene.
También es un consenso entre los analistas que Trump y su partido le han venido prestando la atención al Estado de Florida y a sus más de 13 millones de votantes que no le han dado los demócratas, quienes lo dieron por perdido desde que dejó de ser un estado péndulo y girara completamente a la derecha del tablero electoral. El candidato de 78 años también ha conectado emocionalmente con los votantes hispanos, que representan aproximadamente el 20% del electorado en el estado. Su discurso de Guerra Fría resuena con fuerza en quienes llegan de países gobernados por regímenes totalitarios. Están convencidos de que Trump no va a dejar que el socialismo cale con fuerza en los Estados Unidos y, peor aún, el comunismo. Solamente el 68% de los votantes cubanoamericanos prometían darle el espaldarazo a Trump, según reveló la última Encuesta sobre Cuba de la Universidad Internacional de Florida (FIU). Así lo hicieron.
“Un Estado más conservador que el resto”
Como en el resto de la nación, los votantes hispanos de la Florida han hecho menos caso a las promesas antiinmigrantes de Trump y más a las de reducir la inflación, y por tanto, el costo de la renta, de los alimentos o de la gasolina. La economía se sitúa como preocupación primera de los votantes, luego de cuatro años de rezagos de la administración demócrata. Una encuesta preelectoral del Pew Research Center develó que, efectivamente, alrededor del 85% de los votantes latinos tiene como prioridad este año la economía, cuando en otros les ha preocupado más la política exterior o la inmigración.
En sus políticas locales, Florida también ha vuelto a apostar por el lado más conservador en en la contienda electoral. Los congresistas María Elvira Salazar, Carlos Giménez y Mario Díaz-Balart fueron reelectos para integrar la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Desde 2022, al Estado lo gobierna el republicano Ron DeSantis, responsable de algunas de las leyes más severas contra la comunidad LGBTIQ+.
“Casi todos los resultados electorales en Miami-Dade en 2024 se caracterizaron por una ola roja, es decir, por el predominio de los candidatos republicanos, desde la reelección de los tres congresistas cubanoamericanos hasta la elección de una nueva alguacil del condado, pasando por el supervisor de elecciones y el recolector de impuestos”, dice Duany. “Una posible explicación de estos resultados es que la preferencia por Donald Trump para presidente se percoló a los niveles locales de la política. Otro factor ha sido la poca importancia estratégica que ha tenido el estado de la Florida para el Partido Demócrata desde que perdió su condición de estado bisagra o péndulo, desde el año 2000 en adelante. El Partido Demócrata ha sufrido grandes pérdidas electorales en Miami-Dade y en toda la Florida y aún no ha recuperado su fuerza política”.
En estas elecciones Florida, además, rechazó la Enmienda 4, que contempla el derecho al aborto, por lo que mantienen la prohibición de cualquier interrupción del embarazo después de las seis semanas, con excepciones en casos de violación e incesto. También hicieron a un lado la Enmienda 3, sobre el uso recreativo de la marihuana para mayores de 21 años. La primera recibió el 57.1% de los votos, mientras que la segunda Enmienda obtuvo el 55.9%. Ninguna logró el mínimo requerido del 60%.
“Una de las variables que pueden ayudar a explicar estos resultados fue la intensa campaña publicitaria encabezada por el gobernador Ron DeSantis en contra de ambas reformas”, asegura Duany. “Además, el lenguaje en que estaban redactadas las propuestas resultó confuso para muchos votantes, en medio de los reclamos contradictorios de ambos lados sobre lo que implicaban las enmiendas. En todo caso, los resultados electorales muestran que el electorado actual de la Florida tiende a ser más conservador que el resto del país”.